David Bowie se pasea por Valencia

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José Bosch reseña Lejos de todo, de Rafa Cervera, en su blog Literatura rockera.

«Ficcionar con personajes reales es una jugada arriesgada. Se puede caer en el cliché con mucha facilidad, cuando no directamente en la parodia. Cualquier novela histórica nos presentará a un Nerón déspota, a una Cleopatra tan atractiva como manipuladora o a un Napoleón inasequible al desaliento aunque vea perder la batalla. Su lejanía en el tiempo les ha reducido a una etiqueta a la que se recurre una y otra vez, aunque se intente ampliar esa visión para humanizarlos e introducirlos en un relato, pero, ¿qué pasa cuando ese relato lo protagoniza una estrella del rock contemporánea?

No es muy común encontrar a artistas pop protagonizando ficciones literarias (no me viene ninguna a la cabeza), pero Rafa Cervera, periodista musical al que llevamos leyendo desde los 80 en medios tan importantes como El País, Ruta 66, GQ, Jot Down o Valencia Plaza, asume este riesgo del que sale absolutamente triunfador, presentándonos a un David Bowie tan creíble que llegamos a poner en duda si lo que está narrando llegó a suceder de verdad.

«Lejos de todo» (Jekyll&Jill, 2017) supuso su primer salto a la literatura, provocado, según afirma el mismo autor, por la muerte de Bowie: el manuscrito llevaba descansando en un cajón de su escritorio desde hacía varios años, pero a raíz del triste suceso se decidió a retomarlo, reescribirlo, hacer una poda de elementos sobrantes y llevarlo hasta su cuidada y elegante publicación, en la que contó con la colaboración de la artista plástica Roberta Marrero»SEGUIR LEYENDO

 

La canción de NOF4 en Un libro al día



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Koldo CF reseña La canción de NOF4, de Raúl Quinto, en el blog literario Un libro al día.

Idioma original: Español
Año de publicación: 2021
Valoración: Está muy bien
«Dos palabras clave en toda esta historia: pareidolia (fenómeno psicológico consistente en que un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido erróneamente como una forma reconocible) e idiolecto (conjunto de rasgos propios de la forma de expresarse de un individuo). Según desde el lado del espejo en el que estemos, claro. O del lado de muro, mejor dicho, ya sea este físico o químico.

Pero, ante todo, la potencia de una imagen: un hombre, Fernando Oreste Nannetti, arañando con la hebilla de su cinturón los muros del manicomio en el que permaneció encerrado durante 20 años, completando su obra, un libro de piedra hecho de palabras dibujos y símbolos. 20 años de escritura (1958-1978).
Y el deslumbramiento del autor cuando descubre la historia de Nannetti y el muro de Volterra. Y las preguntas que la observación del muro va suscitando en autor y lector: ¿qué es escribir?, ¿para qué escribir?, ¿hablaba Nannetti al muro o a través del muro?, ¿dónde están los límites de lo humano?, ¿dónde los límites de la escritura?, ¿qué es ARTE?, etc.

La canción de NOF4 en Valencia Plaza



Eduardo Almiñana reseña La canción de NOF4 en Valencia Plaza:

‘La canción de NOF4’, la locura de escribir

Raúl Quinto da forma a la vida incierta de Fernando Oreste Nannetti, quien aquejado de esquizofrenia y mala suerte, acabó confinado y contando su historia en más de setenta metros de muro.

Fernando Oreste Nannetti fue lo que en otros tiempos se definía como un loco, y aquejado de esquizofrenia y de una penosa mala suerte, acabó encerrado en un pabellón penitenciario del manicomio de Volterra tras decirle una palabra más alta que la otra a un agente de la autoridad especialmente rencoroso: allí, en aquel lugar terrible en el que la condición humanalacanciondenof4 era destruida a base de fármacos y terapias propias de una película de horror, Nannetti se convirtió en NOF4, y objeto punzante mediante, habitualmente ayudándose de la punta metálica de la hebilla de su uniforme de preso, escribió su historia —la que él quiso— a lo largo de más de setenta metros de muro poco consistente. Esto lo narra con gran acierto el poeta Raúl Quinto en La canción de NOF4 que publica Jekyll & Jill en una de sus habituales ediciones excelentes, con fantástica ilustración de cubierta de Alejandra Acosta, e incluso una fotografía desplegable de la obra de Nannetti en el muro que lo encerraba y le daba alas, unas alas que no deberíamos romantizar, pero que le permitieron sobrevivir, en palabras certeras del autor, en el desierto de lo hiperreal.  SEGUIR LEYENDO

La canción de NOF4 en El Cuaderno



Eugenio Fuentes habla sobre La lacanciondenof4canción de NOF4, de Raúl Quinto, en su artículo ¿Y por qué se las sigue llamando locas?, en El Cuaderno:

En el verano de 2012, Raúl Quinto descubrió en una sala parisina lo que descubrirán con pasmo inagotable cuantos se acerquen a las páginas de La canción de NOF4 (Jekyll & Jill): un libro grafiti de más de setenta metros de longitud. Este texto infinito, formado por supuestos mensajes telepáticos enviados desde el espacio, fue grabado durante 20 años en el patio del pabellón penitenciario del inmenso manicomio toscano de Volterra. Hoy, más de cuarenta años después de la clausura del infierno, el grafiti casi ha desaparecido pero, fotografiado en su día palmo a palmo, ha entrado en los museos y en la historia del art brut. La aceptación de la locura como estímulo del arte da así paso a una reverencia crítica ante la obra del loco que, en esencia, premia la constancia inagotable del obseso y, por ahí, revela un rasgo esencial del artista cuerdoSEGUIR LEYENDO

La canción de NOF4 en Pompas de papel



El programa de radio Pompas de papel (EITB) recomienda La canción de NOF4, de Raúl Quinto:

¿Cómo definilacanciondenof4r un libro indefinible? Quizás dando algunos datos del protagonista real del mismo. Se llamaba Fernando Oreste Nannetti, había nacido en Roma y vivió entre 1927 y 1994. Padecía esquizofrenia y pasó la mitad de su vida recluido en el pabellón penitenciario del manicomio de Volterra, en cuyo muro escribió un libro de más de setenta metros de largo ayudándose con la punta metálica de la hebilla del chaleco de su uniforme. La canción de NOF4 se sumerge en la vida y en los escritos lapidarios de Nannetti, e indaga, con aliento híbrido entre la biografía, el ensayo y el poema en prosa, cuestiones esenciales de la naturaleza humana como el origen y sentido de la escritura, los límites de la locura, la soledad o la creación artística.  Hay otro protagonista, su autor, Raúl Quinto (Cartagena, 1978) que profundiza así en las ideas y formas mestizas que ya desarrollara en libros como Idioteca (El Gaviero, 2010), Yosotros (Caballo de Troya, 2015) o Hijo (La Bella Varsovia, 2017). ¡Pero qué jodidamente raro y hermoso es este libro! Una iluminación.

ENLACE AL ARTÍCULO

La canción de NOF4 en El Diario



Luis Sánchez Martín recomienda en El Diario el libro La canción de NOF4, de Raúl Quinto:

Como arañar el aire con la lengua: una aproximación a la canción de NOF4, de Raúl Quinto

Raúl Quinto supo de la existencia de Nannetti a través de una exposición de Art Brut. Fascinado por lo que vio no dudó en dirigirse a las ruinas del viejo manicomio y empaparse de los sonidos y silencios que aún emanan de aquellas paredes

Fernando Oreste Nannetti llegó a la ciudad de los locos de Volterra en 1958 tras agredir a un policía. Durante los siguientes veinte años apenas habló con nadie, salvo con el muro. Aunque nunca sabremos a ciencia cierta si hablaba con el muro o a través de él, si escribir en el muro era su manera de decirle al mundo que existía, que tenía (id)entidad, aunque fuese inventada —un dictado a través de unas torres eléctricas (que él mismo instaló/dibujó en el muro) directo a su cerebro—. Fernando (mal)vivió en una época en la que la esquizofrenia significaba un exilio a los márgenes de la sociedad, a la reclusión en una institución ‘médica’ más propia de la Edad Media que del siglo XX, y puede que el muro fuera muro y puerta a la vez. Pero empecemos por elacanciondenof4l principio.

La canción de NOF4 no es una biografía al uso. De hecho, puede que ni siquiera sea una biografía, pues lanza más preguntas que certezas. Raúl Quinto comienza reflexionando sobre la escritura, analizando el origen de la palabra, del verbo, y de su necesidad. SEGUIR LEYENDO

La canción de NOF4 en Letras en vena


Rubén Olivares reseña La canción de NOF4, de Raúl Quinto, en la revista literaria Letras en vena:

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«Tendemos a creernos libres porque vivimos dentro de un marco social en el que se nos permite llevar a cabo ciertas acciones que hemos asumido como normales, símbolos de nuestra libertad. Pero, reflexionemos. En la sociedad actual todos nos debemos a alguien, lo que inevitablemente frena nuestra libre opinión. Lo resumía brevemente y con maestría Cela en su obra “La Colmena” de mano de uno de los buscavidas que viven en su obra, tarareando una tonadilla popular “…Desgraciaito de aquel/ que come pan de mano ajena/ siempre mirando a la carita/si la ponen mala o buena…”. Todos nos debemos a alguien. Quienes trabajan dependen de su empleador, ya sea éste una empresa o un partido político, y dentro de su libertad, estamos constreñidos a callar públicamente aquello que podría ir en contra de nuestra empresa o partido; hacer lo contrario supondría perder el prestigio profesional y político, además del trabajo. Incluso fuera del ámbito laboral y político la sociedad define qué se puede decir y que no, pues hay opiniones que “no son políticamente correctas”, pues vivimos sobre pilares de hipocresía y mentiras piadosas muy frágiles que nadie quiere derribar. Por eso decir la verdad, actuar sin tapujos, hablar al descubierto liberando nuestros pensamientos del filtro social resulta a menudo tan provocador, irritante y subversivo. Al fin y al cabo, ¿qué es la verdad? ¿No es sólo un punto de vista?

Quizás sólo aquellos que ya no viven en sociedad, que han sido excluidos pueden expresarse con libertad. Esto es lo que nos trae en su nuevo libro Raúl Quinto, en “La canción de NOF4”, la historia de Fernando Nannetti, interno de un sanatorio mental diagnosticado de esquizofrenia que pasó la mayor parte de su vida recluido y que encontró en la escritura un medio de expresar su verdad y escapar de los muros que lo tenían aprisionado. Durante años talló con la hebilla de su chaqueta en el muro del patio del sanatorio de Volterra los mensajes que telepáticamente recibía en su mente. Si los mensajes dictados provenían de un ente superior extraterrestre o de un ser terrenal es algo que se llevó con él. Lo que si nos dejó y Quinto rescata para el lector es su obra, un muro tallado durante años en la que plasmó su propia verdad, en una obra a medio camino entre la poesía, la prosa y el dibujo. Porque leyendo los fragmentos de la obra de Nannetti que Quinto plasma en este libro descubrimos reflexiones cargadas de una profunda y enigmática belleza. En la obra de Nannetti hay una tragedia implícita. La escritura sobre el muro es el fruto de un ser que ha sido abandonado, apartado por la sociedad que lo rechaza, dejado a la suerte de una institución médica que aplica supuestos remedios a su enfermedad que, vistos hoy, parecen más bien una tortura. Nannetti vivió en los márgenes de la sociedad, en una época en la que la esquizofrenia era un billete a la reclusión y a la etiqueta de infrahumano. Sin embargo, la escritura le permitió desarrollarse como persona y artista. Quinto nos muestra a lo largo de este libro cómo Nannetti escapó de la opresión que el sanatorio mental ejercía sobre él y el resto de internados y la capacidad que el ser humano tiene para reivindicarse como individuo y huir de una situación tan extrema a través de aquello que nos hace genuinamente humanos: el arte y el lenguaje, vehículos con los que expresamos nuestra verdad individual. El muro de Volterra era un lienzo en blanco en el que Nannetti consiguió expresarse artísticamente a través de sus dibujos y pictogramas, pero también poéticamente, desnudando sus pensamientos e ideas. Comunicarse con el mundo a través del muro fue la vía que encontró para mantenerse vivo, para demostrar que seguía existiendo detrás de esas paredes. Nannetti fue sometido al silencio de la reclusión, pero consiguió gritar, hacer llegar su mensaje pervirtiendo las paredes que pretendían enmudecerlo y que el transformó en su altavoz. Cordura y locura, reverso y anverso de una misma moneda, perversas caras de un dios Jano que decide quien es “normal” y quién no.» SEGUIR LEYENDO

Entrevista a Raúl Quinto en La Voz de Almería



Marta Rodríguez entrevista en La Voz de Almería a Raúl Quinto con motivo de la publicación de su libro La canción de NOF4

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El día en que Raúl Quinto se puso delante del muro del hospital psiquiátrico de Volterra, al norte de Italia, las piezas del puzle al fin encajaron. Observar el texto de más de setenta metros de largo que Fernando Oreste Nannetti escribió golpeando el hormigón con la hebilla metálica de su uniforme simplemente se convirtió en parte de su rutina. Durante aquel viaje, se levantaba con el único propósito de colarse en el manicomio y conectar con el espacio. Cierto es que entrevistó a personas que habían tratado a Nannetti, que padecía esquizofrenia y pasó la mitad de su vida recluido. Sin embargo, el momento que daba sentido a aquella locura era ponerse frente a la pared y respirar.

Decía Philip Roth que escribir es bajar a la mina. Y Quinto vislumbró la veta de mineral que le decía que en el muro de Nannetti había un libro en el mismo momento en que entró a una galería parisina especializada en Art Brut y descubrió la sobrecogedora fotografía que mostraba aquella pared grabada durante años de forma violenta. “Me quedé obsesionado con el personaje: un hombre ante la vastedad de un muro enorme. Han sido muchos años de investigación; tenía la certeza de que debía escribir sobre ello, de que horizonte estaba justo ahí”, manifiesta en una entrevista a LA VOZ. SEGUIR LEYENDO

La canción de NOF4 en Revista Détour



detourÓscar Brox reseña La canción de NOF4, de Raúl Quinto, en Revista Détour.

«Últimamente no dejo de pensar en lo que puede ser un ensayo. En las maneras que tiene el ensayo para desprenderse de formas pasadas, del viejo academicismo que procede una y otra vez según las mismas claves, como si todavía se escribiese con la peluca empolvada. Dice Raúl Quinto (o su editor, no lo tengo muy claro) que esto del ensayo es una forma mestiza; un híbrido en el que cabe la investigación biográfica, la reflexión estética, lo fundamental de la naturaleza y, por qué no, la poesía. Es, ante todo, escritura. La cuestión de hasta dónde pueden dar de sí el texto y la expresión de las ideas.

En un punto, me gustaría que Fernando Oreste Nannetti no hubiese existido. Que no fuese un excéntrico representante del art brut. Que su obra, a medio camino de la ruina y el derrumbe, no hubiese sobrevivido al paso del tiempo. Que fuese, simplemente, una ensoñación de Quinto.

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Entrevista a Raúl Quinto en Almería Hoy



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Entrevista a Raúl Quinto a propósito de la publicación de La canción de NOF4 en el diario Almería HOY

La canción de NOF4 contiene reflexiones y muy pocas respuestas sobre las razones por las que sobrevivimos

– En La canción de NOF4 vuelves a reflexionar sobre la comunicación y el hecho de escribir, algo muy presente en tu obra.
– Siempre me ha interesado investigar sobre el lenguaje para poder utilizarlo de la mejor manera posible en mi poesía. Reflexiono constantemente sobre la escritura, sus posibilidades y sus límites. Es cierto que dentro de mi obra existe un camino que transcurre por diferentes aspectos de la comunicación, como en La lengua rota o Ruido blanco. Hay una línea constante que consiste en la búsqueda de los límites del lenguaje. En el caso de La canción de NOF4 no es tanto el lenguaje en sí mismo como el hecho material de la escritura. Qué hay detrás del gesto de escribir palabras.
– ¿La acción de escribir por encima del lenguaje en sí?
– Así es. A lo largo de la Historia, escribir siempre ha implicado un proceso físico. Ahora lo hacemos de una manera quizás más fría, a través del ordenador, pero al principio consistía en devastar superficies arañándolas. Y, de un modo parecido a como los sumerios rayaban sus inscripciones en tablillas de arcilla, Fernando Oreste Nannetti, el protagonista de La canción de NOF4, rasgaba el muro del manicomio de Volterra con la hebilla de su uniforme de loco. Construía palabras por medio de ese proceso físico ancestral que es la escritura, y yo he pretendido acercarme a comprender qué hay detrás de ese gesto de escribir más allá de la comunicación. Qué hay en el fondo de la acción de la escritura en la mente y cómo ha condicionado a la especie humana para intentar luchar contra el tiempo, afirmar nuestra existencia, permanecer cuando ya nos hemos ido. La historia de Nannetti escribiendo el muro del manicomio suscitó mi interés sobre todos estos aspectos. SEGUIR LEYENDO

Raúl Quinto en La torre de Babel

 
lacanciondenof4Ana Segura entrevista a Raúl Quinto en el programa La torre de Babel con motivo de la publicación de La canción de NOF4.

​​​​​Fernando Oreste Nanetti (1927-1994) padecía esquizofrenia y pasó la mitad de su vida recluido en el pabellón penitenciario del manicomio de Volterra, en cuyo muro escribió un libro de más de setenta metros de largo ayudándose con la punta metálica de la hebilla del chaleco de su uniforme.

Raúl Quinto se sumerge en ‘La canción de NOF4 ‘ (​​​​​Jekyll & Jill, 2021) en la vida y en los escritos lapidarios de Nannetti, e indaga, con aliento híbrido entre la biografía, el ensayo y el poema en prosa, cuestiones esenciales de la naturaleza humana como el origen y sentido de la escritura, los límites de la locura, la soledad o la creación artística.

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Rafa Cervera y Porque ya no queda tiempo en Laie CCCB



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Rafa Cervera conversa con José de Montfort sobre su novela Porque ya no queda tiempo.
Esta charla tuvo lugar el pasado domingo 28 de marzo de 2021 en el Pati de les dones del Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, dentro del ciclo Diumenge al Pati.
Organiza: Laie CCCB.
Fotos: Begoña Kanekalon

Kate Briggs, premio Windham-Campbell 2021



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La autora de Este pequeño arte, Kate Briggs, ha recibido el prestigioso premio Windham-Campbell 2021 en la categoría de no ficción.

«Kate Briggs is a writer and translator whose brilliant first book This Little Art (2017) defies categorization. It is at once a memoir, a treatise, and a history, considering Briggs’s own life as a translator from French to English, offering an account of the nature and stakes of translation, and presenting a history of three women translators in the twentieth century. The book articulates and refracts the many strangenesses and paradoxes of translation as a practice and an art. Translation, Briggs shows us, is both lonely and collaborative, disciplined and profoundly educational, a private devotion and a public project. It energizes and frustrates, requiring from its practitioners passion, precision, and an openness to transformation. Briggs is the translator of two volumes of Roland Barthes’s lecture notes at the Collège de France, The Preparation for the Novel (2011) and How to Live Together: Novelistic Simulations of Some Everyday Spaces(2013), and co-translator of Michel Foucault’s Introduction to Kant’s Anthropology (2008). She teaches at the Piet Zwart Institute in Rotterdam, Netherlands and is currently working on a new book: a novel-essay titled The Long Form

Enlace a la página oficial de Windham Campbell Prizes 2021

Enlace al artículo de The Guardian

Enlace al artículo de Literary Hub

Este pequeño arte de Kate Briggs en Revista Détour



Óscar Brox recomienda Este pequeño arte, de Kate Briggs, en Revista Détour:kbdetour

Hace unos días hablaba con un editor a propósito de la traducción. O, mejor dicho, de los matices que hay entre un traductor de oficio y otro, escritor, que se acerca de tanto en tanto a la traducción. Pero, ¿los hay? Tal vez, si lo enfocamos como una cuestión de volumen y trabajo. O de vicios y métodos. Y lo cierto es que no estoy muy seguro de todo esto. Hablamos de cómo suena una traducción, de la frescura o la espesura de un texto u otro según quién está detrás de su versión. Y pensé un poco en aquello que decía Miguel Martínez-Lage de que cada generación debe hacer su propia traducción de los clásicos. No sé si se trata de adaptarlos al tiempo; en todo caso, dejarles respirar. Quitarles el polvo. Hacer un poco de genealogía. Observar. Estar atento.

Diría que Este pequeño arte trata sobre eso: estar atento. Trabajar con las palabras, pero también pensar cómo trabajamos con esas palabras. ¿Cuál es el lugar del traductor en ese proceso que es la escritura de una obra? ¿Ser meticuloso? Puede ser. ¿Ponerse en la piel del autor a traducir? Claro. O reconstruir. Volver a andar. Reescribir y rearmar. Insuflar unas cuantas bocanadas de aliento a un texto que está, pero que todavía no está. Que no está hasta que no se produce esa identificación, cuando otras palabras comienzan a escribir una novela, un ensayo, cualquier obra ya escrita.  SEGUIR LEYENDO

Ricardo Menéndez Salmón reseña Este pequeño arte de Kate Briggs



Ricardo Menéndez Salmón reseña Este pequeño arte  de Kate Briggs en el suplemento Cultura del diario La Nueva España:

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Este pequeño arte 

La reflexión, cerebral y romántica a la vez, de Kate Briggs sobre la tarea del traductor

RICARDO MENÉNDEZ SALMÓN

Si en literatura, siendo sinceros, a menudo nada resulta tan irreal como el realismo de ayer, dicha prevención cobra especial relevancia cuando hablamos de la traducción. En efecto, ninguna actividad literaria parece tan sujeta a mudanza como la del traductor. Walter Benjamin, alguien que hizo de la experiencia de lo extranjero tanto una razón de vida como una estrategia intelectual, advirtió esa falla cuando apuntó en La tarea del traductor: “Mientras la palabra del escritor sobrevive en el idioma de éste, la mejor traducción está destinada a diluirse una y otra vez en el desarrollo de su propia lengua y a perecer como consecuencia de esta evolución”. Por si no tuviera bastante con enfrentarse a la soberanía del texto ajeno, el traductor debe vérselas con la caducidad de su tarea, expuesta como pocas a la plasticidad de la lengua de recepción y a la sensibilidad cambiante de sus usuarios. El original es un mármol inquebrantable, protegido paradójicamente por su fecha de creación, mientras que sus sucesivas puestas al día obligan al traductor a equilibrios formidables. Pensemos por un momento, como un ejemplo entre miles, en la distancia que media entre la traducción de Rimbaud al español realizada en 1954 por Cintio Vitier y las propuestas por Miguel Casado y Eduardo Moga en fechas recientes. El viaje es tan largo como el que media entre las Ardenas donde el genio nace y el Yemen donde su voz se oculta y apaga.

Kate Briggs, traductora al inglés de Roland Barthes, lanza en Este pequeño arte una singularísima mirada a las aventuras de la traducción, a propósito de sus límites y certezas, en torno a sus expedientes satisfechos y sus cuitas inagotables. Lo hace valiéndose de herramientas características del espíritu barthesiano (elogio de la delicadeza, cuestionamiento de la autoridad, desviación y reformulación del canon) para urdir un bellísimo libro que, sin dejar de ser un ensayo, se lee con la emoción de una autobiografía y con el hechizo de una novela. La clave de tan feliz centauro, su encanto y fascinación, radica en la capacidad de Briggs para explorar con inteligencia, pero también con pasión, las estancias de su tarea. Libro cerebral y al tiempo casi romántico, nacido de las miles de horas de trabajo de la traductora y a la vez de la devoción de una lectora que emprende sus excursiones textuales sin buscar otra recompensa que el propio viaje, Este pequeño arte es un homenaje a la literatura y a tres de sus provincias mayores, la lectura, la escritura y la traducción, inextricables en ocasiones, estancas otras veces, de pronto inefables, puntualmente iluminadoras, opacas a menudo incluso para quienes más y mejor las cortejan. Pues al fin y al cabo, como Briggs anuncia amparándose en el magisterio de su admirado Barthes, la literatura es esa “preciosa indirección” que obra el misterio de que el conjunto del conocimiento, tan falible como infinito, se dé, como por ensalmo, en esa concreción intransigente e irreductible que es el monumento literario.

Este pequeño arte de Kate Briggs en el programa La torre de Babel

Ana Segura recomienda Este pequeño arte, de Kate Briggs, en el programa La torre de Babel (Aragón radio). Lectura de fragmentos del libro por Eva Castillero y entrevista a Antonio Jiménez Morato, traductor y director de la revista PenúltiMa:

«Mucho hemos hablado en La torre de Babel de la importancia del traductor, esa figura que traduce adapta, interpreta, que tiene en sus manos el poder cambiar las lenguas sin perder por supuesto el significado, pero también el ritmo de un texto, su intención, la forma. También hemos declarado nuestro amor incondicional a aquellos que mediante antologías o estudios interpretativos nos permiten conocer nuevos nombres a los que seguir la pista o entender lo que se oculta en planos sucesivos que se esconden en los textos. Hoy hablamos de traducción e interpretación con dos proyectos que nacen en dos editoriales aragonesas inclasificables, con vocación global, por los temas que abordan, por las autoras y por su indudable interéa. ‘Ese pequeño arte’, de Kate Briggs, y ‘Camino de Sardes’, de Clara JanLTDBés.Jekyll & Jill publica el primero, un ensayo de Briggs, traducido por Rubén Martín Giráldez que es una auténtica delicia. Una reflexión sobre el oficio del traductor, sus motivaciones y su responsabilidad que también podría leerse como una novela sobre el oficio de la traducción.Libros del Innombrable publica ‘Camino de Sardes’, una reflexión que parte de la poesía nórdica para llegar mucho más lejos, y Clara Janés pública gracias al trabajo previo de aquellos que tradujeron para nosotros los versos de los bardos del norte.»

Escuchar programa

Porque ya no queda tiempo en Lletraferit


Toni Sabater reseña Porque ya no queda tiempo, de Rafa Cervera, en la revista Lletraferit:

©Álvaro Leiva

L’ombra de Lou Reed i el temps que encara té Rafa Cervera

L’estret àmbit de la crítica periodística musical, tot i que siga d’alta qualitat, és un espai probablement massa reduït per a determinats autors. De fet, quan l’ofici (l’ofici d’escriure, al remat) s’exercix amb tenacitat, talent i verdader interés, la dimensió estrictament literària guanya pes d’una manera progressiva, s’obrin nous horitzons i derivacions artístiques i s’acaba per destil·lar el suc dolç i madur del raïm en el final dels estius. Temps de verema

Fins i tot cronològicament podria aplicar-se a Rafa Cervera (València, 1963) l’anterior metàfora. Si bé la vocació purament literària no va ser la primera de les seues passions (però sí un batec poètic que, existint des de sempre, tardaria anys a destriar i definir), la pròpia trajectòria vital va impedir durant massa temps la seua plasmació –i sobretot perdurabilitat– més enllà d’algunes excel·lents ressenyes, columnes i entrevistes. I ha sigut ara, instal·lat en la plena maduresa, quan Rafa Cervera ha donat eixida a la seua capacitat de construir una obra consistent i travessada de bellesa.

El primer fruit d’eixa nova manera d’expressió va ser Lejos de todo (Jekyll & Jill, 2017), Premi 2018 de la Crítica Literària Valenciana i una atractiva fantasia on David Bowie es barreja amb l’Albufera i per on sobrevola un homenatge a l’adolescència com a marc mental tan superior com impossible. Ara dobla l’aposta amb Porque ya no queda tiempo (Jekyll & Jill, 2020), un llibre d’ubicació complicada (no és en absolut, en qualsevol cas i a pesar de certa insistència, una novel·la), però de definició fàcil: una obra memorable.

Porque ya no queda tiempo és un llibre sincer fins i tot en el títol i en l’explicació que el mateix autor desgrana en el primer capítol (d’honestedat brutal: “Epitafio”). Confessa escriure per a ser recordat, per a que res es perda en la boira dels dies que passen, per a deixar constància i testimoni d’ell i les seues circumstàncies. Literatura del jo, per tant. Però que ningú espere unes memòries a l’ús, ni un dietari, ni res semblant. Cervera, per mitjà d’unes poques dotzenes d’estampes, aconseguix traspassar al lector la seua intimitat més recòndita (una tasca que pot aparentar-se senzilla, però en realitat de dificultat hercúlia) en un repàs fragmentari de les seues percepcions del món. Perquè al remat es tracta d’això: tot un seguit de percepcions sublimades en una prosa poètica que fluïx serena i que ens acosta, amb una intensitat ben poc habitual, a una sensibilitat alhora panteista i pagana.

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Este pequeño arte de Kate Briggs en el podcast de Pliego Suelto


Santiago García Tirado recomienda Este pequeño arte, de Kate Briggs, en el podcast de Pliego Suelto:
«Kate Briggs es traductora. Kate Briggs piensa en voz alta en lo que significa que, por ejemplo, Thomas Mann insista en La Montaña mágica en que está hablando en alemán, pero un alemán que llega a un lector en español o en inglés con la certeza de que sigue siendo alemán, pese a que se lee en castellano o en inglés. Dirá también que la traducción reafirma lo literario de la novela en su lengua oriestepequenoarteginal, y que ese descoyuntamiento de las palabras originales cuando pasan a otro idioma refuerza la apuesta estética que es la obra original. Este pequeño arte, que publica Jekyll & Jill, es también un acercamiento al hecho literario desde la aportación impagable que hace desde su sombra la traductora, el traductor. Todo un ejercicio de disección en vivo y en directo del concepto de autor, la función de intérprete que corresponde a la persona que lee, y de cómo traductor y lector se confabulan en la ilusión de que el narrador resucita cada vez que se abre la página de un libro. No son un obstáculo ni los siglos de por medio ni las interferencias que supone la nueva sintaxis, la inexacta nueva semántica. Este pequeño arte es un título comedido. En el interior se ve que estamos frente a un arte de grandes dimensiones. Un libro que desde ya debería ser referencia en los estudios de Traducción e Interpretación.»
Escuchar podcast (a partir del minuto 9:56)

Entrevista a Rubén Martín Giráldez


Esther Peñas entrevista a Rubén Martín Giráldez con motivo de su traducción del ensayo Este pequeño arte, de Kate Briggs (Jekyll & Jill, 2020), en Solidaridad Digital:

«Jekyll & Jill ha publicado uno de los ensayos más suculentos y luminosos de este annus horribilis, un texto que reflexiona sobre el arte del matute lingüístico, sobre el oficio de la alquimia semántica, la traducción. Este pequeño arte, de Kate Briggs, que tradujo a uno de los tipos más hondos en su pensamiento, Roland Barthes. Pero, ¿qué sucede en la traducción cuando lo que se traduce en un texto que habla sobre eso mismo? Hemos conversado con Rubén Martínez Giráldez, encargado de trasvasar al castellano esta celebración de contenido.  

Traducir un texto sobre la traducción, ¿no resulta un tanto inquietante?

A mí me cuesta más pensar en un texto o en una frase oída al vuelo que no estén reflexionando —aunque sea de una manera elíptica— sobre su propio desciframiento. O, más bien, que no llamen la atención sobre su cifrado. Seguramente eso explica por qué se me da mal hablar. Me parece que cada frase, incluso la que acabo de pronunciar hace un momento —«Cuando puedestepequenoarteas, ¿un café aquí fuera, por favor?»—, lleva su propio aviso de posible error del sistema. De manera que una traducción sobre traducción casi es un oasis de excusas para refocilarse en el sentido, paréntesis entre paréntesis dentro de un corchete en una nota al pie de los caballos. Aquí se puede confesar la convención, se puede hablar abiertamente de la convención, y nadie se va a escandalizar. Lo inquietante es que pasas al primer plano cuando se empieza a hablar del papel del traductor en segundo plano.

Un buen texto original, ¿resiste cualquier traducción, por pésima que sea?

Yo creo que un libro bueno se puede destruir cambiándole unas cinco palabras. En unos segundos puedes destruir la confianza del lector en que lo que hace el autor es fruto del estilo y no de una carencia, o que hay voluntad y no sólo suerte (vamos a decirlo así) en sus oraciones.

 

¿Cuánto de autoría tiene la traducción?

Al final, creo que se puede resumir diciendo que se trata de una colaboración, en sentido recto. Por citar a Briggs: «Nos llega escrito por partida doble; la segunda vez, de mano de su traductora.»

En su caso, ¿prima más el sentido general del texto frente a la exactitud del modo?

Me gusta mucho cómo lo plantea el libro echando mano de la traductora de Mann, Lowe-Porter: «[…] se espera, como de hecho sucede, que fusione materia y estilo en un todo orgánico. Las traducciones tienen que traslucir un esfuerzo parejo por parte del traductor».

Para que «este pequeño arte» funcione, ¿qué se requiere? ¿Qué cualidades ha de tener un buen traductor?

Una incomprensión casi absoluta de todo lo que no sean las palabras, a lo mejor. No lo sé; traductor o no, siempre hay que huir del aforismo. Igual eso es un aforismo, no hay escapatoria.»  Seguir leyendo

Este pequeño arte de Kate Briggs por Eric Gras



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Este pequeño arte, de Kate Briggs, destacado en Quaderns, el suplemento cultural de el Periódico Mediterráneo. Reseña de Eric Gras.

La traducción, ese arte que siempre pasa desapercibido

«Difícil, en verdad, la traducción. No se sabe si tenemos el derecho a imaginar», escribía Yves Bonnefoy en Juntos todavía (Sexto Piso). No es fácil verter en otro idioma las emociones ligadas a las palabras, esas sensaciones que a través del lenguaje, de su sintaxis, morfología y demás alteraciones, están implícitamente ligadas. En Magistral (Jekyll & Jill), Rubén Martín Giráldez ya hablaba de ciertos «sabotajes» que se producen en ese proceso. Nadie mejor que él para referirse a los quehaceres «traductoriles», pues como bien remarcaba en esa obrita alocada y magistral —como su propio nombre indica—: «Todos empezamos a traducir por el mismo motivo: porque quienes se suponía que lo estaban haciendo no lo hacían, canseis de ser sexys».

Traducir es leer, y traducir es escribir, como ya dijera George Steiner. Pero existen todavía muchos vacíos en la figura del traductor, a veces un tanto demonizado como casi siempre ignorado. De eso trata Este pequeño arte, una especie de ensayo autobiográfico en el que Kate Briggs se formula cientos de cuestiones en torno a la labor, relevancia y estatus del traductor dentro del ámbito literario.

Traductora de Roland Barthes, es a partir de su «relación» con el filósofo y semiólogo francés, que Briggs profundiza en los tejemanejes de una profesión que sigue en un segundo plano dentro del ámbito literario y editorial, siendo que los traductores, en especial o más concretamente su labor, conlleva una gran responsabilidad, pues como diría César Aira: «A un traductor se le están planteando todo el tiempo los pequeños grandes problemas de la microscopía de la escritura».

Así, Briggs, con un estilo ágil no exento de erudición, expone incógnitas al tiempo que se autocuestiona y autocuestiona la valía de la traducción, que también reivindica y legitima con una profusa investigación basada en sus lecturas, a las que se aferra, de las que aprende y con las que se identifica. Dicho de otro modo, Briggs piensa, plantea dudas, ofrece algunas respuestas, y sigue dudando, sigue arguyendo en busca de alcanzar un sentido al sinsentido, dando forma a un alegato en defensa de ese «pequeño arte» como Helen Lowe-Porter definió a la traducción.

Sin perder de vista a Barthes, a su pensamiento y a sus célebres conferencias en el Collège de France, Briggs realiza una especie de soliloquio sobre el propio acto de escritura y reescritura, de las libertades de las lecturas, de las historias de algunas traductoras, con sus posturas y sentimientos; todo ello con el objetivo principal de «entenderme mejor a mí misma». Por otra parte, esta lectura es también un diálogo con la inteligencia que revela que la traducción no sólo se construye con palabras, ideas, pies métricos e imágenes, sino también con el tiempo que hace, el estado de ánimo, el silencio… E insisto, nadie mejor que Martín Giráldez para traducir esta obra que ha tenido a bien publicar Jekyll & Jill, una de nuestras editoriales fetiche, porque es quizá uno de los traductores y escritores, autor al fin y al cabo, que creo mejor comprende los dimes y diretes, o las posibilidades, del lenguaje.»

Este pequeño arte en la lista de los Mejores libros de 2020 de Courbett Magazine


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Este pequeño arte, de Kate Briggs, traducción de Rubén Martín Giráldez, en la lista de los Mejores libros de 2020 de Courbett Magazine:
«Una pequeña delicia. Una absoluta exquisitez repleta de inteligencia y agudeza que mezcla una prosa bellísima con un talento magistral para los detalles. Tomando como partida su propia experiencia de traducir las notas de las conferencias de Roland Barthes, Kate Briggs nos ofrece varias historias sobre la traducción: desde las traducciones de Thomas Mann de Helen Lowe-Porter a la relación amorosa que mantuvieron André Gide y su traductora Dorothy Bussy.» Ver enlace