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La coronación de las plantas en El Receptor



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La novela La coronación de las plantas de Diego S. Lombardi, ilustrado por Claudio Romo, en el artículo ¡Libros que llegan! de El Receptor:
«Dioses antiguos vegetales, macabras pistas que conforman un rastro hacia una realidad y un músico con la poca cabeza de no huir mientras tuvo la oportunidad. Todo esto compone este acercamiento al terror insondable —quizá incluso cósmico— desde lo costumbrista que nos trae el autor argentino.»

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La coronación de las plantas en Valencia Plaza

Eduardo Almiñana reseña la novela La coronación de las plantas, de Diego S. Lombardi, ilustrada por Claudio Romo, en Valencia Plaza. 2/10/2017

‘La coronación de las plantas’ de Diego S. Lombardi, intoxicación por literatura psicoactiva

El escritor argentino es el responsable de esta novela que combina lo botánico con lo mágico, la cábala con el amor incipiente, el jazz con los sonidos de la noche rural, la ignorancia con la omnisciencia

VALÈNCIA. Si se piensa detenidamente, la historia que sucede entre los primeros recolectores y nuestros modernos supermercados a rebosar de alimentos está sembrada de muertes, de indigestiones y de malos viajes. Ahora resulta bastante evidente que no es recomendable llevarse a la boca frutos verdes de cicuta, prepararse unas Amanitas phalloides a la plancha, aderezar una ensalada con semilla de ricino o merendar un smoothie de adelfa, pero no siempre fue así. Hasta llegar a las precauciones actuales, el método del ensayo y el error ha ido dejando por el camino a un buen número de foodies curiosos. La naturaleza es bastante traicionera en lo referente a los venenos; a pesar de todo eso de los colores amarillos y negros, rojos o verdes que nos enseñaron en la escuela, la verdad es que la mayoría de vegetales letales no solo pasan perfectamente por comestibles, sino que de hecho, a simple vista, pueden resultar muy apetecibles. Dilucidar qué oscuras tendencias de la evolución han llevado a esta circunstancia puede llevarnos a una serie de conclusiones que no siempre resultarán halagüeñas para nuestra especie: ¿son esos colores llamativos y esas formas esponjosas o turgentes un cebo? En caso afirmativo, ¿por qué? ¿Qué podría desear un árbol repleto de neurotoxinas como el cinamomo -muy común en nuestras ciudades- de nuestro cadáver?

Nutrientes. Es una idea. O bien algo más elevado, restablecer un orden, un estado inicial más justo en el que los Homo sapiens no gozábamos de tanto protagonismo en la roca que habitamos todos -de momento-. Por suerte para nosotros, la vegetación con la que convivimos no es capaz de agredirnos como sí lo hacían los trífidos alienígenas de la novela del británico John Wyndham, que allá por mil novecientos cincuenta y uno concedió una victoria simbólica, literaria, al mundo vegetal en su novela El día de los trífidos. Quizás llegue un día en que El incidente de Shyamalan se haga realidad, pero no parece probable. Pero, ¿y si hubiésemos infravalorado históricamente a todas esas especies que a día de hoy empleamos con fines alimenticios u ornamentales, y si la lavanda o el tomillo fuesen simples máscaras tras las que se ocultasen poderes fuera de nuestra comprensión? Algo así nos plantea el bonaerense Diego S. Lombardi en su alucinógena novela La coronación de las plantas, que acaba de publicar el sello Jekyll & Jill, que por cierto, se pone cada día el listón más arriba en lo que a editar de maravilla se refiere. A la historia de Lombardi le acompañan las ilustraciones del chileno Claudio Romo, responsable de un trabajo excepcional que empieza en la sobrecubierta y sigue en el interior del libro.

Que lo dicho anteriormente no condicione la lectura de esta sorprendente novela, que deambula entre lo costumbrista y lo cósmico, que se sumerge en el abismo entre lo uno y lo otro. Precisamente ese lo que sea que pueda ser que pudiera existir al margen de las dualidades tiene un papel fundamental en los hechos que se narran a veces de soslayo, mientras se sugiere que puede estar sucediendo algo más grave, de mayor entidad que lo que se cuenta. Porque lo que se cuenta empieza siendo lo que ahora llamamos una escapada rural; una estancia en pareja en un pequeño pueblo, un amorío en su primera fase vivido por dos vecinos que casi no se conocen pero que se atraen lo suficiente como para tolerarse las rarezas que chisporrotean y prenden a veces entre sexo y sexo, entre conversación y silencio, entre paseo y cumplimiento de las obligaciones que uno se impone incluso de vacaciones, como ensayar con la trompeta, en el caso del protagonista. En ocasiones Lombardi nos quiere hacer creer que todo va a seguir así, que lo inquietante es un pretexto para hablar de lo mundano, del hastío, de los cambios, de los pronósticos funestos elucubrados en los días brillantes en que nada debería quitarnos el sueño.

Pero otras veces reaparece lo extraño, en forma de esas fichas de plantas cabalísticas que nos describen sus misteriosas propiedades de las que antaño hacíamos uso pero que ahora hemos olvidado, así como los rituales que podemos llevar a cabo con ellas; encantamientos arcaicos y modernos, embrujos para adquirir alas en la espalda, para escuchar los pasos del enemigo, para presenciar el origen de la cultura, para ver al hombrecillo de pan. Lo incognoscible irrumpe también en la propia estructura del relato, en sus aliteraciones burbujeantes de pócima en preparación -Uriburu, Guriburi-, en sus caligramas, en sus omisiones explícitas, en sus poemas humorísticos y trágicos, en sus rupturas, en sus saltos de narrador en narrador. Lombardi se regodea en las descripciones musicales y en la música de las palabras que arroja: “El berrinche de semicorcheas, plagado de cromatismos, y aquel tritono que cubría el pasaje de una lobreguez extravagante fueron dibujando un rostro, difuminando una nota para crear un sombreado o dándole vigor al ataque para resaltar los trazos más representativos. La escala magiar tocada con staccato y descendiendo en terceras menores trabajaba más allá de las paredes de la cabaña”.

La prosa de Lombardi actúa sobre el cerebro como un hongo seco que cuesta tragar al principio, pero que garantiza viajes fabulosos una vez se empieza a digerir. La estimulación llega a niveles psicotrópicos, los protagonistas se funden con lo que pasa al otro lado del telón de fondo, el pueblo cae y nos desorientamos, ellos y nosotros, y seguimos leyendo creyendo que ahora llegará la gran revelación, que llegar llega, en forma de bug que recuerda a la Ciclonopedia del iraní Reza Negarestani; aquí y allá asociaciones estridentes, antiintuitivas, poéticas, absurdas, cibernéticas. Llegamos al final con una intoxicación lombardiana galopante, en estado crítico, pidiendo oxígeno, donuts y un refresco. Al borde de dar por concluida la última página, la historia se vuelve caleidoscópica en la memoria reciente -porque este libro es aconsejable leerlo de una sola dosis-, y al cerrarlo, con la mente abotargada, pensamos: ¿qué ha pasado? ¿Qué me ha pasado? Me han echado algo en el libro. Y entonces nos acordamos de los rostros de las plantas maléficas, y nos preguntamos si no habremos sido víctimas capítulo a capítulo de su terrible influjo de seres preternaturales y antiguos.

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Entrevista a Claudio Romo en Revista PenúltiMa



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Paco Inclán entrevista a Claudio Romo, autor de las ilustraciones de la novela La coronación de las plantas, de Diego S. Lombardi, en Revista PenúltiMa.

El ilustrador chileno Claudio Romo es el autor de la portada y las ilustraciones de interior que acompañan a la novela La coronación de las plantas de Diego Lombardi. Después de publicar en Chile, México e Italia, la obra de Romo llega por primera vez a España de la mano de la editorial Jekyll&Jill.

 

Tus ilustraciones en La coronación de las plantas pueden verse como una atractiva baraja de naipes. Nos introducen de manera muy gráfica en la desconcertante magia de la novela de Lombardi. ¿Cómo fue la conexión creativa con el texto? ¿Lo visualizaste rápido?

Fue muy rápido. Víctor Gomollón, el editor de Jekyll&Jill, me sugirió un estilo xilográfico y visualicé la serie a la manera del grabado popular decimonónico, con cortes duros de alto contraste, dibujo primitivo.

¿Podrías hablarnos de la lira popular chilena y la influencia en tu obra de aquellos grabados decimonónicos? Pienso que es interesante ubicar al lector español en la tradición del grabado y la xilografía en Chile.

La lira popular tuvo su desarrollo entre las últimas tres décadas del siglo XIX  y las dos primeras del siglo XX. Eran periódicos de tamaño de un pliego escritos por poetas populares e impresos en talleres tipográficos. Se colgaban en las plazas de los pueblos y las ciudades para comunicar los sucesos acaecidos en Chile y el mundo. Estaban escritos en octavas e ilustrados con xilografías y clichés tipográficos importados de Europa. A diferencia de los poetas, los xilógrafos eran anónimos, no existe registro de sus nombres; lo más seguro es que fueran obreros tipográficos que participaban en las ediciones y terminaban ilustrándolas como parte del servicio. Los temas eran variados: política, temas sociales, hechos sobrenaturales, eventos patrióticos  pero todos  con la particularidad de ser vistos desde la perspectiva del pueblo. En las colecciones que han sobrevivido se pueden apreciar hechos portentosos, como la aparición de un culebrón demoniaco que se comió a una niña o las señales del fin del mundo presagiadas por la aparición de poderosos cometas. También eran frecuentes las protestas en contra de las injusticias, como las matanzas obreras, la pena de muerte para los pobres o los abusos de las clases dominantes.

Cuéntanos cómo fue el proceso creativo de la ilustración de portada… esos pezones tirando leche azul celeste.

Víctor me sugirió una portada muy vegetal, semejante a un grimorio. Entonces pensé en un personaje, una personificación de las plantas, un Señor del Veneno, a la manera de una deidad pagana, indígena, que operara como un lugar de culto. Respecto a la leche celeste turquesa, la imagen la saqué de una litografía que dibujé hace años en México. Formaba parte de una serie de grabados llamada Láminas de anatomía apócrifa, una versión pagana de San Lorenzo personificado como luchador de lucha libre que expulsaba de sus pezones una leche negra mientras era asado por un fuego azul.

Un escritor argentino, un ilustrador chileno y un editor español dan como resultado un excelente libro transoceánico. ¿Cómo valoras tu primera participación como ilustrador en una editorial española?

En lo personal es un gran placer presentar mi trabajo por primera vez en España en una editorial como Jekyll&Jill. Comparto la mirada estética de sus ediciones, su visión del arte, la tipografía y el diseño del libro; la concepción del libro como un objeto cultural depositario de variados flujos de producción artística.

En tu libro El álbum de la flora imprudente (Lom, 2007) también trabajas un herbario que defines como «un bestiario vegetal, un catálogo de plantas ficticias». Podríamos hablar de casualidad, aunque Jekyll&Jill haya hecho de intermediario. Aunque se traten de dos herbarios con perspectivas diferentes, ¿ves alguna conexión entre ambas obras?

Es una bonita casualidad. Las descripciones botánicas de Diego fueron sugerentes, las imágenes fueron saliendo fácilmente. Sentí una conexión con su mirada a la naturaleza, una naturaleza psicoactiva, como un ser caleidoscópico, mutante y vinculado a mitos vernáculos.

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Entrevista a Diego S. Lombardi en PenúltiMa



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Paco Inclán entrevista a Diego S. Lombardi, autor de la novela La coronación de las plantas, en Revista PenúltiMa.

Con su primera novela, Reflexiones de un cazador de hormigas, Diego Lombardi obtuvo el prestigioso premio ALBA narrativa. Con la segunda nos propone un viaje al mundo mágico de las plantas en el que el escritor argentino descifra mensajes ocultos de un herbario con poderes lisérgicos. Con pluma hábil, Lombardi nos arrastra por escenarios y personajes que parecen extraídos de un lugar donde, en palabras del autor, la materia aún no se configura y los pensamientos adquieren una densidad aterradora.

 

La primera es fácil: ¿qué has querido contarnos con La coronación de las plantas?

El libro surge por las ganas de compartir una historia y una serie de sensaciones e imágenes que fueron conformándose alrededor de infinidad de notas y entradas, producto del registro de vivencias personales, lecturas y meditaciones, hilvanadas por un designio que tiene que ver más con la intuición que con el artificio. El hecho de no poder controlar o racionalizar ciertos aspectos del proceso agrega una esfera que excede cualquier intento de explicarme. Sí queda en evidencia una exploración de los distintos grados de enlace entre los elementos, un tiempo que pierde su aparente linealidad, voluntades que trascienden cualquier dualismo y el horror de descubrir el doble fondo de una realidad tambaleante. La novela debe leerse como un mensaje de las plantas que me fue revelado durante todo aquel tiempo que pasé deambulando entre las plantas las plantas las plantas y que, por pertenecer a un mundo desconocido, se expuso a través de la única conexión común, hallada en terrenos arcaicos y primitivos e impregnada de intenciones olvidadas por la cultura.

En la novela llama la atención la mezcla de la sabiduría mística de las plantas con constantes referencias a la cultura occidental; una mezcla de herbario mágico con cultura ocultista-pop al fondo. ¿Qué conexión estableces entre ambas?

En la novela aparecen muchas cosas que me interesan y que provienen de fuentes de lo más diversas. La conexión es, tal vez, un hecho fortuito. La cosa pop está ahí, Marilyn Monroe llega sin que la busques; el conejo que atosiga con una lanza a un hombrecillo en el espacio liminar de un herbario del siglo XVI digitalizado y disponible en el portal de la Biblioteca Estatal de Baviera, difícilmente; aunque, ¿quién sabe? Antes de darte cuenta te habrás alejado demasiado por seguirlo a través del infinito hoyo negro del mashup.

La aparición de personajes misteriosos y escenas desconcertantes otorgan una dimensión mágica a la lectura de La coronación de las plantas. A medida que avanza la lectura, lo que llamamos realidad y fantasía se acaban confundiendo. Hay momentos en los que no se sabe muy bien qué está pasando, un desconcierto muy estimulante para los que nos gusta que nos saquen de nuestra esfera plana y predecible. ¿Cómo fue el proceso de escritura de la novela? ¿Igual de desconcertante o tenías claro el qué y cómo querías contarlo?

Me dejé arrastrar durante un par de años por un concepto difuso, una escena y la persuasiva presencia de las plantas. La irrupción constante de estos elementos terminó por tamizar todas mis observaciones y tuvo su momento más significativo durante una larga temporada en el monte. Sobre esta búsqueda y exploración fueron manifestándose personajes, algunos de forma esporádica y poco nítida, otros de forma insistente y concreta, provenientes de realidades tan distintas que parecen de fantasía. No fue sino hasta regresar a la ciudad cuando pude organizar y destilar el material de varios archivos y tres cuadernos de tapa dura, lisos y forrados en papel araña verde. Para ese entonces había logrado componer una imagen bastante clara del libro que quería hacer y me senté frente al teclado durante algunas semanas y en total abstracción. Al terminar, lo que bien dices: el desconcierto.

El lenguaje está muy cuidado. Gracias a eso logras introducir al lector en escenarios muy confusos a la vez que perfectamente verosímiles. No es fácil hacer que parezca fácil lo que fue complicado. ¿Trabajaste con muchas versiones antes de enviar el manuscrito a la editorial?

Hubo una primera versión casi idéntica a la definitiva, por supuesto que mucho más torpe y arrebatada. Continué trabajando el manuscrito durante algunos meses, limando asperezas y amenizando las formas. He cuidado el lenguaje como a un jardín. Aun así debo advertirte que al fondo, en los yermos que separan largas parrafadas, crece oculta una planta, esa que siempre es arrancada ni bien se la distingue de entre las rosas.

Ahora que están de moda todo tipo de terapias, ¿por qué no recurrir al poder mágico del herbario? ¿Qué cambios sociales experimentaríamos si se normalizara el consumo de plantas como método sanador, mágico y/o terapéutico?

Para esbozar una respuesta más concreta tendríamos que definir múltiples aspectos. ¿Puede considerarse un método sanador una dieta basada en plantas y frutos? ¿Desde qué lugar una persona decide tomar un té de tilo para relajarse, vaporizar flores de Bach para armonizar su vida o cocinar una pócima para acceder a planos de existencia más sutiles, allí donde la materia aún no se configura, pero donde los pensamientos adquieren una densidad aterradora? Considero el consumo de plantas, más que un método, una herramienta que puede desencadenar procesos de toda índole. He visto alguna vez el anuncio de una crema facial que hecha de aloe vera promete eliminar cualquier tipo de cicatriz; han transcurrido eones y aún continúo untándome, porque no veo mi cicatriz, pero la siento. ¿Sigue estando ahí? ¿Puedes, por favor, decirme?

¿Cómo valoras tu primera experiencia editorial en España? ¿Qué tal ha sido el proceso con Jekyll&Jill?

Publicar es siempre satisfactorio y conlleva la posibilidad de poder compartir mi trabajo con más personas. El proceso con Jekyll&Jill ha sido maravilloso. Víctor es un editor detallista, que asume riesgos e imprime en sus libros una dedicación asombrosa. Contar, además, con el alucinante y ponzoñoso lápiz de Claudio deviene en una situación ideal que nada deja librado al azar, haciendo de esta novela un objeto delicado y complejo.

La coronación de las plantas es una novela rica en referentes literarios y cinematográficos, ¿cuáles son tus lecturas y películas de referencia?

Tengo en más alta estima aquellas obras de carácter menos perecedero, que asumen riesgos en su contenido y estilo, resultan atractivas por sus particularidades o demuestran maestría en su ejecución. Ni qué hablar de esas creaciones en las que se ha apostado todo. Me gustan los clásicos, el pulp, el género, lo experimental. Que se deslicen referencias ha sido algo inevitable, como así también la filtración de cierto bagaje común a una generación inicialmente educada por la homogénea luz del televisor, aún lejos de la variedad y oferta de contenidos que, junto al acceso a Internet, llegaría en décadas posteriores.

¿A quién recomiendas la lectura de La coronación de las plantas?

A quienes hayan soñado con gorgojos en el arroz is arroz, escuchado los gritos del pasto recién cortado o comprendido de qué se trata acariciar a un gato en la madrugada.

¿Y a quién un viaje herbo-lisérgico?

Un viaje herbo-lisérgico podría salvarte la vida, asustarte y dejarte confundido o entretenerte con imágenes de colores vistosos; cada persona leerá lo que le permitan sus ojos, así como la intención y el contexto serán fundamentales en el desarrollo de la odisea. Recomendado para todos, lo que es casi lo mismo que recomendado para nadie.

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La coronación de las plantas en revista Penúltima



CUBIERTAS DESHIELO BOLSILLO.inddLa revista PenúltiMa publica en exclusiva las primeras páginas de la novela La coronación de las plantas, de Diego S. Lombardi

Una novela o un viaje herbo-lisérgico, es complicado decir en qué consiste exactamente La coronación de las plantas del argentino Diego S. Lombardi e ilustrada por Claudio Romo, que edita Jekyll & Jill, editorial que, generosamente, ha decidido regalar un lote de libro, póster, postal y marcapáginas mediante un concurso, puedes averiguar más sobre el concurso siguiendo este enlace.

Debíamos seguir el camino de tierra, vadear el río y continuar hasta donde la huella se pierde, donde antes había un cartel que señalizaba el sendero y donde ahora no quedaba más que el poste. Teníamos las vagas referencias de pasar una lomada, una higuera, datos proporcionados por un anciano con quien nos topamos a escasos pasos de la iglesia; había indicado la dirección a seguir frunciendo los labios, acompañando el gesto con un seco movimiento de la cabeza. El sol de la tarde hacía sentir su calor con una intensidad inusitada para la primavera. Nos detuvimos en una explanada a estudiar las posibilidades, pues ninguno de aquellos senderos ocultos por la maleza se ofrecía más importante que otro; a primera vista parecían no tener el mismo destino. Saqué de la mochila una botella, di unos sorbos y se la pasé a Paula. Antes de guardarla eché un poco de agua sobre mi coronilla. Y entonces lo vi, casi junto a nosotros. El Guriburi. Así lo bautizamos luego. No sé a quién de los dos se le ocurrió semejante apodo, pero la ambigüedad de aquella absurda palabra encajaba de maravilla con su persona. Había aparecido de la nada misma. Nunca supimos su nombre y continuamos refiriéndonos a él con aquel mote que parecía cargar cierta intención peyorativa. Avanzaba con la vista hacia el suelo, levantando de tanto en tanto la mirada para que descubriéramos unos ojos chiquitos e inquietos.…seguir leyendo

Deshielo y ascensión de Álvaro Cortina en Valencia Plaza



Eduardo Almiñana dedica una excelente reseña a la novela Deshielo y ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, en Valencia Plaza y Alicante Plaza  (26/12/2016)

Álvaro Cortina

Deshielo y ascensión, de Álvaro Cortina: una novela enorme ahora en edición de bolsillo

La editorial Jekyll & Jill reedita en pequeño formato tres años después de su estreno esta epopeya irrealista que une en una misma historia lo terrenal, lo espacial, lo humano y lo divino

VALENCIA. Dos hombres aguardan la gran migración de los renos desde un puesto de caza en la Costa del Norte. A su alrededor solo existe la blancura desprovista de compasión de una inabarcable tundra; frente a ellos, la impasible playa de Hommstadt no aguarda, simplemente es. En tales latitudes extremas y septentrionales la supremacía está del lado de los elementos no biológicos; ellos, los renos, los líquenes o los inconcebibles y desconocidos seres que habitan bajo la superficie gélida del océano son meras anécdotas vivientes cumpliendo sus funciones vitales bajo un sol omnipresente. Los renos no llegan y los días pasan en el habitáculo, un refugio minimalista con enseres básicos, herramientas, algunas armas y su correspondiente munición. También existe un pequeño nicho -la cripta-, un refugio dentro del refugio en el que cobijarse si las cosas se ponen feas. Una habitación del pánico. Afortunadamente, todavía no han visto ninguna cucaracha.

A Stefano Lenz le llaman el generalito sus subordinados a sus espaldas. Hombre de maneras de otra época, es el responsable de haber dado con un magnífico yacimiento de litio para la compañía allí mismo, en la Tierra, a solo unos pocos metros de profundidad bajo las interminables llanuras heladas del Norte. Un descubrimiento que generará una inmensa fortuna a la empresa, y todo gracias a él. Su misión le obliga a vivir en la base de Furth/Isoko Lithium-3000, rodeado de profesionales del sector y militares que pese a sus buen hacer en sus respectivos campos de trabajo, no le suponen ningún estímulo: simplemente peones, algunos, de hecho, rudos y problemáticos, una influencia nefasta para sus hijos y una desagradable tentación para su mujer, aburrida y excesivamente a gusto entre la vulgaridad tabernaria de sus subalternos. Los días habían transcurrido sin demasiados sobresaltos hasta que dieron con el cazador perdido en la nieve de cuya desaparición habían sido alertados. Cómo puede seguir vivo es un completo misterio.

Imágenes bíblicas muy matéricas, pinturas “de abrumadora grandeza armagedónica”, según los entendidos. Así es el trabajo de Anselm Des Près, pintor de la ciudad norteña de Sitka, propensa a provocar visiones del fin del mundo entre artistas e intelectuales locales. Pese a profesar -al menos por tradición- la fe católica, Des Près ha encontrado un mercado muy lucrativo entre los Testigos de Jehová, fervientes admiradores de sus obras barrocas y trágicas, de sus cristos mendigos y sus paisajes anacrónicos en los que vuelca todo el sufrimiento que es capaz de encontrar en calles, vertederos o morgues. La Confederación del Norte es un territorio terriblemente hostil al que el ser humano todavía no ha logrado adaptarse, y probablemente, nunca lo haga. No hay lugar para nuestras finas pieles en sus nieves, pese a que con gran esfuerzo se mantengan los asentamientos. Es imposible desprenderse de la sensación de que la amenaza de las cucarachas, los elementos o un mal no previsto abatiéndose sobre ellos en aquellas condiciones de aislamiento, podrían deshacerlo todo de un día para otro. El desprèsianismo tenía que nacer allí por fuerza.

Un transbordador parte rumbo a la Abadía orbital de Isenheim, un monasterio benedictino interestelar que brilla en mitad del cosmos como una perla en las profundidades marinas. Sus habitantes, consagrados al cultivo de unas algas acuáticas sumergidas en los gigantescos acuarios que son las plantas superiores de la estación, están condenados a pagar su fe con la destrucción de su ADN por las radiaciones de las estrellas, que en todo momento les acompañan y en todo momento les atraviesan. En el transbordador que pronto llegará a la abadía viaja un abogado acompañado por su guardaespaldas: la misión del primero es recuperar el Políptico de las estrellas, obra cumbre de un oscuro artista de la ciudad de Sitka; la misión del segundo servir de escolta, pese a que el destino se le presente como un remanso de paz en el que tomarse un descanso de las tribulaciones propias de la vida en un lugar sin futuro. Desde las cristaleras de la Abadía de Isenheim, la Tierra es una lejana masa gris.

Cuatro fantásticas historias enlazadas, una única y asombrosa novela que debería figurar en todas las listas de regalos de estas Navidades, especialmente ahora que acaba de ser relanzada en edición de bolsillo. Este prodigio que es Deshielo y ascensión se lo debemos a Álvaro Cortina Urdampilleta (Bilbao, 1983), quien con esta primera novela ha sido elogiado por autores de la talla de Enrique Vila-Matas, lo cual no es poco decir en un debut. Mediante una erudición comedida, un hábil manejo de las tramas en paralelo, una imaginación desbordante y una prosa pulida y precisa, Cortina nos convierte en pioneros y nos traslada a un tiempo indeterminado en el cual la aventura de llegar al Nuevo Mundo todavía es posible, o de nuevo es posible. Aunque hablar de géneros y poner etiquetas siempre limita -de hecho es un intento de constricción que en obras de mayor complejidad suele dejar fuera demasiado-, sí podemos decir que en esta historia que nos atañe cabe la ciencia-ficción, la teología, la narración de aventuras, el terror, el malestar existencial, los monstruos, el arte, la violencia. Deshielo y ascensión es una historia que podemos terminar y a continuación volver a empezar con la certeza de que nos va a ofrecer matices que habíamos pasado por alto.

Nada de lo humano le es ajeno a Cortina, ni tampoco lo infrahumano o lo ultrahumano. En cierto momento de la novela, se dice lo siguiente: “Nunca antes había tratado con alguien dispuesto a sacrificarlo todo y a robar por la celebridad. Pero no cualquier tipo de celebridad, sino la fama que previamente habían elegido tumbados en sus camas, a solas, sacando de la boca ensoñadas volutas de tabaco en serie, como un motor. Con la mirada fija en alguna cosa. En esos trances envanecidos, dicen, asalta el espectro de la posteridad a los artistas”. ¿Se vería Álvaro Cortina a sí mismo en el pasado de esta forma, convencido de que iba a dar que hablar con todo lo que tendría que escribir? Y hablando de ver, de ver más allá, ¿será casualidad la presencia constante de vigías a lo largo de las cuatro historias que configuran Deshielo y ascensión?

Cuatro autores de Jekyll and Jill en el OFFSANTJORDI DE TARDOR


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El próximo sábado, 12 de noviembre, cuatro autores de Jekyll & Jill firmarán ejemplares de sus libros en el #OFFSANTJORDI DE TARDOR

De 12 a 13 h:
CARME TIERZ  firmará ejemplares de El Libro de los Milagros
ANTÒNIA ESCANDELL TUR firmará ejemplares de Chris Marker y La Jetée
RUBÉN MARTÍN GIRÁLDEZ firmará ejemplares de Magistral y Menos joven

de 18 a 19 h:
GEMMA PELLICER firmará ejemplares de Maleza viva

#OFFSANTJORDI DE TARDOR
L’antic Teatre, C/ Verdaguer i Callís, 12. 08003 Barcelona

 

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EL LIBRO DE LOS MILAGROS Los relatos reunidos en El libro de los milagros, ocho cuentos irreverentes, reinterpretan en clave irónica y desmitificadora algunos pasajes de la historia de lo sagrado. Son cuentos fantásticos que proponen una mirada diferente hacia grandes verdades defendidas por la Iglesia, dogmas rígidos e irrebatibles que, a veces, rayan la superstición. La resurrección de Lázaro, las apariciones marianas en Lourdes o las propiedades sanadoras de la momia de San Isidro Labrador son tres de los episodios que se reescriben en El libro de los milagros, un habilidoso juego literario que condimenta esas gestas sobrenaturales con detalles extraídos de la realidad y un sentido del humor profundamente negro. Con prólogo de José María Latorre. El libro incluye en su interior ocho estampas de laCarme Tierz escritora ilustradora Sobelman Corta y Pega.

CARME TIERZ, licenciada en Periodismo, ha desarrollado su carrera fundamentalmente en el ámbito del periodismo cultural y, muy especialmente, en el de las artes escénicas. Ha sido directora de las revistas TeatreBCN y TeatroMADRID; redactora especializada en teatro y columnista en El Periódico de Catalunya, crítica teatral de Guía del Ocio BCN y Time Out Barcelona y colaboradora en revistas como Assaig de Teatre, editada por Associació d’Investigació i Experimentació Teatral (AIET), y Artezblai (Artez). Fue editora externa y prologuista de Memòria Crítica. Els anys difícils del teatre català, de Gonzalo Pérez de Olaguer (Arola Editors, 2008), y coordinadora de proyectos editoriales para Ara Llibres. Ha sido directora periodística de Hamlet, Revista de les Arts Escèniques y actualmente colabora con el Institut de Cultura de Barcelona. Ha publicado Barcelona, ciutat de teatres, junto a Xabier Muniesa (Viena Ediciones, Barcelona, 2013)

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Chris-Marker-y-la-jeteeCHRIS MARKER Y LA JETÉE, LA FOTOGRAFÍA DESPUÉS DEL CINE Jugar con el tiempo. Un juego que seduce al espectador de este cortometraje de ciencia ficción apocalíptico. La Jetée, de Chris Marker, se compone de una serie de fotografías que discurren por la pantalla como postales enviadas desde los pliegues más remotos de la memoria. El estatismo temporalizado de las imágenes da lugar a una obra ambigua y misteriosa que sería la contradicción misma del hecho cinematográfico: una película sin movimiento. El presente ensayo trata de desentrañar las reglas de este juego de alianzas entre fotografía y cine que resulta en imágenes de gran magnetismo, capaces de atravesar los estratos del espacio y el tiempo para adentrarse en los paisajes interiores del amor. Se cree que Chris Marker vino al mundo un 29 de julio de 1921 con el nombre de Christian François Bouche-Villeneuve. Con algo más de certeza se sabe que se las apañó para irse el mismo día del mismo mes de 2012. Silenciosamente, fiel a su estilo, desaparecía por donde había venido una figura capital del pensamiento contemporáneo. Cronista certero y lúcido de su tiempo, cineasta, fotógrafo, escritor, ensayista, editor y viajero, su producción diluye las fronteras entre disciplinas. En su juventud fue alumno de Jean-Paul Sartre y formó parte de asociaciones afines a la Resistencia francesa; durante este periodo de formación se perfilan unas inquietudes intelectuales que ya no lo abandonarían. Prueba de ello es una extensa obra cuyo hilo conductor es la indagación en la crisis referencial de la imagen y en las consecuencias éticas de dicha transformación. En la última etapa de su vida, ya octogenario, se sumergió en el mundo de la tecnología multimedia y del videoarte. En toda su producción y en toda esta diversidad subyace una única obsesión: la fascinación por el poder de la imagen. Entre las obras más representativas del director cabría mencionar los títulos Olympia 52 (1952), Les statues meurent aussi (1953), Lettre de Sibérie (1957), Description d’un combat (1960), Le joli mai (1962), Le fond de l’air est rouge (1977), Sans Soleil (1982), A. K. (1985), Le tombeau d’Alexandre (1993), Level 5 (1996), la instalación multimedia 10.antonia-escandell-tur(Foto Isabel Camps)Immemory (1997), Une journée d’Andrei Arsenevich (1999), Le souvenir d’un avenir (2001) y Chats perchés (2004).

ANTÒNIA ESCANDELL TUR es licenciada en Teoría de la literatura y literatura comparada por la Universitat de Barcelona. En los últimos años se ha dedicado a la docencia y a la traducción. Entre 2008 y 2011 trabajó como lectora de lengua española en la Universidad Alexandru Ioan Cuza de Iaşi, una pequeña ciudad al norte de Rumanía, donde, además de dar clases de lengua y literatura, coordinó una revista literaria. Gracias a una beca para traductores obtenida en 2011 ha colaborado con el Instituto Cultural Rumano en varios proyectos. De entre ellos destacaría el volumen Broşura. Ensayistas rumanos, una compilación de ensayos para la que tradujo fragmentos de diversos autores. Es miembro fundador del proyecto colectivo Reviradors, una plataforma para traductores literarios. Ha publicado artículos sobre cine, literatura y fotografía en diferentes revistas divulgativas de ámbito universitario. Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine es su primer libro.

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Magistral de Rubén Martín Giráldez

MAGISTRAL Como para resucitar el gusto sería necesario que esta nación se hubiese tomado alguna vez en serio aquello de que nuestro cuerpo es un templo y la boca su excusado, lo más factible será ir pensando en reconstruir la lengua para poder mentir al menos sobre lo limpio que teníamos aquel palacete forrado de piel y pelos y perforado sin remedio nueve o diez veces. A lo mejor deberíamos ir pensando en cambiar un idioma que ya no sirve. Puede que haya llegado la hora de hacerle al castellano un hoyo en la hermosura y cagarle lombrices dentro hasta rellenarlo. El castellano es hoy un idioma monigotado, toca asaltar otras lenguas.

PREMIO LIBERISLIBER 2016

MENOS JOVEN es una fanMenos Joven de Rubén Martín Giráldeztasía severa, una novela cruel —casi pensada para ser leída en voz alta por un tenor heroico—en la que el locutor de un programa infantil radiofónico llamado El peinado de Calígula narra los progresos de su concursante, Bogdano. Éste, a lomos de su caballo, debe buscar, encontrar y someter a una charla de devastación a sus ídolos. Deporte y castigo transcurren «más en palabra que en acto», retransmitidos por el locutor, que cabalga incansable tras el protagonista en compañía de una audiencia de niños que asiste al concurso en directo. El extravagante discurrir de Bogdano es el resultado de la educación híbrida que su padre le proporcionó de pequeño, y que consistió en darle a leer toda una biblioteca de libros vulgares retapados con cubiertas de las grandes obras de genios de la literatura. «¿Se ha fortalecido su carácter gracias a la ignorancia? Es muy posible.» El problema es, resumiendo, que para él Dickens bien podría ser el autor de la saga de Kunta Kinte; y Antonin Artaud, un actor norteamericano de thrillers de serie B. Menos joven, segundo libro de Rubén Martín Giráldez, es una carrera desquiciada, una Rubén Martín Giráldezhorse movie vociferada que se vale de una verborrea manipuladora que no disimula su deuda con Manganelli, Gombrowicz, Rabelais, Sterne, Céline o Volodine. Cubierta de Alfonso Rodríguez Barrera y calcomanías de David Cauquil.

RUBÉN MARTÍN GIRÁLDEZ ha publicado las novelas Magistral y Menos joven, así como el relato «Prólogo a Centauros extirpados» en la antología Doppelgänger: ocho relatos sobre el doble + bonus track (Jekyll & Jill Editores) y el ensayo burlesco Thomas Pynchon: un escritor sin orificios (Alpha Decay, 2010). Ha traducido a autores como Tom Robbins, Jack Green, Bruce Bégout, Blake Butler, Leonard Gardner, Ernest Haycox, Laird Barron o Morrisey. Una de sus traducciones es Cosmotheoros, el libro de Christiaan Huygens aparecido en esta editorial en 2015.

Su web: celinegrado.wordpress.com  Autor representado por The Ella Sher Literary Agency,www.ellasher.com

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MALEZA VIVA es un lmaleza-viva-gemma-pelliceribro de microrrelatos, en este caso próximos al poema en prosa y al aforismo, que baraja formas sentenciosas, narrativas y poéticas con otras dialogadas propias del microteatro. Su título remite a esa maraña de vivencias y sueños que supone toda existencia. En la primera parte aparece una serie de personajes cuyo cometido estriba en presentar situaciones insólitas, a la manera de tímidos puntos de luz, alumbrando a través de su comportamiento un tanto excéntrico su correspondiente parcela de realidad. Así, locos, vagabundos y ajadas marquesas desfilan por estas páginas, junto a otros seres singulares. En Herbolario, la segunda parte, nos encontramos también con piezas cercanas al surrealismo, pero vinculadas al misterio de una naturaleza inextricable que al cabo impone su voluntad. Y en donde a menudo ese mismo ecosistema toma la palabra para hacer oír su voz. El conjunto, una prueba más de la vitalidad del género hoy en España, muestra un puñado de microrrelatos de corte íntimo, en el que vida y literatura enredan sus hGemma Pellicer escritorailos hasta formar un maravilloso retablo de poder evocador.

GEMMA PELLICER es licenciada en Filología Hispánica y Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabaja como editora de textos de ficción y cultiva la crítica literaria en la revista Quimera. Escribe microrrelatos, cuentos y aforismos, piezas que han aparecido recogidas en antologías como Mar de pirañas. Nuevas voces del microrrelato español (2012), en edición de Fernando Valls; La música de las sirenas (México, 2013), al cuidado de Javier Perucho; o Aforistas españoles vivos (2015), de José Luis Herrera. Además, es corresponsable de la antología Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (2010). La danza de las horas (2012) fue su primer libro de microrrelatos.

Fábula de Isidoro de Julio Fuertes Tarín en Specimens



Fábula de Isidoro, de Julio Fuertes Tarín, en la lista de recomendaciones de la revista internacional de narrativa iberoamericana Specimens.

«La madre de Wynston espera a su hijo a la llegada del colegio para hacerle una tirada de cartas del tarot de Jodorowsky y darle la merienda. La emisión televisiva de un partido de fútbol crucial se ve interrumpida por una transmisión violenta en la que dos encapuchados flanquean a un rehén medio apiolado en una silla: el presidente del gobierno español. La reacción del niño:

este Presidente será rápidamente sustituido por otro y el partido de mañana es la única final de fútbol que podré jugar con trece años; si pierdo ese momento, nunca volverá.

Comienza una debacle con estribillo que revienta todo lo narrado cada vez —como el de «Some Velvet Morning», cuando Nancy Sinatra clama que es Fedra—, y está hecho de sucia carne de Rabelais mechada con el speech de un locutor deportivo. El narrador profeta de esta fábula desvía un dedo ya de por sí torcido para engañar la peste a boca del idioma y hace resucitar a Isidoro, una especie de célula durmiente ducassiana, avidísima y exultante. Isidoro, mesías villano, coge de la mano a Wynston y a otros que se encuentra, se cruza o atraviesa. Y la cosa ya se pone de un Walpurgis que van bien dados los que esperasen un caminito cantarín con los personajes del mago de Oz. (Jekyll & Jill)»

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Fábula de Isidoro de Julio Fuerte Tarín

Fábula de Isidoro en GentNormal

Fábula de Isidoro de Julio Fuerte TarínLluc Gallifa reseña Fábula de Isidoro, de Julio Fuertes Tarín, en el magazine GentNormal:

La Fábula de Isidoro és una gamberrada, sí, però gens gratuïta. L’argument és aquest: en Wynston, un nen d’uns tretze anys, està molt excitat perquè el capità de l’equip de futbol de l’escola li ha promès que, si encerta la travessa del Barça-Madrid d’aquest vespre, podrà jugar com a titular al partit de demà. Imagineu-vos, doncs, la tensió amb la que viu el noiet els últims segons del partit, quan Messi xuta el gol que marcarà la diferència, la pilota vola en direcció a la porteria i… PAM!, de cop es talla l’emissió i apareix a la pantalla el President del govern lligat de mans i peus per uns terroristes. Aquests decideixen cremar-lo en vivo y en directo; tot un espectacle. En Wynston, insatisfet davant la tallada de rotllo, decideix arribar fins al Bernabéu per descobrir com ha acabat la cosa, travessant tota una ciutat que, a partir d’ara, quedarà sota estat d’excepció, infestada de tancs, soldats i gent molt sonada. De camí, es toparà amb l’Isidoro, un paio estrany que està rallat perquè s’ha perdut l’execució del president i, per compensar-ho, decideix sortit al carrer per viure de primera mà tota la violència que s’hi anirà desencadenant. L’Isidoro es convertirà així en el guia que acompanyarà en Wynston fins l’estadi de futbol. Sens dubte, és un viatge iniciàtic en tota regla.
El cas és que m’ha sorprès molt gratament el llibre perquè per damunt d’aquesta aparença d’absurditat total hi floten unes qüestions que trobo molt interessants. Per exemple, les poques llums d’en Wynson i la seva obsessió amb el futbol. Penseu-hi; serà testimoni de escenes macabres, coneixerà personatges decadents, viurà situacions extremes i, en definitiva, tot un ambient apocalíptic que serveix per suggerir que la societat està fotuda, fotudíssima vaja, i res, ell vinga a pensar en el partit.
Deia abans que el llibre es presenta com un viatge iniciàtic. De fet, ja sabeu que tota faula pretén proporcionar una ensenyança més o menys moral però, ja ho veieu, al final resulta que el protagonista no n’ha après res de tot plegat, o no ha volgut entendre res. O potser és que no l’ha sorprès res? Potser està tan acostumat a veure tanta violència per la televisió que arriba un moment en que un ja està curat d’espants. Estan cremant el President de veritat o és tot un muntatge, una pel·lícula? Bé, en qualsevol cas, és igual que sigui cert, en uns dies serà substituït per un altre President. Aquest és el pensament d’en Wynston. Sens dubte, la falta de moral o la deshumanització és un del punts claus de la novel·la, perquè a l’altre extrem de la indiferència d’en Wynston hi trobem l’exaltació violenta de l’Isidoro i els seus constants cants a la destrucció. Per un costat, la terrible normalitat i acceptació davant l’horror, per l’altre, la morbositat que genera.
Tot això es realça amb una narració que sovint m’ha recordat al món dels videojocs (una espècie de GTA fet llibre?): hi trobem un llistat dels perills i enemics que han hagut de superar durant la travessia, un inventari dels objectes que porta en Wynson a les butxaques, alguna missió que complir per passar a la següent pantalla. El resultat és una realitat cada cop més diluïda, més distant, però alhora més caricaturitzada. A l’interior del llibre s’hi inclouen un parell d’il·lustracions precioses del propi autor, una de la quals sembla simbolitzar en Wynston: un noiet vestit amb uniforme de futbolista, amb cap de xai, perseguint una pilota. Ell és així, res més. Aquest llibre és una sàtira social, no en tingueu dubte.
Us deixo amb un paràgraf que em sembla francament brillant, amb el qual vaig estar rient una bona estona. Crec, a més, que representa clarament quina es l’essència d’aquest llibre, amb les seves subtils ganivetades a una societat que es creu molt cultai que sovint aquesta mateixa cultura l’encega. Us poso en situació: estem en una universitat, enmig d’una classe i de cop irromp a l’aula una tia amb explosius fent un atac terrorista i cridant que la democràcia va matar a Sòcrates. Després de tota la moguda, la professora (que ha sobreviscut) pretén tranquil·litzar als pocs alumnes que queden fent el següent discurset:

«PROFESORA ERUNDINA: Alumnos míos, carne de mi académica carne, dientes insustituibles de este vulnerado engranaje: lo que hoy hemos vivido nos demuestra [irreproducible] quedamos presos del horror, pero a pesar de todo [ininteligible] trabajo en equipo, sobre todo esfuerzo; [inaudible] democracia. Esta Universidad [ininteligible] medios a vuestra disposición, [irreproducible], compañerismo para alcanzar nuestras metas y no permitamos nunca [inaudible]. Muchas gracias por prestarme atención en este momento crucial de nuestras vidas. ¿Dudas, preguntas, objeciones? Id a casa ahora; tranquilizaos, abrazad a vuestros familiares, tumbaos en el sofá y bebed, os lo ruego, mucha agua. Os hará bien.

Erundina arranca un breve pero sólido aplauso del alumnado.»
Tu, però al final encerta la travessa o no?

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Fábula de Isidoro de Julio Fuerte Tarín

Fábula de Isidoro en El Coloquio de los perros



Alejandro Hermosilla dedica una reseña a Fábula de Isidoro, de Julio Fuertes Tarín, en El coloquio de los perros).

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Lo que más me gusta de la Fábula de Isidoro de Fuertes Tarín es su actitud. Su visceralidad a medio camino de la anarquía y la rebeldía adolescente. Su necesidad y ansia de corromper, demoler. Como ponen de manifiesto esa prosa cruda llena de vaivenes semejantes a navajazos lingüísticos o esas frases aceleradas que en realidad, son violentos puñetazos a las tripas del lenguaje, así como al orden establecido. Cuchilladas en el vientre de la narrativa española contemporánea y su sociedad. De hecho, no veo el relato tanto como una narración sino más bien como un ladrido. Los berridos de varios perros hartos de sus amos, los collares y la comida procesada que ingieren diariamente. Lo que provoca, obviamente, que Fábula de Isidoro no sea un texto perfecto. Sea orgullosamente irregular. Exactitud que, por otro lado, no creo que pretenda, pues su apuesta se basa más bien en la destrucción, la corrosión, esto es, la sinceridad y rabia de su grito. Un grito parecido a una sardónica canción de Extremoduro mezclada con los delirios oníricos de Lautréamont. O a un crudo relato urbano con ecos del lenguaje carnavalesco barroco. Un riff de La Polla Records viajando a través de los intersticios literarios hispanos de este y otros siglos.
Siento dos fuerzas chocando y peleándose en el relato de Tarín. Una primera que, más allá de su carácter gamberro, intenta dotar a la obra de cierto aliento mágico, sobrenatural y onírico capaz en cierto modo de trascender y elevarse (aunque sea de forma canalla) sobre aquello que narra. Para lo que se ayuda tanto de la palabra fábula en el título, la maravillosa portada (del propio Tarín) o el ingenioso trabajo editorial de Jekyll & Jill, cómplice en todo momento con las ideas del autor como de ciertos guiños a la novela picaresca e incluso, sí, a los textos satíricos del Siglo de Oro o el romanticismo español. Y otra segunda (realmente mucho más fuerte), tan destructiva como desacomplejada. Un sarpullido de nihilismo barrial empeñado en que los escasos ecos sobrenaturales y morales que la primera fuerza invoca, besen el polvo. No se eleven más que unos pocos centímetros de la tierra como en cierto modo exige una narración cainita y sanguinaria que, en este sentido, me recuerda (sobre todo, en el espíritu) al Polispuercon del gran Héctor A. Murena. Un Lautréamont despojado de toda marcialidad y trascendencia, centrado más en los rugidos de los intestinos que en los truenos o las maldiciones celestes. Atento más a los insultos y escupitajos, los recorridos por los barrios y las cárceles, y a la sangre y al semen circulando por las venas y los testículos, que al propio desafío de los inconformes contra Dios, las leyes y el estado. Es decir, más interesado por lo físico que por lo metafísico. Por la violencia que por las consecuencias de esa misma violencia. Por palpar los trajes de las brujas que aparecen en los cuadros de Goya (y si es posible meterles mano) o pegarse una comilona entre malandrines, que por extraer una lectura profunda y global de la hechicería o la picaresca. Algo lógico, porque Fábula de Isidoro es un grotesco relato de castizo punk. Un ácrata basta ya contra el franquismo y el autoritarismo que persisten como muros infranqueables en esa España del siglo XXI que, a ojos de Tarín, no es muy distinta de la del XVIII o la del XIX. Es una farsa sin fin que merece por tanto ser dinamitada literariamente (o vitalmente).

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«Deshielo y Ascensión», de Álvaro Cortina Urdampilleta, en la revista Yo Dona (20-9-2014)


«La zaragozana es seguramente la editorial que más esmero pone en la confección de sus libros. Ahora publica la ópera prima de este periodista, una novela que se adentra en la fantasia científica para reinventarla a través de un argumento francamente innovador.»

La novela Deshielo y Ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, recomendada hoy en la revista Yo Dona, de El Mundo (20-9-2014).

«Deshielo y Ascensión», de Álvaro Cortina Urdampilleta, en Koult, revista de actualidad cultural


«Hablar de Des­hielo y Ascen­sión, de Álvaro Cor­tina Urdam­pi­lleta, es hablar de una novela que con­tiene varias. Siem­pre en pri­mera per­sona, el autor des­grana con un cui­dado metó­dico casi de ciru­jano las viven­cias que acom­pa­ñan a sus pro­ta­go­nis­tas. La novela se divide en las dos par­tes que ade­lanta el título del libro. La pri­mera mitad abre con la his­to­ria de Isaac Erik­son– Var­gas, caza­dor de renos que acude a una estan­cia entre los hie­los para cobrarse una de las pie­zas más codi­cia­das. Allí des­cu­brirá que fuera del refu­gio nada es lo que parece. La segunda de las his­to­rias de Des­hielo gira en torno a Ste­fano Lenz, inge­niero des­ti­nado a la base Furth-Isoko 3000, cuya misión es encon­trar litio en los para­jes hela­dos de la tun­dra. Su afi­ción a la música clá­sica y la vida a bordo de los bar­cos son las únicas notas de color en mitad del tedio del hielo, hasta que apa­rezca un visi­tante inesperado.
Ascen­sión se cen­tra más en la Cien­cia Fic­ción. La pri­mera de las nove­las gira alre­de­dor de Solange, la mujer de Ste­fano Lenz y a su rela­ción con Anselm, un pin­tor de cua­dros reli­gio­sos. La última está pro­ta­go­ni­zada por “el Hom­bre que des­truyó la Aba­día de Isen­heim”, situada en el espa­cio exte­rior, entre las estrellas.»

Rocío Tizón reseña la novela Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta,  en Koult, revista de actualidad cultural.

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«Deshielo y Ascensión» en Esto me suena, Las tardes de Ciudadano García (RNE)


«Intenté hacer una fogata, pero no pude. ¿Qué puedo decir? Me tuve que comer la liebre cruda. Su sangre fue entrando por las magulladuras de mi mano, aunque no sangran mucho las liebres. No me sabe mal la sangre, en todo caso. Sabe a metal. Tan pronto como la tenía despellejada, me la comí. Tranquilamente. Parecía yo un mono mordisqueando su comida, como volcado a su manjar de un modo muy concentrado y bárbaro. Siempre me dijeron que no debía hacer ruido comiendo y que no se canta mientras se habla. Juraría que fue una ingesta muy sonora. Yo cubriéndome del viento, junto a la moto de nieve, era un mono ártico comiendo ostras. La puse sobre una llama infructuosa, a la liebre, pero la terminé devorando (¡porque me impacientaba!). Cruda, la devoré.»

El pasado jueves, 6 de junio, Luis Alberto de Cuenca, en el programa Esto me suena, Las tardes de Ciudadano García, de Radio Nacional de España, recomendó la novela Deshielo y Ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, y leyó el fragmento anterior.

ESCUCHAR AQUÍ a partir del minuto 43:48

Charla y firmas en la 73ª Feria del Libro de Madrid 2014


Recuerden:
4 de JUNIO, a las 20 h: Charla con ÁLVARO CORTINA URDAMPILLETA sobre su novela Deshielo y Ascensión en la Librería Cervantes y Compañía (Manuela Malasaña, 23)

5 de JUNIO, a las 19 h: ÓSCAR CURIESES firmará ejemplares de Hombre en azul en la caseta 328 de la librería LA CENTRAL

5 de JUNIO, a las 19 h: ÁLVARO CORTINA URDAMPILLETA firmará ejemplares de Deshielo y Ascensión en la caseta 320 de la librería ANTONIO MACHADO

¡Vengan vengan, les esperamos a todos!

Álvaro Cortina Urdampilleta y «Deshielo y Ascensión» en La Torre del Virrey, Revista de estudios culturales



«Es curioso que el ambicioso profesor Victor Frankenstein considere bello el compuesto de cadáveres que tiene sobre la mesa. De pronto, en un momento insospechado, gracias a sus experimentos galvánicos (el eco de Prometeo está aquí: quien toma el fuego del Olimpo, por cierto, del carro de Helios, dios Sol; en el caso de Frankenstein tenemos un descenso fallido, una katábasis demoníaca, el descenso fallido del fuego de los hombres) cuando el monstruo cobra vida. Entre dos frases, de hecho. El milagro, el gran milagro, sucede en la cesura de la letra de su autora (siempre hay cesura entre lo yuxtapuesto). Sólo entonces, Frankenstein lo considera el engendro más repugnante de la creación. Ni un trozo de sol consigue alumbrar belleza si es tratado por los hombres.»

Álvaro Cortina Urdampilleta, escribe «Más allá del silencio de Ión», un amplio e interesantísimo artículo sobre su novela Deshielo y ascensión en el número 15/2014 de la revista La Torre del Virrey, Revista de estudios culturales.
(Pulse sobre las imágenes para ampliar)

Fernando Savater recomienda «Deshielo y ascensión» para la 73º Feria del Libro de Madrid



El filósofo y escritor Fernando Savater recomienda la lectura de la novela Deshielo y ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta en el artículo «!Ya llega la Feria!», publicado en el diario El País el 26 de mayo de 2014.

«En novela, hace tiempo que nada me hacía disfrutar tanto como Deshielo y ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta (Jekyll&Jill). Narración a cuatro voces que nace entre los hielos y acaba en otro planeta, pertenece al género fantástico pero no rehúye el terror, la sátira, el debate teológico y el relato de aventuras. En algunos momentos, en su etapa final, me recordó Cántico por San Leibowitz, de Walter M. Miller, uno de mis clásicos preferidos de la ciencia-ficción. Maneja una bien dosificada erudición tanto literaria como filosófica o musical y juega con un estilo rico y variado que no se atiene a los patrones de prosa meramente funcional habituales en las obras primordialmente narrativas. Vamos, que está “bien escrita” y no sólo “bien contada”, aunque yo no tenga nada contra quienes se limitan a este último y nada fácil objetivo.»

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El miércoles, 4 de junio, a las 20 h, charlaremos con Álvaro Cortina Urdampilleta sobre su novela Deshielo y ascensión en la librería Cervantes y Compañía (Manuela Malasaña, 23, Madrid). Sera una oportunidad excelente para conocer a su autor y para que nos cuente todos los misterios (filosóficos y musicales) que encierra este libro, que son muchos. Nos encantará que asistan tanto lectores fans de la obra como los que la no la conozcan aún.

Y, un día después, el jueves, 5 de junio, a partir de las 19 h, Álvaro Cortina Urdampilleta firmará ejemplares de su novela Deshielo y ascensión en la 73º Feria del Libro de Madrid, en la caseta 320 de la librería Antonio Machado. Una excelente ocasión para conocer a su autor y su obra. 

¡Los esperamos! ¡No falten!

«Deshielo y ascensión» en Fantífica, la comunidad de fantasía y ciencia ficción


Imagina que estás en Algún Lugar Helado, en Mitad de Ninguna Parte. Y que te acompaña un tipo que se jacta de ser uno de los mejores (y más ricos) cazadores furtivos que existen. La clase de tipo que tiene su despacho repleto de trofeos que en realidad son cabezas de animales cazados primero y disecados después. Imagina que tú también eres algo parecido a ese tipo. Que tú también tienes la piel de un oso polar en tu despacho y que, cuando se organizan cacerías furtivas de renos en territorio polar ártico, consigues un puesto en la especie de nave en mitad de la Nada Helada que una organización extraña, una organización hecha de siglas (la YTTPA), ha colocado allí. Que te dicen que, pase lo que pase, jamás salgas de esa nave. Que te limites a apuntar con tu rifle ahí fuera, a la Gran Nada Helada, y a esperar a que los renos desfilen ante ti. Pero ¿y si no pasa? ¿Y si los renos jamás desfilan ante tu objetivo? ¿Y si quien desfila es lo que a todas luces parece un animal prehistórico, un enorme animal de pelaje blanco y diminuta cabeza? ¿Y si dispararas? ¿Y si lo mataras? ¿No saldrías en busca de tu trofeo? ¿No saldrías en busca de su cabeza?
He aquí el inquietante y, por qué no, muy lovecraftiano arranque de la inmejorable Deshielo y ascensión, primera y brillante novela de Álvaro Cortina Urdampilleta. Con una atmósfera que combina el aislamiento de la obra cumbre de Thomas Mann, La montaña mágica, y un suspense propio del mismísimo Hitchcock —un Hitchcock que hubiera intentado imaginar lo que sintieron los acompañantes del explorador Amundsen en vez de andarse con moteles de carretera, rubias y tipos raros—, el escritor logra sumergir al lector en ese otro mundo, el mundo helado del todo incierto que no está en ninguna parte ni en ningún momento, como se sumergía Bastian en La historia interminable. Porque en esta novela no hay tiempo, solo frío, deshielo, líquenes capaces de volverte loco y cucarachas, unas cucarachas mutantes y caníbales, bípedas, trasunto salvaje de los seres humanos que habitan un territorio inhabitable. No hay nada a tu alrededor, solo lo que ocurre línea a línea en el interior de una historia que en realidad es un monstruo de cuatro cabezas, porque cada una de sus dos partes («Deshielo» y «Ascensión») contiene otras dos partes, dos historias, estrechamente relacionadas.

Laura Fernández reseña Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta en Fantífica, la comunidad de fantasía y ciencia ficción.

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«Deshielo y ascensión» en Fantífica, la comunidad de fantasía y ciencia ficción


Imagina que estás en Algún Lugar Helado, en Mitad de Ninguna Parte. Y que te acompaña un tipo que se jacta de ser uno de los mejores (y más ricos) cazadores furtivos que existen. La clase de tipo que tiene su despacho repleto de trofeos que en realidad son cabezas de animales cazados primero y disecados después. Imagina que tú también eres algo parecido a ese tipo. Que tú también tienes la piel de un oso polar en tu despacho y que, cuando se organizan cacerías furtivas de renos en territorio polar ártico, consigues un puesto en la especie de nave en mitad de la Nada Helada que una organización extraña, una organización hecha de siglas (la YTTPA), ha colocado allí. Que te dicen que, pase lo que pase, jamás salgas de esa nave. Que te limites a apuntar con tu rifle ahí fuera, a la Gran Nada Helada, y a esperar a que los renos desfilen ante ti. Pero ¿y si no pasa? ¿Y si los renos jamás desfilan ante tu objetivo? ¿Y si quien desfila es lo que a todas luces parece un animal prehistórico, un enorme animal de pelaje blanco y diminuta cabeza? ¿Y si dispararas? ¿Y si lo mataras? ¿No saldrías en busca de tu trofeo? ¿No saldrías en busca de su cabeza?
He aquí el inquietante y, por qué no, muy lovecraftiano arranque de la inmejorable Deshielo y ascensión, primera y brillante novela de Álvaro Cortina Urdampilleta. Con una atmósfera que combina el aislamiento de la obra cumbre de Thomas Mann, La montaña mágica, y un suspense propio del mismísimo Hitchcock —un Hitchcock que hubiera intentado imaginar lo que sintieron los acompañantes del explorador Amundsen en vez de andarse con moteles de carretera, rubias y tipos raros—, el escritor logra sumergir al lector en ese otro mundo, el mundo helado del todo incierto que no está en ninguna parte ni en ningún momento, como se sumergía Bastian en La historia interminable. Porque en esta novela no hay tiempo, solo frío, deshielo, líquenes capaces de volverte loco y cucarachas, unas cucarachas mutantes y caníbales, bípedas, trasunto salvaje de los seres humanos que habitan un territorio inhabitable. No hay nada a tu alrededor, solo lo que ocurre línea a línea en el interior de una historia que en realidad es un monstruo de cuatro cabezas, porque cada una de sus dos partes («Deshielo» y «Ascensión») contiene otras dos partes, dos historias, estrechamente relacionadas.

Laura Fernández reseña Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta en Fantífica, la comunidad de fantasía y ciencia ficción.

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«Deshielo y ascensión» en Tulgeywoodnotes


 «El deshielo antecederá el apocalipsis, un apocalipsis acuosa, que convertirá el mundo en un infierno anegado. El deshielo será la antesala del fin, el punto y final a un mundo de arquitectura helada y sombría, territorio de nadie, concluyendo con ese periodo de tiempo detenido, la tribulación, donde reinará el anticristo. Y, previo al deshielo, a la helada tribulación, el mundo sufrirá el rapto, en el que los elegidos ascenderán para encontrarse con dios en cuerpo y alma, dejando al mundo sumido en el caos, desamparado y sin redención posible. Un mundo poblado por despojos humanos, donde la decadencia ha sustituido al humanismo, la supervivencia a la convivencia, las tribus de caníbales sin lenguaje ni dios posible a los más desvalidos; porque la pobreza no tendrá lugar aquí. Reinará una distancia entre ricos y pobres tan monstruosa que los primeros se transmutarán en multimillonarios, cazadores de reliquias, esas últimas especies reconocidas, mezcladas, en su migración demencial hacia ninguna parte, con otras extrañas mutaciones gigantescas; y los pobres no serán nada. Es posible que los llamemos cucarachas, y que den caza a los que queden, a los otros, sean quienes sean.»

Marian Womack dedica una excelente reseña a la novela Deshielo y ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, en su blog Tulgeywoodnotes.

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«Deshielo y ascensión» en Tulgeywoodnotes


 «El deshielo antecederá el apocalipsis, un apocalipsis acuosa, que convertirá el mundo en un infierno anegado. El deshielo será la antesala del fin, el punto y final a un mundo de arquitectura helada y sombría, territorio de nadie, concluyendo con ese periodo de tiempo detenido, la tribulación, donde reinará el anticristo. Y, previo al deshielo, a la helada tribulación, el mundo sufrirá el rapto, en el que los elegidos ascenderán para encontrarse con dios en cuerpo y alma, dejando al mundo sumido en el caos, desamparado y sin redención posible. Un mundo poblado por despojos humanos, donde la decadencia ha sustituido al humanismo, la supervivencia a la convivencia, las tribus de caníbales sin lenguaje ni dios posible a los más desvalidos; porque la pobreza no tendrá lugar aquí. Reinará una distancia entre ricos y pobres tan monstruosa que los primeros se transmutarán en multimillonarios, cazadores de reliquias, esas últimas especies reconocidas, mezcladas, en su migración demencial hacia ninguna parte, con otras extrañas mutaciones gigantescas; y los pobres no serán nada. Es posible que los llamemos cucarachas, y que den caza a los que queden, a los otros, sean quienes sean.»

Marian Womack dedica una excelente reseña a la novela Deshielo y ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, en su blog Tulgeywoodnotes.

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«Menos joven» de Rubén Martín Giráldez en Alphalire, Festival du Premier Roman de Chambéry


 «La cabalgata de Bogdano viene a plantear el problema de la filiación y de la influencia de los «padres ajenos» en la formación del espíritu. Pero la conclusión es que cada uno es hijo de si mismo: «No hay excusa: a partir de los trece, la educación es la que uno se ha dado, y no tiene sentido justificarse devanando los nombres y oficios y bibliotecas de su ascendencia familiar» (p 71).

La lectura de «Menos joven» no es fácil, pero si uno se agarra (a la crin del caballo de Bogdano, por supuesto) se da cuenta de que ese OLNI (objeto literario no identificado) no es un juego hermético para intelectuales desconectados de la realidad sino un intento muy serio de reflexionar sobre los valores que arrastra nuestra cultura occidental. Lleno de referencias eruditas, de hallazgos semánticos, pero también de humorismo, alusiones y gracias, esta novela nos invita a distanciamos de nuestras costumbres mentales. Un libro saludable.»

Jean Pierre le sam reseña la novela Menos joven de Rubén Martín Giráldez en la página de Alphalire, Festival du Premier Roman de Chambéry (Francia).

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«Deshielo y Ascensión» de Álvaro Cortina Urdampilleta en el blog Viaje alrededor de una mesa


«Deshielo y ascensión es sobre todo poder narrativo, fuerza, estilo desmesurado, poderío. Realmente no importa mucho, porque te envuelve y te transporta de tal manera que uno se deja llevar te cuente lo que te cuente. Es como ir encima de una balsa sobre una enorme y desmesurada superficie de agua. Rio, mar, océano, no importa, importa que navegamos, nos movemos, avanzamos.
Dividida en cuatro partes bien marcadas, bien distintas, (Deshielo 1-Hommstadt 2- La base de Furth/Isoko Lithium 300 y Ascensión 1-Sitka 2- Abadía de Isenheim) Deshielo y ascensión orbita entre la ciencia ficción, el terror gótico, la novela polar de aventuras, la narración biográfica pura y lo que se os ocurra. Porque como digo, da lo mismo.
Álvaro Cortina es un genio, un auténtico experto en esto de narrar, de crear ambientes, personajes. Las cuatro partes o cuatro relatos en que se divide la novela son prácticamente independientes, cada uno cuenta una historia, cada uno tiene su voz que viene dada por el protagonista; más pausada, mas autoritaria, mas alucinada, en eso Cortina está superior, en serio, son brutales los cambios de registro. Hiladas las cuatro partes por un pequeño suceso o por un personaje que, del anterior relato nos acompaña, como un residuo que nos recuerda lo anterior, pasamos de escenario casi sin darnos cuenta, nos despegamos con cuidado y nos vamos adentrando en el siguiente relato con delicadeza, con una exquisitez abrumadora.»

Aramys Romero reseña la novela Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta en su blog Viaje alrededor de una mesa.

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«Deshielo y Ascensión» de Álvaro Cortina Urdampilleta en el diario El Confidencial (3-3-2014)


«Deshielo y ascensión, el inusual y fabuloso debut del periodista Álvaro Cortina (Bilbao, 1983), se presenta ante los lectores como una «novela irrealista polar ártica» que «juega con diversos géneros como el terror gótico, la novela pedagógica, la biografía de artista, la ciencia-ficción y la aventura de exploración». Es, en efecto, muchas cosas a la vez, y por su escritura epistolar y ese horror blanco, helado y ciego que ejerce de atmósfera y que ahoga, es una novela lovecraftiana. «En buena medida, aun siendo una novela de voces ensimismadas y brumosos y mínimos rasgos físicos de personajes, es una novela que nace con los paisajes. Mi padre es un pintor de paisajes, algo se me pegaría aquí», cuenta Cortina, que ha dividido su historia en cuatro partes, cada una narrada con una voz distinta.»

Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta, en el artículo de Jesús Rocamora dedicado a H. P. Lovecraft, hoy en El Confidencial.

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Reseña doble en Corazón literario


 «En definitiva, ‘Deshielo y Ascensión’ es una primera novela atípica dirigida sobre todo para aquellos aficionados a la ciencia ficción en su vertiente más gótica y también indicada para el resto de lectores que quieran leer una novela muy bien escrita y con pulso narrativo, característica ésta de la cual Álvaro Cortina Urdampilleta va sobrado.»

«Interesante ensayo escrito por Antònia Escandell Tur, apoyado en un material gráfico apabullante que hace que este estudio sobre ‘La Jetée’ se lea casi de un tirón, ahondando en ciertos aspectos a priori “invisibles” para un cinéfilo medio, pero que conforman un universo fílmico muy rico sobetodo para estudiosos de la fotografía y el cine (entre los que me incluyo).
Una tesis exhaustiva que sirve de monográfico sobre ‘La Jetée’ (que como comento más arriba, es uno de los cortometraje apocalípticos más seminales de la historia del cine), ocupando de manera definitiva ese espacio que muchos de nosotros demandábamos y que gracias a Jekyll & Jill podemos disfrutar desde hace meses.»

Francisco José Arcos Serrano escribe en la revista Corazón literario una reseña doble sobre los últimos títulos publicados por Jekyll & Jill: Deshielo y Ascensión, de Álvaro Cortina Urdampilleta, y Chris Marker y La Jetée, la fotografía después del cine, de Antònia Escandell Tur.

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Menos joven de Rubén Martín Giráldez en Universo La Maga

 

Reseña de la novela Menos joven, de Rubén Martín Giráldez, en Órbita Cultural de Universo La Maga, por Viridiana.

«Bogdano sabe que su padre ya no es capaz de distinguir entre trabajo y realidad. Es algo que le preocupa. Lo que está haciendo ahora Bogdano es ensillar su cabeza. Su propia cabeza.
Comienza así Menos joven, la nueva novela de Rubén Martín Giráldez, un libro desconcertante que roza la crueldad. Nos presenta un programa radiofónico, El peinado de Calígula, que está dedicado al público infantil. Su concursante, Bogdano, montado en su caballo, deberá ir eliminando a sus ídolos: «irá descargando golpes sobre sus héroes tal cual se los cruza».
Veremos caer a Weininger, Giraudoux, el Marqués, y a muchos más mientras nos habla de la educación híbrida y de los consoladores de juguete; eso sí, a los padres no se los caza, eso lo sabe hasta el más bestia de los emperadores. También nos explica que la vida del hombre consiste en que durante los primeros ocho o nueve años intentará  atrapar al padre para poder mantener con él una conversación imposible y para después reelaborar la infancia.»

 

«Deshielo y Ascensión» de Álvaro Cortina Urdampilleta, en la revista G/U/Campus de El Mundo


«»El brillante silencio blanco, claro y frio bajo cielos de acero, es despiadado», concluía Jack London en su célebre cuento El silencio blanco. La primera novela que publica Álvaro Cortina (Bilbao, 1983) recoge el testigo de este gélido personaje en los capítulos iniciales de Deshielo y ascensión. «Con todo aquel blanco masivo, uno al respirar debia andarse con cuidado», arranca este relato dividido en cuatro partes. Cuatro historias narradas por distintos personajes relacionados entre sí: un cazador, un ingeniero melémano, la mujer de éste y, finalmente, el hombre que destruyó la Abadía de Isemheim. En resumen, una serie de personajes que aspiran a representar la condición humana».

Reseña de la novela Deshielo y Ascensión de Álvaro Cortina Urdampilleta, en la revista G/U/Campus (Universidad Complutense de Madrid – Diario El Mundo), por Luis Alberto Álvarez.

Nota: hemos alterado la maquetación de la reseña, cambiándola de una a dos columnas, para facilitar su lectura.