Etiqueta: Un libro al día

La canción de NOF4 en Un libro al día



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Koldo CF reseña La canción de NOF4, de Raúl Quinto, en el blog literario Un libro al día.

Idioma original: Español
Año de publicación: 2021
Valoración: Está muy bien
«Dos palabras clave en toda esta historia: pareidolia (fenómeno psicológico consistente en que un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido erróneamente como una forma reconocible) e idiolecto (conjunto de rasgos propios de la forma de expresarse de un individuo). Según desde el lado del espejo en el que estemos, claro. O del lado de muro, mejor dicho, ya sea este físico o químico.

Pero, ante todo, la potencia de una imagen: un hombre, Fernando Oreste Nannetti, arañando con la hebilla de su cinturón los muros del manicomio en el que permaneció encerrado durante 20 años, completando su obra, un libro de piedra hecho de palabras dibujos y símbolos. 20 años de escritura (1958-1978).
Y el deslumbramiento del autor cuando descubre la historia de Nannetti y el muro de Volterra. Y las preguntas que la observación del muro va suscitando en autor y lector: ¿qué es escribir?, ¿para qué escribir?, ¿hablaba Nannetti al muro o a través del muro?, ¿dónde están los límites de lo humano?, ¿dónde los límites de la escritura?, ¿qué es ARTE?, etc.

Este pequeño arte en Un libro al día


estepequenoarteKoldo CF reseña Este pequeño arte, de Kate Briggs, traducción de Rubén Martín Giráldez, en Un libro al día:

«¿Cuántas personas, cuánto trabajo, cuánto tiempo y desvelos hay detrás de cada uno de los libros que leemos? Parece que en los libros de historia (e historias) solo existen autor y editor – y quizá esto sea lo más normal. Al fin y al cabo, aquel es quien idea y escribe el texto y este quien lo pone a disposición del público -, pero en los últimos tiempos parece que gana en visibilidad el trabajo de una serie de personas sin las cuales la lectura sería, si no imposible, diferente. Hablamos de ilustradores, correctores y, sobre todo, traductores.

De esto trata, al menos en parte, el ensayo de la británica Kate Briggs, quien partiendo de su trabajo como traductora de una serie de conferencias de Roland Barthes y de la lectura de la edición inglesa de «La montaña mágica» (traducida por Helen Lowe-Porter) se embarca en un texto que es, al mismo tiempo, reivindicación del trabajo de traductor y cuestionamiento de este trabajo, de la escritura y de la propia lectura.

Hay que aclarar, pese a lo que pueda parecer, que este no es un texto «sesudo al uso». Así, no hay un planteamiento «académico» (por llamarlo de alguna forma), si no que Briggs se sirve de diferentes anécdotas para ilustrar la relación traductor-obra-tiempo o la asimétrica relación autor-traductor y de analogías hasta cierto punto chocantes para explicar su trabajo y algunas de las dudas que ha de afrontar en el ejercicio del mismo. Esta opción elegida por Briggs dota al texto de una frescura que de otra manera quizá no hubiese tenido y lo hace accesible a un lector interesado y no experto en la materia.»

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Los hombres de Rusia en Un libro al día



Koldo CF reseña Los hombres de Rusia, de Reinaldo Laddaga, en Un libro al día:

Reinado Laddaga: Los hombres de Rusialos-hombres-de-rusia-2

Podría empezar diciendo que “Los hombres de Rusia” es una novela de política-ficción, que se trata de un ensayo político o, incluso (aunque esto es más un deseo personal),  de una distopía muy muy loca. Algo de todo eso hay, sí, pero la principal lectura que creo que hay que hacer de “Los hombres de Rusia” es la de una alegoría sobre el resurgimiento, en pleno siglo XXI, de tendencias políticas cercanas al fascismo.

Para esto, el argentino residente en los Estados Unidos Reinaldo Laddaga se sirve de la técnica del manuscrito encontrado. En el se aúnan historia personal y colectiva formando un conjunto, tal y como indican las palabras del propio Laddaga incluidas en el prefacio del libro, fascinante para algunos y tedioso, oscuro e imposible de acabar para otros.

El citado texto no es otra cosa que la narración un tanto caótica del acercamiento de un joven a un grupo de “iluminados” que se hace llamar “Los hombres de Rusia”. La misma se desarrolla en el decadente entorno de un zoológico abandonado del estado de Florida (¿alegoría de las zonas “deprimidas” en las que triunfa la “nueva” derecha?) y se mueve en dos planos temporales en los que terminan interactuando realidad y ficción.

Por un lado, está el pasado y las diferentes teorías / proyectos / ensayos político-mesiánicos desarrollados a lo largo del siglo XX, los cuales sirven, la mismo tiempo, de cuerpo teórico a “Los hombres de Rusia” y de hilo conductor de acontecimientos que llevarán hasta Florida a la familia del autor del manuscrito. He de reconocer que esta es la parte de la que más he disfrutado, sobre todo porque mi conocimiento previo acerca de los personajes que pasan por las páginas del libro era nulo. Las fascistoides “aventuras” de Gabriele d’Annunzio y su colaborador (y bisabuelo del autor del manuscrito) Guiseppe Borgese en la República de Fiume, las utópicas teorías de Elisabeth Mann (viuda de Borgese e hija de Thomas Mann), el acercamiento de Silvia (hija pequeña de los Borgese) al Partido Republicano y al neofascista y populista Movimiento Social Italiano, las descabelladas teorías y comunas lideradas por Cyrus Teed, etc, además de prefigurar lo que a continuación vendrá en el texto, son una muestra significativa de lo que fue el siglo XX en Occidente y de cómo hemos llegado hasta aquí.

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Por otro lado, y en parte derivando de lo anterior, está el presente, ese en el que el joven narrador aparece deslumbrado por una combinación de ruptura de las reglas (aunque siempre dentro de las reglas), absurdo, mesianismo y liderazgo indiscutido y en el que las actividades y rituales de «los hombres de Rusia», siempre basados en la adoración de un pasado glorioso y en la obediencia ciega, serán los vehículos a través de los cuales el narrador cumpla sus deseos de pertenencia. Esta parte, que podría ser también leída como novela de formación (poned aquí unas cuántas comillas), me ha parecido algo más farragosa que la anterior, como si en la búsqueda de una nueva vuelta de tuerca se hubiese caído en el exceso. También es cierto que esto me recuerda a ciertos grupos, políticos o no, de distinto signo  que día a día se superan y nos superan con sus exabruptos y ridiculeces y que, pese a todo siguen teniendo sus acólitos.

En fin, que como veis estamos ante un texto híbrido (parece ser la especialidad de la casa de Jekyll & Jyll), con un pie en el pasado y otro en el presente y con la esperanza, seguramente vana, de no caer nuevamente en los errores de casi siempre.

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Versus de Karlos Linazasoro en Un libro al día



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Koldo CF reseña Versus, de Karlos Linazasoro, en Un libro al día:

Idioma original: Euskera

Título original: Versus

Traducción: Karlos Linazasoro

Año de publicación: 2013 (eusk) – 2018 (cast)

Valoración: Recomendable

Los náufragos y las islas desiertas son una de las figuras más recurrentes en la historia de la literatura (y del cine). Personajes como Ulises, Robinson Crusoe o el capitán Grant y títulos como “Relato de un náufrago”, “Dos años de vacaciones” o “Los náufragos del Batavia”, por poner solo algunos ejemplos, han dado lugar a lo que podríamos considerar un sub-género en el que caben desde la epopeya hasta la novela “filosófica”, pasando por la novela de aventuras pura y dura.

Versus es un nombre más a añadir a la lista de náufragos literarios. De él conocemos solo algunos datos o pistas, tal vez falsas: que naufragó más o menos en la década de los 80 (aunque Versus no recuerde cuanto tiempo lleva en su isla), que tiene unos sesenta y pico años (es decir, unos 48), que es políglota, culto, amante de las paradojas y un tanto ciclotímico.

De la isla solo sabemos que está completamente desierta, que mide 10 metros de largo por cinco de ancho y que en su centro hay una palmera de más de cuatro metros de altura.

Otros datos, más o menos importantes (allá cada cual), que tenemos de Versus: que en su juventud fue cleptómano, que hubo momentos en la isla en los que se masturbaba un tanto compulsivamente, que cuando consiga escapar de la isla escribirá una novela, etc.

De los párrafos anteriores habréis podido deducir que lo que diferencia a Versus de otros famosos náufragos es que en él no encontramos rasgo alguno de heroísmo. Versus es, más bien, un náufrago tragicómico, un náufrago cotidiano, un hombre que intenta alcanzar la felicidad (dentro de lo posible), rebajar la nostalgia, calmar la ansiedad…

Todo esto lo conocemos a través de los 99 microrrelatos que componen el libro. 99 textos que se alejan un tanto de algunos estereotipos del género (giros inesperados, finales sorprendentes, etc). 99 historias en los que se combinan recuerdos, sueños, hechos del día a día, estampas periodísticas y manuales de supervivencia, que giran alrededor de temas como la incomunicación, la soledad, la nostalgia y la esperanza (Versus atado al yugo de la soledad, Versus y sus dudas, Versus y sus recuerdos, Versus y sus delirios) y que fluctúan entre la poesía y el absurdo. Porque el tono general de Versus está marcado por la metáfora, por la imagen y por la poética de la soledad, lo que no es óbice para que Linazaroso juegue con situaciones cotidianas que, observadas con detenimiento, rayan el surrealismo.

En resumen un libro curioso, diferente, un artefacto literario juguetón y desmitificador que de manera un tanto peculiar vuelve a poner al lector ante las grandes preguntas que ya se formularon aquellos que partieron de Ítaca hace unos cuantos siglos.

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Menos joven de Rubén Martín Giráldez en Un libro al día

Reseña de la novela Menos joven, de Rubén Martín Giráldez, en el blog literario Un libro al día.

A ver cómo lo explico. Hay libros que son como edificios llenos de ventanas desde las que el lector puede asomarse y mirar a la calle, a las habitaciones, al patio de escaleras. En algunas de ellas te detienes más, por la razón que sea: porque te cautiva la decoración, porque la luz es débil y sientes curiosidad, porque en la negrura de un cuarto cerrado escuchas ruidos que te aterrorizan. Y cuando sales del edificio arrastras un equipaje singular, parecido a las maletas de otros lectores que también echaron un vistazo a esas ventanas, pero matizado por tu propio recorrido. No hablo sólo de niveles de interpretación, que también, sino de algo más: cómo uno entiende la cultura en general y la literatura en particular, cómo uno pone sobre la mesa lo que sabe y lo confronta con lo que cree saber, cómo uno siente la necesidad de regresar y mirar un poco más, una ventana más, una idea más. Libros, en definitiva, que proponen, preguntan, provocan; libros ante los que es imposible quedarse indiferente.

Menos joven es una reflexión desde las maletas del autor y un ensayo filosófico en muchas ocasiones descojonante sobre el equipaje cultural disfrazado de programa radiofónico con caballos disfrazado de novela francesa cubierta por unas tapas falsas de novela española de 2012 que forma, sin exagerar un ápice y en sentido arquitectónico, un objeto casi perfecto con piezas cuidadosamente escogidas, que empiezan a sumar a partir de unas cubiertas con misterio y atraviesan las tapas interiores, pasan por las calcomanías de personajes famosos incluidas, la sorprendente página de créditos o la ficha de personajes, se enrocan en los afilados apuntes manuscritos de los márgenes y terminan, prácticamente sobre un escenario sonoro, por dejar sin aliento al viajero. Creedme: no miento en nada. Y lo más cojonudo es que, cerrado el libro, todo tiene sentido.

Rubén Martín escribe como un salvaje, completamente desbocado (este adjetivo no es gratuito). A veces enlaza comentarios, referencias culturales, episodios seguramente vividos y giros metaliterarios con tanta velocidad que es difícil seguirlo, pero el narrador se da cuenta del despiste y para, da una vuelta, nos arrea y seguimos. Cuidado: el narrador es un mentiroso confeso, un cínico mayormente despreciable, un loco feliz, un egocéntrico manipulador, y nos obliga a escucharlo con precaución. Escucharlo, sí. Os lo explico:

El peinado de Calígula es un espacio radiofónico de entretenimiento infantil protagonizado por adultos en el que los participantes tienen por objetivo localizar a sus ídolos y darles caza. Menos joven es la narración oral íntegra del locutor de ese programa durante el episodio en el que concursa un hombre llamado Bogdano. Todo lo que leemos, por tanto, es la «pormenorizada» «descripción» de los «acontecimientos» que «tienen lugar» por boca de ese verborreico, imparable y acelerado locutor. De quien ya os he comentado un poco el perfil. ¿Y Bogdano? Bogdano es un pequeño hijoputa, aunque quizá otros lectores lo hayan encontrado más tierno, qué sé yo, poco hecho. Bogdano cree tener las ideas claras y corre sin piedad hacia sus objetivos, convencido de su drama personal, con la indolencia propia de saber a quién culpar por todo, sin dudas, arrollador. Ese es Bogdano: un tío que está buscando pegarse la Hostia del Siglo.

Vuelvo al ejemplo del edificio lleno de ventanas. Rubén Martín ha concebido un libro genial, extraño y ambicioso, del que se han escrito reseñas muy distintas. Se repite mucho aquello de «matar al padre» (siendo aquí «padre» la educación adquirida, la biblioteca familiar, los ídolos de adolescencia, las lecturas antiguas, etc.), pero a mí me cuesta verlo exclusivamente de ese modo, aunque lo entiendo. Creo más bien que el autor ha realizado un ejercicio de limpieza íntima. Se ha puesto a sudar delante del espejo para, de una vez y para siempre, dejar de tomarse a sí mismo tan en serio como el ámbito de la cultura actual solicita (o impone) y ser capaz, contra marea y en un país que históricamente no sabe cómo hacerlo, de reírse de todo, pero sobre todo de él. Reírse de uno mismo, ese trance. Y esa liberación. Puesto aquí en forma de libro único, lleno de menos jovenguiños, de puñetazos, de caídas del caballo. Con un humor negro y brillante, ingenioso, retorcido.

Llegas al final de un capítulo y te encuentras la nota manuscrita (¡a lápiz!) de alguien que leyó ese ejemplar que tienes en las manos antes que tú:

«Se me ocurre algo mejor para cerrar un capítulo: es el día en que todos los padres del planeta confirman a sus hijos que son franceses. Escenas de terror y llanto ante la terrible noticia.»

A ver cómo lo explico.

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