César Prieto reseña la novela Porque ya no queda tiempo, de Rafa Cervera en el diario de actualidad musical Efe Eme:
Siempre he creído en el poder narrativo de las fotografías; sobre todo, de las que cargan con años en su papel, aunque cualquiera de ellas, las más recientes incluso, son el foco explosivo del que se puede sacar una buena historia. Siempre. Mirando con atención sus detalles, la disposición de su foco, el camino del encuadre; incluso mirando lo que está fuera de plano, de ahí surgen historias. Con talento literario, una fotografía es lo más sugerente que existe. La que aparece en la portada del libro de Rafa Cervera, crítico musical por impulso y condición, le da abono a su reciente novela (segunda tras Lejos de todo, Jekyll and Jill, 2017). Desde esa imagen de un bebé rodeado a cuatro manos que ustedes contemplan surge todo un mundo. Sin embargo, el texto comienza con la crónica de una entrevista a Lou Reed de 1995, que concluye con esa fotografía final de rigor. Lou Reed, otro abismal contador de historias que enlaza, ahora sí, con la de la portada. El análisis es riguroso y de rara habilidad discursiva. Cervera toma en sus manos la genealogía de un instante de forma que las palabras van pasando sin sentirlo. Desmenuza cada centímetro y le da relieve, entidad y futuro sin salir de la foto. Y ahí está la infancia en casa de sus tíos, grande y antigua, generadora de misterios y de una potencia que le inyectó su tío Rafael y que ya no lo abandonará en la vida. Sin embargo, no es un libro que proyecte nostalgia, es un libro que atesora la belleza del momento.