Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur, uno de los diez libros recomendados para el Día del Libro 2014, en Libros y Literatura.
Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur, uno de los diez libros recomendados para el Día del Libro 2014, en Libros y Literatura.
«Antònia Escandell Tur, como una suerte de aparición que lo cambia todo, nos disuelve y nos hace formar parte de un proyecto como este que investiga el cine, que lo desmenuza, que lo explica con un mimo y un cuidado que, para profanos como yo en el arte de la creación fílmica, supone una revelación y un auténtico lujo.»
Sergio Sancor reseña en Libros y Literatura el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur.
«Antònia Escandell Tur, como una suerte de aparición que lo cambia todo, nos disuelve y nos hace formar parte de un proyecto como este que investiga el cine, que lo desmenuza, que lo explica con un mimo y un cuidado que, para profanos como yo en el arte de la creación fílmica, supone una revelación y un auténtico lujo.»
Sergio Sancor reseña en Libros y Literatura el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur.
Imagina que estás en Algún Lugar Helado, en Mitad de Ninguna Parte. Y que te acompaña un tipo que se jacta de ser uno de los mejores (y más ricos) cazadores furtivos que existen. La clase de tipo que tiene su despacho repleto de trofeos que en realidad son cabezas de animales cazados primero y disecados después. Imagina que tú también eres algo parecido a ese tipo. Que tú también tienes la piel de un oso polar en tu despacho y que, cuando se organizan cacerías furtivas de renos en territorio polar ártico, consigues un puesto en la especie de nave en mitad de la Nada Helada que una organización extraña, una organización hecha de siglas (la YTTPA), ha colocado allí. Que te dicen que, pase lo que pase, jamás salgas de esa nave. Que te limites a apuntar con tu rifle ahí fuera, a la Gran Nada Helada, y a esperar a que los renos desfilen ante ti. Pero ¿y si no pasa? ¿Y si los renos jamás desfilan ante tu objetivo? ¿Y si quien desfila es lo que a todas luces parece un animal prehistórico, un enorme animal de pelaje blanco y diminuta cabeza? ¿Y si dispararas? ¿Y si lo mataras? ¿No saldrías en busca de tu trofeo? ¿No saldrías en busca de su cabeza?
He aquí el inquietante y, por qué no, muy lovecraftiano arranque de la inmejorable Deshielo y ascensión, primera y brillante novela de Álvaro Cortina Urdampilleta. Con una atmósfera que combina el aislamiento de la obra cumbre de Thomas Mann, La montaña mágica, y un suspense propio del mismísimo Hitchcock —un Hitchcock que hubiera intentado imaginar lo que sintieron los acompañantes del explorador Amundsen en vez de andarse con moteles de carretera, rubias y tipos raros—, el escritor logra sumergir al lector en ese otro mundo, el mundo helado del todo incierto que no está en ninguna parte ni en ningún momento, como se sumergía Bastian en La historia interminable. Porque en esta novela no hay tiempo, solo frío, deshielo, líquenes capaces de volverte loco y cucarachas, unas cucarachas mutantes y caníbales, bípedas, trasunto salvaje de los seres humanos que habitan un territorio inhabitable. No hay nada a tu alrededor, solo lo que ocurre línea a línea en el interior de una historia que en realidad es un monstruo de cuatro cabezas, porque cada una de sus dos partes («Deshielo» y «Ascensión») contiene otras dos partes, dos historias, estrechamente relacionadas.
Laura Fernández reseña Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta en Fantífica, la comunidad de fantasía y ciencia ficción.
Imagina que estás en Algún Lugar Helado, en Mitad de Ninguna Parte. Y que te acompaña un tipo que se jacta de ser uno de los mejores (y más ricos) cazadores furtivos que existen. La clase de tipo que tiene su despacho repleto de trofeos que en realidad son cabezas de animales cazados primero y disecados después. Imagina que tú también eres algo parecido a ese tipo. Que tú también tienes la piel de un oso polar en tu despacho y que, cuando se organizan cacerías furtivas de renos en territorio polar ártico, consigues un puesto en la especie de nave en mitad de la Nada Helada que una organización extraña, una organización hecha de siglas (la YTTPA), ha colocado allí. Que te dicen que, pase lo que pase, jamás salgas de esa nave. Que te limites a apuntar con tu rifle ahí fuera, a la Gran Nada Helada, y a esperar a que los renos desfilen ante ti. Pero ¿y si no pasa? ¿Y si los renos jamás desfilan ante tu objetivo? ¿Y si quien desfila es lo que a todas luces parece un animal prehistórico, un enorme animal de pelaje blanco y diminuta cabeza? ¿Y si dispararas? ¿Y si lo mataras? ¿No saldrías en busca de tu trofeo? ¿No saldrías en busca de su cabeza?
He aquí el inquietante y, por qué no, muy lovecraftiano arranque de la inmejorable Deshielo y ascensión, primera y brillante novela de Álvaro Cortina Urdampilleta. Con una atmósfera que combina el aislamiento de la obra cumbre de Thomas Mann, La montaña mágica, y un suspense propio del mismísimo Hitchcock —un Hitchcock que hubiera intentado imaginar lo que sintieron los acompañantes del explorador Amundsen en vez de andarse con moteles de carretera, rubias y tipos raros—, el escritor logra sumergir al lector en ese otro mundo, el mundo helado del todo incierto que no está en ninguna parte ni en ningún momento, como se sumergía Bastian en La historia interminable. Porque en esta novela no hay tiempo, solo frío, deshielo, líquenes capaces de volverte loco y cucarachas, unas cucarachas mutantes y caníbales, bípedas, trasunto salvaje de los seres humanos que habitan un territorio inhabitable. No hay nada a tu alrededor, solo lo que ocurre línea a línea en el interior de una historia que en realidad es un monstruo de cuatro cabezas, porque cada una de sus dos partes («Deshielo» y «Ascensión») contiene otras dos partes, dos historias, estrechamente relacionadas.
Laura Fernández reseña Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta en Fantífica, la comunidad de fantasía y ciencia ficción.
Nedyah reseña Del enebro en su blog Érase un libro.
Del enebro, cuento de los hermanos Grimm, con prólogo de Francisco Ferrer Lerín e ilustrado por Alejandra Acosta. Edición bilingüe. Traducido del Plattdeutsch por Jessica Aliaga Lavrijsen.
Nedyah reseña Del enebro en su blog Érase un libro.
Del enebro, cuento de los hermanos Grimm, con prólogo de Francisco Ferrer Lerín e ilustrado por Alejandra Acosta. Edición bilingüe. Traducido del Plattdeutsch por Jessica Aliaga Lavrijsen.
«El deshielo antecederá el apocalipsis, un apocalipsis acuosa, que convertirá el mundo en un infierno anegado. El deshielo será la antesala del fin, el punto y final a un mundo de arquitectura helada y sombría, territorio de nadie, concluyendo con ese periodo de tiempo detenido, la tribulación, donde reinará el anticristo. Y, previo al deshielo, a la helada tribulación, el mundo sufrirá el rapto, en el que los elegidos ascenderán para encontrarse con dios en cuerpo y alma, dejando al mundo sumido en el caos, desamparado y sin redención posible. Un mundo poblado por despojos humanos, donde la decadencia ha sustituido al humanismo, la supervivencia a la convivencia, las tribus de caníbales sin lenguaje ni dios posible a los más desvalidos; porque la pobreza no tendrá lugar aquí. Reinará una distancia entre ricos y pobres tan monstruosa que los primeros se transmutarán en multimillonarios, cazadores de reliquias, esas últimas especies reconocidas, mezcladas, en su migración demencial hacia ninguna parte, con otras extrañas mutaciones gigantescas; y los pobres no serán nada. Es posible que los llamemos cucarachas, y que den caza a los que queden, a los otros, sean quienes sean.»
Marian Womack dedica una excelente reseña a la novela Deshielo y ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, en su blog Tulgeywoodnotes.
«El deshielo antecederá el apocalipsis, un apocalipsis acuosa, que convertirá el mundo en un infierno anegado. El deshielo será la antesala del fin, el punto y final a un mundo de arquitectura helada y sombría, territorio de nadie, concluyendo con ese periodo de tiempo detenido, la tribulación, donde reinará el anticristo. Y, previo al deshielo, a la helada tribulación, el mundo sufrirá el rapto, en el que los elegidos ascenderán para encontrarse con dios en cuerpo y alma, dejando al mundo sumido en el caos, desamparado y sin redención posible. Un mundo poblado por despojos humanos, donde la decadencia ha sustituido al humanismo, la supervivencia a la convivencia, las tribus de caníbales sin lenguaje ni dios posible a los más desvalidos; porque la pobreza no tendrá lugar aquí. Reinará una distancia entre ricos y pobres tan monstruosa que los primeros se transmutarán en multimillonarios, cazadores de reliquias, esas últimas especies reconocidas, mezcladas, en su migración demencial hacia ninguna parte, con otras extrañas mutaciones gigantescas; y los pobres no serán nada. Es posible que los llamemos cucarachas, y que den caza a los que queden, a los otros, sean quienes sean.»
Marian Womack dedica una excelente reseña a la novela Deshielo y ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, en su blog Tulgeywoodnotes.
«La jetée (1962), el mítico mediometraje rodado por Chris Marker como una fotonovela apocalíptica, es puesto al día en riguroso y original ensayo, tan original que incluso convierte sus fotogramas en viñetas de cómic. Lo firma la jovencísima y ya muy avezada Antònia Escandell Tur.»
Philipp Engel reseña el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur en el número de abril de la revista Fotogramas.
«La jetée (1962), el mítico mediometraje rodado por Chris Marker como una fotonovela apocalíptica, es puesto al día en riguroso y original ensayo, tan original que incluso convierte sus fotogramas en viñetas de cómic. Lo firma la jovencísima y ya muy avezada Antònia Escandell Tur.»
Philipp Engel reseña el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur en el número de abril de la revista Fotogramas.
«Antònia Escandell Tur se adentra en el trabajo de Chris Marker con un importante estudio y conocimiento fílmico y bibliográfico, encuadra la obra y sus formalismos dentro de la historia del cine, y tiene hallazgos poderosos en su interpretación, como el que encuentra respecto al retrofuturismo como idea y forma narrativa, el que reconoce la fuerza de términos como el cinematograma o la cinenovela –y sus implicaciones- en la descricpción del montaje de La Jetée, o el que anuncia la comunión de la película con el asumidamente bastardo género intermedio del cómic. Todo ello en lenguaje esclarecedor, en una edición que cinéfilos y cinéfagos debieran adorar, y en un libro lúcido y bello sobre las profundidades que puede alcanzar el arte cinematográfico.»
Goio Borge reseña el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur, en la revista de cultura Factor Crítico.
«Antònia Escandell Tur se adentra en el trabajo de Chris Marker con un importante estudio y conocimiento fílmico y bibliográfico, encuadra la obra y sus formalismos dentro de la historia del cine, y tiene hallazgos poderosos en su interpretación, como el que encuentra respecto al retrofuturismo como idea y forma narrativa, el que reconoce la fuerza de términos como el cinematograma o la cinenovela –y sus implicaciones- en la descricpción del montaje de La Jetée, o el que anuncia la comunión de la película con el asumidamente bastardo género intermedio del cómic. Todo ello en lenguaje esclarecedor, en una edición que cinéfilos y cinéfagos debieran adorar, y en un libro lúcido y bello sobre las profundidades que puede alcanzar el arte cinematográfico.»
Goio Borge reseña el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur, en la revista de cultura Factor Crítico.
«Este enjundioso y estupendo ensayo de Antònia Escandell Tur que ahora edita con mimo la editorial zaragozana Jekyll & Jill viene a sumarse a la celebración bibliográfica de esta pequeña gran obra desde el rigor analítico y la precisión contextual. Estamos ante un trabajo de investigación académico, sí, pero despojado de los habituales y molestos peajes de este tipo de publicaciones gracias a una exquisita labor editorial, generosa en ilustraciones y pequeños detalles, entre ellos el que materializa «al amante que se interpone entre la pareja que forman el cine y la fotografía» en las viñetas de un cómic, que hace de este libro un pequeño fetiche para markerianos.»
Manuel J. Lombardo reseña el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur, en el Diario de Sevilla.
«Este enjundioso y estupendo ensayo de Antònia Escandell Tur que ahora edita con mimo la editorial zaragozana Jekyll & Jill viene a sumarse a la celebración bibliográfica de esta pequeña gran obra desde el rigor analítico y la precisión contextual. Estamos ante un trabajo de investigación académico, sí, pero despojado de los habituales y molestos peajes de este tipo de publicaciones gracias a una exquisita labor editorial, generosa en ilustraciones y pequeños detalles, entre ellos el que materializa «al amante que se interpone entre la pareja que forman el cine y la fotografía» en las viñetas de un cómic, que hace de este libro un pequeño fetiche para markerianos.»
Manuel J. Lombardo reseña el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur, en el Diario de Sevilla.
«Hay ocasiones en las que el arte se convierte en libro, y el libro se convierte en arte. Son pocas, no lo duden, por eso hoy me encargo de hablar de Del Enebro. Su vida, la que se traduce en las páginas cubiertas con una pátina de belleza y artesanía de la vieja escuela, convierten a esta edición de uno de los cuentos de los Hermanos Grimm en una estación donde repostar, donde recoger la gasolina que nos falte en una tarde de lluvia o sol, eso da igual, porque lo importante en todo este entramado de lecturas y palabras, es el disfrute puro y duro, el goce literario, el escalofrío que recorre las venas cuando los libros nos hablan desde dentro, y hacia nuestro centro, jugando con las palabras y convirtiendo el movimiento de nuestros ojos al pasar por las letras en puro goce, en puro placer, ese que se inventa en sitios oscuros y luminosos y que nos contempla siempre con dedo acusador. No nos avergoncemos pues jamás de las lecturas, podrían estar perdiéndose algo como lo que nos traen Jekyll & Jill y eso sería un pecado, de los antiguos, por los que la hoguera era capaz de quemar nuestra piel y dejarnos sin aire.»
Sergio Sancor reseña Del enebro en La cueva del erizo.
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«Hay ocasiones en las que el arte se convierte en libro, y el libro se convierte en arte. Son pocas, no lo duden, por eso hoy me encargo de hablar de Del Enebro. Su vida, la que se traduce en las páginas cubiertas con una pátina de belleza y artesanía de la vieja escuela, convierten a esta edición de uno de los cuentos de los Hermanos Grimm en una estación donde repostar, donde recoger la gasolina que nos falte en una tarde de lluvia o sol, eso da igual, porque lo importante en todo este entramado de lecturas y palabras, es el disfrute puro y duro, el goce literario, el escalofrío que recorre las venas cuando los libros nos hablan desde dentro, y hacia nuestro centro, jugando con las palabras y convirtiendo el movimiento de nuestros ojos al pasar por las letras en puro goce, en puro placer, ese que se inventa en sitios oscuros y luminosos y que nos contempla siempre con dedo acusador. No nos avergoncemos pues jamás de las lecturas, podrían estar perdiéndose algo como lo que nos traen Jekyll & Jill y eso sería un pecado, de los antiguos, por los que la hoguera era capaz de quemar nuestra piel y dejarnos sin aire.»
Sergio Sancor reseña Del enebro en La cueva del erizo.
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«La cabalgata de Bogdano viene a plantear el problema de la filiación y de la influencia de los «padres ajenos» en la formación del espíritu. Pero la conclusión es que cada uno es hijo de si mismo: «No hay excusa: a partir de los trece, la educación es la que uno se ha dado, y no tiene sentido justificarse devanando los nombres y oficios y bibliotecas de su ascendencia familiar» (p 71).
La lectura de «Menos joven» no es fácil, pero si uno se agarra (a la crin del caballo de Bogdano, por supuesto) se da cuenta de que ese OLNI (objeto literario no identificado) no es un juego hermético para intelectuales desconectados de la realidad sino un intento muy serio de reflexionar sobre los valores que arrastra nuestra cultura occidental. Lleno de referencias eruditas, de hallazgos semánticos, pero también de humorismo, alusiones y gracias, esta novela nos invita a distanciamos de nuestras costumbres mentales. Un libro saludable.»
Jean Pierre le sam reseña la novela Menos joven de Rubén Martín Giráldez en la página de Alphalire, Festival du Premier Roman de Chambéry (Francia).
Aramys Romero reseña la novela Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta en su blog Viaje alrededor de una mesa.
«Deshielo y ascensión, el inusual y fabuloso debut del periodista Álvaro Cortina (Bilbao, 1983), se presenta ante los lectores como una «novela irrealista polar ártica» que «juega con diversos géneros como el terror gótico, la novela pedagógica, la biografía de artista, la ciencia-ficción y la aventura de exploración». Es, en efecto, muchas cosas a la vez, y por su escritura epistolar y ese horror blanco, helado y ciego que ejerce de atmósfera y que ahoga, es una novela lovecraftiana. «En buena medida, aun siendo una novela de voces ensimismadas y brumosos y mínimos rasgos físicos de personajes, es una novela que nace con los paisajes. Mi padre es un pintor de paisajes, algo se me pegaría aquí», cuenta Cortina, que ha dividido su historia en cuatro partes, cada una narrada con una voz distinta.»
Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta, en el artículo de Jesús Rocamora dedicado a H. P. Lovecraft, hoy en El Confidencial.
«En definitiva, ‘Deshielo y Ascensión’ es una primera novela atípica dirigida sobre todo para aquellos aficionados a la ciencia ficción en su vertiente más gótica y también indicada para el resto de lectores que quieran leer una novela muy bien escrita y con pulso narrativo, característica ésta de la cual Álvaro Cortina Urdampilleta va sobrado.»
Francisco José Arcos Serrano escribe en la revista Corazón literario una reseña doble sobre los últimos títulos publicados por Jekyll & Jill: Deshielo y Ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, y Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine, de Antònia Escandell Tur.
«En su ensayo, la filóloga comparatista Antònia Escandell Tur enriquece aún más los análisis que Philippe Dubois y Guy Gautier hicieron hace ya algunos años de este extraño cortometraje (28 minutos), situándolo en la vertiente más materialista del cine francés. Mientras los autores de la nouvelle vague estaban apasionadamente interesados por ocupar su núcleo central, Marker se encontraba a gusto dejándose llevar a la marginalidad.»
Hoy sábado, Ángela Molina reseña el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine de Antònia Escandell Tur, en el suplemento cultural Babelia del diario El País.
Nota: hemos alterado la maquetación de la reseña, cambiándola de una a dos columnas, para facilitar su lectura.
«Pues, al fin y al cabo, ¿qué es La Jetée? ¿La crónica de un fracaso que abre la puerta a una enmienda a la totalidad a la Historia? ¿Una historia de amor imposible? ¿Una elegía a la infancia? ¿Una recreación del mito del eterno retorno? ¿Una puesta en cuestión del estatuto cinematográfico de la imagen? ¿Un desgarrador homenaje a las víctimas de todas las guerras? ¿Una representación simbólica del deseo edípico? ¿Una visión del Apocalipsis? ¿Una reencarnación distópica del ángel benjaminiano?»
José María Matás escribe una excelente y completísima reseña sobre el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine, de Antònia Escandell Tur, en la revista digital Frontera D.
«La Jetée es un cortometraje de fotografías filmadas realizado en 1962, al que Marker llamó fotonovela. Su argumento, que encajaría dentro de la ciencia-ficción apocalíptica, ambientada en una hipotética Tercera Guerra Mundial que estallaría en el año 2040, nos muestra a un joven sometido a un experimento que le permite viajar en el tiempo. Este joven recuerda a una chica vista en un aeropuerto años antes de la guerra, cuando él no era más que un niño. En buena medida, el filme es esta historia de amor imposible entre alguien que recuerda que estuvo allí (La, j’étais), y recupera imágenes de los pliegues más remotos de la memoria, y quien es recordada pero está lejos, inaccesible, separada de él por estratos temporales que en el fondo, aunque parezcan lo contrario, son insalvables porque nadie puede eludir el tiempo. Un romance que se interpreta como la representación de las relaciones a la vez idílicas –por complementarias– e imposibles –por diferentes– entre la imagen fija, o fotografía, y la imagen enmovimiento, o cine.»
Reseña de Alfonso López Alfonso en el suplemento cultural del diario La Nueva España (Asturias) sobre el ensayo Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine, de Antònia Escandell Tur.
Nota: hemos alterado la maquetación de la reseña, cambiándola de una a dos columnas, para facilitar su lectura.
Reseña de la novela Menos joven, de Rubén Martín Giráldez, en Órbita Cultural de Universo La Maga, por Viridiana.
«»El brillante silencio blanco, claro y frio bajo cielos de acero, es despiadado», concluía Jack London en su célebre cuento El silencio blanco. La primera novela que publica Álvaro Cortina (Bilbao, 1983) recoge el testigo de este gélido personaje en los capítulos iniciales de Deshielo y ascensión. «Con todo aquel blanco masivo, uno al respirar debia andarse con cuidado», arranca este relato dividido en cuatro partes. Cuatro historias narradas por distintos personajes relacionados entre sí: un cazador, un ingeniero melémano, la mujer de éste y, finalmente, el hombre que destruyó la Abadía de Isemheim. En resumen, una serie de personajes que aspiran a representar la condición humana».
Reseña de la novela Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta, en la revista G/U/Campus (Universidad Complutense de Madrid – Diario El Mundo), por Luis Alberto Álvarez.
Nota: hemos alterado la maquetación de la reseña, cambiándola de una a dos columnas, para facilitar su lectura.