Del enebro, de los hermanos Grimm, ilustrado por Alejandra Acosta, en el blog Entre montones de libros:
«Hace ya mucho tiempo, como unos dos mil años, vivía un hombre rico que tenía una mujer bella y piadosa. se amaban mucho, pero no tenían hijos, a pesar de lo mucho que los deseaban; y la esposa rezaba día y noche pero ninguno llegaba, ninguno llegaba. Frente a su casa había un patio, y en él crecía un enebro, bajo el que la mujer, en un día de invierno, pelaba una manzana y, al pelar la manzana, se cortó un dedo, y la sangre cayó sobre la nieve.»
Y por mucho que me digan de los libros y del precio y del formato digital, quedamos lectores fetiche que gustamos de las ediciones especiales y cuidadas, que nos regocijamos en secreto y presumimos pese a que, lejos de ser un objeto único, se encuentran en todas las librerías. Hoy traigo uno de esos libros, Del enebro.
Del enebro es un cuento de los hermanos Grimm que ha sido traducido conservando, no solo la crudeza, sino también la musicalidad del original que también se incluye en el libro. Cuenta la historia de una mujer que amaba a su marido y no tenía otro deseo que darle un hijo. Un enebro es testigo de este amor, del nacimiento del hijo y la muerte de la esposa, así como de los terribles acontecimientos que a estos sucedieron.
Nunca he negado mi pasión por los cuentos, que muchas veces he traído, como tampoco he ocultado que no me gustan esas versiones almibaradas que desprovisten de toda identidad al cuento oiginal. Quizás por eso es mas fácil encontrar en mis estantes versiones de los Grimm o Andersen que esos bonitos libros de Disney. Parte de esos cuentos, que eran en aquel momento orales, fueron recopilados por Jacob y Wilhelm Grimm en un libro titulado Kinder-und Hausmärsen a principios del s XIX encontrando cuentos que, lejos de ser lo que hoy consideramos infantiles, tenían un contenido más dirigido a aleccionar que a divertir. Y ahora que no somos niños, llega una editorial aragonesa y nos lo encuaderna como el tesoro que es, convirtiendo la experiencia de la lectura en algo tridimensional, mezclando negros y rojos para unir la sangre y la tinta en esta hermosa y cruel historia. Porque es un cuento que habla de amor y crueldad, y también de venganza y redención y felicidad y angustia. En apenas unas páginas todos los registros se suceden unidos por un hilo rojo como la sangre que podemos observar e incluso tocar a través de las páginas.
Explicado el cuento diré que la sobrecubierta se adhiere al tacto tanto como la historia al alma o las ilustraciones a la vista porque no ha quedado nada al azar. Y si hubo un pájaro con corazón, lo encontramos en este enebro. Reconoceremos en la historia todos los elementos clásicos de los cuentos, no faltan buenos y malos, tópicos y lugares típicos, deseos y un toque de magia, pero, lejos de asustarnos, os aseguro que cada uno de ellos harán que el lector sea capaz de sumergirse en la historia olvidando la edad que tiene o si ya pasaron aquellos tiempos en que los días terminaban cuando alguien entonaba el famoso «Érase una vez…». Y es que hay libros y libros, y algunos son tan hermosos que hay que tocarlos para creerlos y tenerlos para sentirlos, y eso, junto con la historia de un pájaro que cantaba, pibí, pibí, os lo puedo decir porque yo conocía a alguien, que ese día, pasó por allí.
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