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Versus de Karlos Linazasoro en La odisea del cuentista



Isabel del Río recomienda Versus, estampas de un náufrago, de Karlos Linazasoro, en La Odisea del cuentista.

«En Versus, los pensamientos de un náufrago nos dibujan no sólo la realidad que él recuerda, sino también la que evoluciona sin ser vista, así como lversuscover1as ideas que crecen sin límite. Con un narrador/es externo que “casi” puede perforar la mente del protagonista, Linazasoro nos hace sentir la angustia, la melancolía y los sueños vacíos de un hombre que no tiene nada que perder.»

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Isabel del Río reseña Saturno de Eduardo Halfon



SaturnoIsabel del Río reseña Saturno de Eduardo Halfon en su blog La odisea del cuentista:

¿Qué decir de Saturno? Quizá que ha sabido hurgar ahí donde duele, en el preciso lugar donde la herida no está del todo cerrada, donde todavía supura tristeza y resentimiento hacia una infancia no vivida, bajo la sombra y el yugo de aquél que debería amar, pero no lo hace.

En la mitología, Saturno es el dios que devoraba a sus hijos por temor a ser superado y suplantado. En el pensamiento colectivo es el reflejo del padre dictatorial y violento, pero también el del ausente, quien transforma su mano ejecutora en silencio.

‹‹Buscando sus palabras, padre, necesitándolas, lo desdoblaba con ansia. Y como una hoja seca hamaqueándose en la brisa, lento, el cheque caía hacia el suelo.››

La metamorfosis en forma de suicidio. Ese sería el tema central de esta novelita de apenas setenta páginas. Un relato en el que Eduardo Halfon se sirve de la vida torturada, y la trágica y voluntaria muerte de distintos personajes históricos, voces que atormentan al narrador de la historia, quien, al tiempo que se abre al lector, se hunde en la locura.

Lo que en un principio puede parecer la mente desquiciada de un personaje sumido en la depresión tras la muerte de su padre, se traduce en una ruptura y un cambio brusco en la realidad. La muerte como motor de cambio.

No puedo alargarme hablando del contenido sin destripar el libro, así que hablaré de la forma. El estilo de Halfon es cuidado y poético, y la metáfora y los símbolos, así como los arquetipos, son parte del lenguaje que conforman sus párrafos.

Pasado y presente se dan cita en una narrativa ágil y profunda, una amalgama de emociones y pensamientos dolorosos que, inevitablemente, mutan a su protagonista en algo que intuimos, pero no llegamos a ver.

‹‹Nada más. Sólo un nombre, firmado con prisa. Una palabra. Sólo una palabra. El padre es un nombre. Quizá por eso escribo, o mejor dicho, quizás por eso necesito escribir.››

Recomendada a aquellos que no teman a las voces ni a la muerte del “Yo” presente; para quienes gusten de la historia y la narrativa bien construida; para valientes con ganas de algo distinto.

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Isabel del Río entrevista a María Melero



La cura de María MeleroIsabel del Río entrevista a María Melero, autora de La Cura, en La Odisea del cuentista:

BREVE BÍO
Tras estudiar diseño e ilustración, ha trabajado para empresas como Dear Deer, No Time Comunicación, y colaborado con revistas como SPY, Finerats Magzine, Exclusive, Oh! Dear Zine y Zunder.
Entre las exposiciones en las que ha participado se encuentran: la “Hunger for today, breart for tomorrow”, para La Mano Zurda en Madrid; “No hay Crisis Creativa”, para la Universidad de la Cultura de Sevilla; y “13”, exposición de láminas serigrafiadas en el Palacio Provincial de Cádiz, bajo la organización de Estudio Gráfico Malla.
Actualmente, podemos encontrar sus obras en las galerías No_Lugar y Red House en Sevilla, y en Artevistas Gallery de Barcelona.
La Cura es su primer libro en solitario.
http://mariamelero.com

ENTREVISTA
La Cura es un recetario que nos muestra cómo sanar uno de los mayores males a los que está expuesto el ser humano: el miedo al miedo. En él, María Melero, autora e ilustradora de la obra, muestra su propio camino terapéutico, una especie de viaje chamánico en que enfrenta a sus demonios para poder asimilarlos y, con el auto-reconocimiento, descubrirse a sí misma y dar un nuevo paso en su evolución personal.
IDR. ¿Cómo fue la gestación y el parto de esta obra?
MM. En principio, ni siquiera iba a ser un libro. Ilustré toda la historia para sanar un problema interno, personal, y así acabé encontrando la cura. Luego me pareció que quedaría bien como libro y Víctor, de Jekyll & Jill, me dio esa oportunidad.
IDR. ¿Crees en lo que aseguraba Jung de que ‹‹la sombra es el origen de la creatividad››? (en el Prólogo de Jessica Aliaga)
MM. En mi caso, la mayoría de las veces sí, yo no lo llamaría sombra, pero sí.
IDR. ¿Qué se siente al mostrarte desnuda ante los lectores?
MM. Creo que la gente agradece que la obra de un artista sea sincera, yo no he pensado en el público a la hora de llevar a acabo La Cura, ni suelo pensar en eso cuando trabajo en algún proyecto personal, al final, la gente lo capta y les gusta. Además recibo correo de gente dándome las gracias por tanta sinceridad, gente que se ha sentido identificada y se han sentido más arropados sabiendo que no son bichos raros, y eso es el mayor regalo que el libro me está dando.
IDR. Has trabajado como ilustradora para diarios, revistas y otros autores, pero, si no me equivoco, esta es tu primera obra en solitario. ¿Cómo te sientes ante tal reto?
MM. Me sorprendo a mi misma al darme cuenta de que no me asusta, lo estoy disfrutando muchísimo, pero no me planteo mucho más. La Cura es mi trabajo más personal e importante hasta ahora, pero una vez hecho, paso a centrarme en otra cosa, le doy mucha importancia y me hace feliz, por supuesto, pero tengo más proyectos en la cabeza con los que tengo y quiero seguir a delante.
IDR. La Cura no es un libro fácil, ni pretende serlo. ¿Cuál ha sido la reacción del público? ¿Y de los medios?
MM. Probablemente habrá gente que no termine de entenderlo o digerirlo, pero ha sido sorprendente la facilidad con la que el público ha captado el mensaje, pensé que pocos lo entenderían, pero muchas más personas de las que imaginaba se sienten identificadas.  Por ahora, las críticas son buenas.
IDR. ¿Cómo fue tu muerte metafórica?
MM. Fue un proceso duro y lento, no sabía a donde me llevaría, de ahí la necesidad de recrear toda la historia a través de la ilustración. Cuando llegué a una conclusión, me di cuenta de que tenía un final, que comenzaría siendo el principio de un nuevo yo en muchos aspectos. La Cura me ha dado la capacidad de conocerme y entenderme a mi misma como nunca antes lo había hecho y eso es un regalo, ¿no crees?
IDR. Háblanos sobre tu proceso creativo. ¿De dónde nace la inspiración? ¿Cuándo y cómo te pones ante el papel (o la pantalla)?
MM. Ahora tengo que hacerlo a diario, tenga o no ganas, ¡y que suerte la mía! Pero normalmente, si tengo ganas de expresar algo que ya no quiero ni necesito tener más dentro, está lloviendo y suena la música que más me apetece escuchar en ese momento, ya está, ya está todo perfecto para comenzar a pintar.
IDR. La Cura es un libro que recomiendo a mis pacientes por su capacidad de despertar del letargo al subconsciente y hacernos reaccionar ante ciertos aspectos de nuestra vida que necesitan un buen meneo. ¿Pretendías crear una obra de “mesilla de noche”? ¿Un libro al que recurrir en distintas etapas vitales?
MM. No lo pretendía, ¡ni siquiera pretendía publicar un libro! Pero ojalá La Cura acabe siendo eso, un libro al que recurrir cuando alguien lo necesite. ¡Buah, sería genial!
IDR. “El Veneno” tapa toda situación difícil. ¿Crees que nuestra sociedad ha confundido el veneno con el antídoto y vive adormecida a la realidad, y a ellos mismos? ¿Qué tratan de insensibilizarse y expulsar toda responsabilidad?maria-melero1
MM. Sin duda. Me duele aquí, me tomo una pastilla; estoy triste, me tomo otra pastilla; tengo ansiedad, me tomo otra pastilla. La mayoría de la gente no se para a pensar en por qué le duele la cabeza, está triste o tiene ansiedad. La realidad es que queremos una solución rápida y fácil que tape todo aquello que no nos gusta, y yo no creo que esa sea solución alguna. Entiendo que no es fácil pararse a analizar nuestra propia persona y situación, que a veces es duro y angustioso, pero el camino es así, complicado y hermoso a la vez, y al final hay un regalo sí o sí.
IDR. Una pregunta más autobiográfica: ¿cuándo empezaste a dibujar? ¿Cuál fue el momento de inflexión en que decidiste que querías dedicarte al arte?
MM. Dibujo y pinto desde pequeña, nunca he parado, pero me planteé dedicarme a esto en serio a los 19 años. Yo solo quería pintar, al principio nadie pensaba que podría ganarme la vida con la pintura y la ilustración, así que eso me dio más fuerza, en plan: “lo consigo por misma”. Ahora miro hacia atrás y me digo: “Bien María, bien”.
IDR. ¿Crees que actualmente el arte precisa de discurso? ¿Que el público no puede llegar a él sin comprender el contexto? ¿O crees que “una imagen vale más que mil palabras”?
MM. Yo soy de las que piensa que la obra de un artista está completa cuando hay un discurso detrás, si lo que pintas es pura estética, se queda vacío. Mi trabajo es mi forma de expresión, es muy necesario para mí. No importa que no todo el mundo lo entienda, pero yo siempre intento contar cosas.
IDR. ¿Cuál crees que es el papel del artista en nuestra sociedad? ¿Y la del editor?
MM. Creo que cada vez se valora más al artista y a los editores les interesamos por lo mismo. De todas formas, yo tuve la suerte de toparme con Jekyll & Jill, Víctor, su editor, es un tío que ama lo que hace y sabe lo que quiere, pero sobre todo, respeta al autor tanto como a la obra, y encima se lo curra tanto…, es tan cuidadoso y creativo con cada edición, ¡que el resultado es aun mejor que el que tenía en la cabeza! ¡¡Me lo como!!
IDR. ¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con Jekyll & Jill?
MM. Maravillosa. Víctor entendió a la primera el mensaje de La Cura. Le gustó tanta sinceridad y se la jugó, y encima me ha tratado en todo momento fenomenal, ha hecho que sienta que mi libro es aun más importante de lo que yo pensaba. Jekyll & Jill es conocida por lo cuidadoso de sus ediciones y así lo he podido comprobar.
IDR. ¿Qué consejo le darías a un artista que busca casa para su trabajo?
MM. Que llamen a la puerta de Jekyll & Jill, jajaja. Es importante que tengan primero un proyecto de peso, que se lo tomen en serio y que exijan sus derechos como autor/a y artista.
IDR. ¿Algún nuevo proyecto del que nos puedas hablar?
MM. Ahora mismo estoy trabajando para una editorial de Nueva York, ilustrando la novela de una escritora que pronto verá la luz.
También ando preparando mi próxima exposición, que será en febrero de 2017 en Madrid, junto con la ilustradora alemana Angela Dalinger.
IDR. ¿Qué estás leyendo actualmente?
MM. Estoy leyendo por segunda vez: El héroe de las mil caras de Joseph Campbell.
IDR. ¿Nos recomiendas alguna lectura?
MM. El gran mensaje de David Hockney (conversaciones con Martin Gayford) y Hombres que comen cebolla y cantan nanas al amanecer de Sara Herreras Peralta.

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Julio Fuertes Tarín

Entrevista a Julio Fuertes Tarín



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Isabel del Río entrevista a Julio Fuertes Tarín con motivo de la publicación de su novela Fábula de Isidoro

 

BREVE BIO

Premio Jóvenes Talentos Booket con el relato Una deslumbrante muestra de esplendor heterogéneo, vuelto a publicar en la antología de jóvenes narradores Bajo Treinta (Salto de Página, 2013, selección a cargo de Juan Gómez Bárcena). Ha publicado relatos en las antologías La vida es un bar. Cuentos de noche. Malasaña (Amargord, 2011), Black Pulp Box (Aristas Martínez, 2012) o en revistas digitales como Playground, Kamchatka (esta última perteneciente a la Universidad de Valencia) o la revista Quimera.

Ha traducido, entre otras cosas, las novelas Richard Yates de Tao Lin (Alpha Decay, 2011), Robar en American Apparel de Tao Lin (Alpha Decay, 2012) y La dieta de los no hola de Sam Pink (Alpha Decay, 2013).

Link a la reseña de Fábula de Isidoro:

http://laodiseadelcuentista.blogspot.com.es/2016/07/resena-de-fabula-de-isidoro-de-julio.html

ENTREVISTA

IDR. ¿Cuáles fueron tus inicios en el mundo de los libros y quién te empujó a él?

JFT. Gocé del privilegio de nacer en una casa llena de libros y al lado de una madre empeñada en hacer de mí un lector, lo cual supone más de la mitad del trabajo. Mi padre siempre reivindicó la escritura frente a los futuros suculentos que yo, a los once o doce años, iba proponiendo para mí: notario, físico nuclear y más cosas. Creo que sus palabras fueron “no te dediques a apretar tornillos”.

IDR. ¿Cuál es el primer libro que recuerdas que te marcara especialmente?

JFT. Me cuesta mucho encontrar un recuerdo en ese magma de Barco de Vapor, fantasía épica y novelas de Terry Pratchett. Un primer libro apabullante fue sin duda Romancero gitano de Lorca, que andaba rodando siempre por casa y que me parecía un maravilloso volumen de conjuros, es decir, lo mismo que me parece hoy.

IDR. ¿Qué te consideras antes: lector o escritor?

JFT. Debe de haber doscientos aforismos sobre el modo en que el escritor es a la vez el primer lector de su obra o acerca de ese lector ideal que hay que fabricar para escribirle a él una novelita. Luego están los que dicen que uno escribe la novela que quisiera leer, es decir, que uno fabrica un autor a su propia medida. Creo que, como en cualquier acto comunicativo, uno es a la vez emisor y receptor. En todo caso, me da mucha tiricia llamarme a mí mismo escritor porque ni vivo de esto ni mi obituario saldría en los suplementos culturales. La gente se podría confundir.

IDR. Fábula de Isidoro es una novela compleja, incluso bizarra y violenta, que remueve cimientos e invita a segundas lecturas. ¿Cómo está reaccionando el público?

JFT. Se tiende a tomar al lector por medio tonto: “esta novela no es para el lector medio” es un ejemplo de las barbaridades que se pueden decir a la ligera. Pero muchas de las personas que me han hecho comentarios sobre la Fábula (sobre todo los lectores más jóvenes y desprejuiciados) tenían una idea bastante clara de los mecanismos que estaban actuando en la novela: personajes que cambian de nombre, espacios inconcretos en su concreción; también la sensación fabulesca, en la medida en que casi todos los elementos de la novela tienen más de estructura y de carácter que de simulación psicológica o de gran engranaje narrativo, aunque sean versiones muy tergiversadas y esperpénticas de los procedimientos de la fábula. Estos lectores no solo han reconocido muchos de los fundamentos del texto sino que se han echado unas buenas risas con él, lo cual parece un síntoma muy positivo.

IDR. En la novela atacas al lector con múltiples tabús, en un ambiente apocalíptico y onírico que no permite réplica, sin saber muy bien qué es más condenable o si, en realidad, existe el bien y el mal. ¿Qué tratabas de provocar?

JFT. Últimamente digo que la Fábula es una novela social, aunque en el texto no me da la gana acudir a palabras como “bipartidismo” o “desahucio”. Si el que escribe no está comprometido con la escritura, difícilmente podrá estar comprometido con cualquier otra causa. Una novela que hable de política en sentido profundo no puede dejar de cuestionar moralmente incluso al autor, lo cual es difícilmente compatible con según qué registros que me parecen llenos de vanidad y que se deben más a tendencias periodísticas que al diálogo con la tradición y al cuestionamiento de la misma.

IDR. Fábula de Isidoro es una obra dura y oscura, incluso morbosa, ¿cómo haces para que tus historias no te afecten?

JFT. Creo que casi cualquier persona sensible y despierta que viva en nuestra sociedad está tan jodida que este texto es incapaz de levantarle una ceja. Es así en mi caso: si pienso en Isidoro pienso en sufrimiento más bien diluido, convertido en entretenimiento para el lector, pero no en el Horror Verdadero. Estoy seguro de que en España afecta más a la materia del alma ser autónomo, parado o guitarrista que escribir una cosa como la Fábula.

IDR. Si tuvieras que resumir la moraleja de la novela, ¿cuál sería?

JFT. Creo que si pudiera hacer eso no habría escrito la novela y habría escrito un párrafo en Facebook. Una parte importante de la intención del texto es desactivar cualquier posibilidad de moraleja veloz o satisfactoria. En este sentido, cuando hablé del texto con los editores insistí en que se trataba de un texto insatisfactorio y tirando a incómodo. Me parece la actitud más responsable teniendo en cuenta que cualquier persona lee diariamente en las redes sociales unas doscientas opiniones más rígidas que las tablas de Moisés.

IDR. ¿Por qué estos personajes? ¿Cómo fue la creación de Isidoro, Wynston, el Alférez y los demás?

JFT. Pensaba en personajes cuestionables y que no fueran de fiar. Los hay totalmente carentes de interés, como Wynston, pero también los hay sofisticados, construidos a partir de referencias culturales y de gestos, como Isidoro o el Alférez, inscritos en una misma especie de jerarquía celestial o demoníaca. Tienen que ver tanto con pinturas de arcángeles arcabuceros como con la monja guerrera y travesti Catalina de Erauso.

IDR. La locura es parte del ambiente y de todos los personajes. Todos sufren su propio mal y egoísmo, todos cometen faltas, pero ¿cuál sería para ti el peor de todos?

JFT. No lo sé, intento tratar a todos con cierto cariño, aunque se puede apreciar en el texto que no tengo mucho amor para el mundo académico. Isidoro también es bastante mal tipo, la verdad.

IDR. ¿Crees que hay solución? ¿O estamos condenados al fracaso y la estupidez como en Fábula de Isidoro?

JFT. Creo que esta novela se parece más a la fotografía fantástica de un momento concreto y lamentable. Tampoco creo que estemos peor que nunca, tampoco, mirando los porcentajes de alfabetización y de escolaridad. No tengo una gran opinión del siglo XXI, pero sí tengo una opinión fuerte acerca de quienes querrían haber nacido en el siglo XIX. En fin: quizá dentro de dos o tres mil años podamos celebrar alguna cosa.

IDR. ¿Cuál crees que es el papel del escritor en la sociedad actual?

JFT. Escribir lo mejor posible, que ya es bastante.

IDR. ¿Cuál es tu método? ¿En qué te inspiras? ¿Qué haces antes de ponerte a escribir?

JFT. No soy excesivamente metódico, pero la acción y la expectativa son muy importantes para mí, así que cada vez que planteo una narración termino haciendo esquemas llenos de flechas y líneas de tiempo por todas partes. Si no hago eso soy incapaz de recuperar esa sensación de linealidad con la que en principio va a experimentarse el texto una vez acabado. En Cómo se pinta un dragón, José Ángel Valente habla de la gestación en el Tao y de que la edad se cuenta allí a partir de la concepción, no del alumbramiento. Luego cita a Carlos Drumond de Andrade: “vive con tus poemas antes de escribirlos”; yo intento hacer eso, es decir, pienso mucho antes de escribir y no me siento hasta que no tengo un párrafo cerrado.

IDR. ¿Algún proyecto del que pueda hablarnos?Fábula de Isidoro de Julio Fuerte Tarín

JFT. Una novela en la que no todos los personajes son despreciables. Me cuesta muchísimo terminar un texto, así que no tiene mucho sentido hablar de esto ahora: nos vemos en un par de años o así.

IDR. ¿Qué es lo que te atrae de una historia y qué te hace abandonarla?

JFT. Hay un comentario de Umbral acerca de Cela en el que dice algo parecido a lo siguiente: en una novela, lo que no es escritura tampoco es nada. En general me molesta ver una prosa prevista y endeudada hasta las cejas. Creo que la palabra, la acción y la expectativa son tres unidades básicas, llenas de resonancias y connotaciones, y con ellas habría que establecer un combate honesto y hasta las últimas consecuencias (que tampoco serían muy graves, teniendo en cuenta que la escritura es una actividad por lo general sedentaria y tranquila).

IDR. ¿Qué le recomendarías a un autor novel que busque editorial para su manuscrito?

JFT. Que envíe correos en los que el peso de su propuesta recaiga exclusivamente sobre el manuscrito y no en notas introductorias llenas de fantasía y humor. Que no envíe poesía a editoriales que no publican poesía.

IDR. ¿Qué estás leyendo ahora?

JFT. Un ciclo de textos de Cela titulado A la pata de palo, que era de mi padre y viene con unas ilustraciones muy inquietantes; un regalo fantástico llamado Critical Theory Today de Lois Tyson y Coño potens de Diana J. Torres. Un buen potaje.

IDR. ¿Nos recomiendas algún título?

JFT. Cualquier cosa que tenga carácter. Cárcel de amor de Diego de San Pedro es como una película de Tim Burton escrita en un castellano tremendo y cósmico. Ágape se paga, de William Gaddis, está llena de dolor de glándula pineal. El cuento de Onetti Bienvenido Bob, dentro del cual es imposible fiarse de nadie.

Isabel del Río – Julio 2016

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Tres recomendaciones en La odisea del cuentista



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Fábula de Isidoro, Maleza viva y Cosmotheoros, en la lista de recomendaciones para julio de La Odisea del Cuentista:

Fábula de Isidoro, de Julio Fuertes Tarín (Jekyll & Jill) – Literario crítica/ficción social, +18-120

Maleza Viva, de Gemma Pellicer (Jekyll&Jill) – Antología de microrelatos y aforismos poéticos, +18-120

Cosmotheoros, de Christiaan Huygens (Jekyll&Jill) – Ensayo/Ciencia y Ciencia Ficción, +16-120

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Fábula de Isidoro de Julio Fuerte Tarín

Fábula de Isidoro en La Odisea del Cuentista



Fábula de Isidoro de Julio Fuerte TarínIsabel del Río reseña Fábula de Isidoro en su blog La Odisea del Cuentista:

Crítica mordaz hacia una sociedad adormecida por sucedáneos y falsos dioses.

“¡Abrazo esta época y su tamaño descomunal e innoble! ¡Te abrazo también a ti, compañero de viaje! Eres la sustancia más dura sobre la Tierra, ¡más que el diamante! La condición mediocre es imperecedera, para lamento de los pobres y fungibles genios”.

Últimamente he comentado varias obras que se ensañan con el momento actual, con ese espíritu de la época del que hablaba Hegel, pero en un estado de descomposición tal que parece que los autores se revuelven en sus sillas escapando de los gusanos.

“Nuestras almas son un valor de cambio y sobre este mercadeo fundamos una fecunda sociedad: así se impulsa el progreso del hombre a velocidades apabullantes”.

Fábula de Isidoro inicia sus andanzas como una obra irónica en la que un niño con poca imaginación y preocupaciones mundanas se ve envuelto en el fin del mundo, el apocalipsis, o en un cambio de era; según el gusto del lector. Lógicamente, tanto el autor como su co-protagonista diabólico, Isidoro, no esperan que la humanidad se aperciba de tal cambio, pues supuestamente esta es una narración en pasado, a pesar de que se realice en presente, y nosotros viviríamos en un mundo paralelo o sucesor del que nos narran en la historia.

“Pero de momento, antes de marchar hacia el Bernabéu para satisfacer tu desordenado apetito de narrativa épica, debo encontrar a unos amigos que nos acompañarán en este viaje”.

La aventura de nuestro protagonista infantil, Wynston Sandoval, da el pistoletazo de salida cuando, a causa de un atentado televisado con pira política incluida, queda sin resolver cuál es el marcador final del partido entre el Barça y el Madrid de esa tarde. Es tal su preocupación que se lanza a las calles sin tener en cuenta la tirada del Tarot que horas antes le hiciera su madre, o la voz de la locutora que avisa del estado de excepción.

“Ven, ven, coge mi mano. Te acompañaré a cualquier lugar pero tú también tienes que ayudarme. ¿A qué sitio prefieres ir primero?”.

Nos encontramos en un Madrid onírico y terrible, sitiado por tanques y soldados, en el que un ser diabólico, Isidoro, y los de su especie, se sienten como en casa. Un mundo en el que se ve inmerso Wynton quien, como testigo y cómplice, sigue los pasos del co-protagonista de la historia y ve los horrores de los que es capaz, con muerte y sexo incluidos, aunque no en ese orden.

“Wynston piensa qué va a hacer sin Isidoro, el único que ha impuesto orden en esta correría idiota, el único que vive su vida como un relato y es capaz, por eso mismo, de detectar con precisión los signos que esparce el destino en su loca dádiva”.

La fábula termina tal cual comenzó, con un niño que parece no haber aprendido nada de su experiencia, con el Barça-Madrid como protagonista, y una deuda que le perseguirá de por vida.

“(…) el mundo soy yo y todos los hechos giran en torno a mí, justo sobre mis hombros”.

¿Vivimos en el infierno y estamos pagando por nuestra complacencia y borreguismo?

Como toda buena fábula, contiene un mensaje, un aprendizaje para el lector. “Nosotros callamos prudentemente cuando, casi sin darse la vuelta, nos dice eso de bueno, ¿y qué habéis aprendido de esta historia?”.

Mención especial a Jekyll & Jill, quiénes ya se han convertido en imprescindibles en mi librería y destacan no sólo por las historias que publican, sino por los detalles que convierten sus libros en obras de arte de bolsillo.

Recomendada a los inconformistas, a aquellos que no teman a la pluma afilada o a la crítica con-o-sinconstructivismo, a las palabras tal y como suenan y se dicen, a una imagen clara, violenta, dramática ya veces muy desagradable de la realidad.

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Gemma Pellicer - Maleza viva

Maleza viva – Entrevista a Gemma Pellicer



Gemma Pellicer - Maleza vivaIsabel del Río entrevista a Gemma Pellicer en La odisea del Cuentista con motivo de la publicación de su libro Maleza viva.

¿Cuáles fueron tus inicios en el mundo de la escritura?
Fueron, creo, bastante comunes. Fui una niña lectora a la que le gustaba más leer que jugar. Leía lo que caía en mis manos: novelas, tebeos y cuentos de autores clásicos y juveniles. A los 9 años empecé a escribir un diario, lo que no era nada extraño entre los jóvenes de principios de los ochenta. A los 12 años empecé a fantasear con la idea de escribir y a esbozar pequeños cuentos, que regalaba a mi abuela con algún dibujo que lo ilustrara.

¿Qué eres antes: lectora o escritora?
Lectora. La lectura es el verdadero (y más firme) camino para llegar a poder escribir algo decente. Y para desarrollar, dotándola de profundidad y alcance, tu imaginación. Estoy convencida de ello.

¿Quién te inició en el mundo de la lectura?
Mi abuela nos contaba cuentos o historias a mis hermanas y a mí cuando nos acostábamos. En casa la lectura habitual de los mayores era, básicamente, de periódicos. Pero también recuerdo a mi padre encerrándose en su despacho a trabajar. Lo que consistía en emborronar muchos papeles, mientras fumaba un cigarrillo tras otro. Esos momentos los recuerdo con mucha nitidez. Escritura y lectura fueron siempre de la mano.

¿Cuáles son tus primeros recuerdos relacionados con libros?
La primera biblioteca que descubrí como tal, en el sentido de estar formada por un montón de libros puestos a mi alcance, fue la de mi escuela. Habían erigido una casita en mitad del patio del colegio para tal cometido, y yo era feliz. Recuerdo cómo, a partir de cierto momento, dejamos de leer en clase todos los viernes para desplazarnos hasta la biblioteca a leer en voz baja lo que nos diera la gana durante una hora entera. A mí, esa hora, se me pasaba volando. También recuerdo la colección de tebeos y cuentos infantiles que había en casa de mis abuelos maternos. Y la biblioteca enorme con libros para mayores en casa de los paternos…seguir leyendo

Maleza viva microrrelatos Gemma Pellicer

Maleza viva de Gemma Pellicer, reseña de Isabel del Río



Maleza viva microrrelatos Gemma PellicerIsabel del Río reseña Maleza viva, de Gemma Pellicer, en su blog La Odisea del Cuentista

Maleza viva es un libro de microrrelatos, en este caso próximos al poema en prosa y al aforismo, que baraja formas sentenciosas, narrativas y poéticas con otras dialogadas propias del microteatro. Su título remite a esa maraña de vivencias y sueños que supone toda existencia.

“Si te fijas bien, ese tío que parece ir a lo suyo y no estar para nadie eres tú”.

Si tuviera que escoger un libro para llevarme a un viaje, sólo uno, sin duda sería una antología de relatos, una obra de teatro o un poemario. Siento predilección por este tipo de obras, sintéticas y emocionalmente explosivas, llenas de matices, que reducen a la mínima expresión todo un universo.

“YO QUIERO TENER una vida COMO TÚ. dEJaR De SER PALABRA, mera sintaxis ridícula, ALZARME de una maldita vez DE LA NADA, ALCANZAR EL CIELO del ser”.

Jekill&Jill, una de mis nuevas editoriales de referencia, ha publicado una antología que mezcla poesía, microrelatos y aforismos en las mismas páginas. Además, si lo unimos al buen hacer de la editorial, que crea libros realmente preciosos —incluye un paquetito de semillas y todo—, nos encontramos ante uno de esos libros que puede considerarse un tesoro estético, por dentro y por fuera seguir leyendo

Gemma Pellicer y Maleza Viva



gemma pellicerIsabel Del Rio entrevista a Gemma Pellicer con motivo de la publicación de Maleza Viva en La odisea del cuentista.

«Las piezas que reúne el libro son producto de la imaginación, aunque también aparezcan en él personajes e historias reales, y aun otros que son arquetipos, como el hombre cautivo, el hombre libre o la figura del tentetieso. En definitiva, hay vida e invención entremezcladas en la recreación ficticia de experiencias vividas.»

La entrevista completa se puede leer AQUÍ

 

Isabel del Río entrevista a Paco Inclán



tantas mentirasIsabel del Río entrevista a Paco Inclán en el blog La odisea del cuentista.

Paco Inclán, 1975. Zurdo. Psicogeógrafo rururbano, por decir algo raro. De Godella, un pueblo del extrarradio de Valencia. He pasados varios años viajando de aquí para allá con diferentes proyectos, por citar un par: dieciocho meses en un proyecto radiofónico con emisoras comunitarias en la frontera entre Ecuador y Colombia. Y soy el mayor experto sobre catalanes que jugaron a pelota vasca entre 1924 y 1952, algo que no me ha servido para nada, solo para contarlo. No quiero whatssap. Desde el año 2008 soy el editor de la revista Bostezo (www.revistabostezo.com), desde donde han surgido otros proyectos editoriales y culturales. Organizo saraos, aunque juraría que quiero dejarlo.

I. ¿Qué eres primero: lector, periodista o escritor?
PI. Me veo como uno del pueblo que escribe. Estudié periodismo pero nunca me he adaptado al oficio al modo canónico. Prefiero lo de escritor, que es como más libre y a tu aire, sin ataduras. Y soy un lector disperso. Supongo que va todo junto.

¿Cómo se te encendió la llamita para Tantas Mentiras? ¿De dónde surgió la idea?
PI. No hubo una sola llama, fue más bien un incendio prolongado, un proceso lento, años viajando, metiéndome en líos, tomando notas, contando esas historias y otras a los amigos en barras de bares, dejando que ellos las mejoraran con sus aportes. Encontré cierta coherencia en los relatos que componen Tantas mentiras. Fueron tomando forma a través del tiempo hasta que tuve la oportunidad de estar tres meses únicamente dedicados a terminarlos. Empecé otros, pero al final se publicaron los que di por concluidos …seguir leyendo

Tantas mentiras de Paco Inclán por Isabel del Río



Tantas MentirasIsabel del Río reseña Tantas mentiras, doce actas de viaje y una novela de Paco Inclán el blog La Odisea del Cuentista.

“Tenga cuidado con las apariencias, a veces no engañan”.
Tantas Mentiras de Paco Inclán es la primera novela de la editorial Jekyll & Jill que cae en mis manos y ya puedo decir que, si siguen apostando de esta manera por la originalidad y las letras con significado, me voy a convertir en una de sus lectoras más fieles.
“Paradójicamente, el primero en perder los nervios ha sido un monje budista que, en inglés tibetano, ha soltado una serie de improperios que no he logrado entender del todo”.
Como reza el subtítulo de la obra: se trata de una antología que recopila “doce actas de viaje” y la “primera novela” del autor. Todo hay que decir, que a Inclán hay que leerlo entre líneas y buscar el doble sentido a sus juegos lingüísticos. Sí, nos habla de viajes físicos alrededor del globo, pero también de viajes morales, históricos, sociales e incluso antropológicos.
“Trabajo, me pagan por ello, en lo que he hecho toda la vida: beberme los bares, departir con sus feligreses, pero esta vez embadurnado de la retórica postmoderna del arte”.  …seguir leyendoNovela+Tantas+mentiras