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Larva de Julián Ríos en Bestia Lectora

Tes Nehuén reseña en Bestia Lectora Larva, Babel de una noche de San Juan, de Julián Ríos

¿De qué están hechas las historias? Ésta parece la gran pregunta que subyace en Larva. Babel de una noche de San Juan, de Julián Ríos (Jekyll & Jill). Sé que no soy la persona más acertada para escribir sobre este libro enorme, enormísimo. Siento que me faltan conocimientos, que mis palabras son torpes y escasa mi conciencia literaria. Y, sin embargo, en esa falta de entendimiento también encuentro algo hermoso: la posibilidad de disfrutar de los libros como en la infancia. Y eso es lo que vengo a hacer. A recomendarte este librazo desde las tripas, deseando que te provoque lo mismo que a mí: una fuerte sacudida que te lleve a replantearte algunas cuestiones en torno a cómo lees y cómo cuentas lo que lees. Por otro lado, también creo que es una obra que viene a confirmarnos que en la humildad con la que miramos el mundo podemos descubrir cosas asombrosas y que, contra lo que muchos afirman como profetas, todavía existe mucha literatura que no ha sido revelada.

Un libro inclasificable

Larva es un libro inclasificable. ¿Es una novela? Tiene el ritmo de una novela. ¿Es poesía? Definitivamente sí; hace un uso extraño del lenguaje, poniendo por encima una indagación estética ambiciosa y descomunal. Pero es también una obra de teatro, donde se cruzan una serie de personajes curiosos. Caben en este libro toda la tradición literaria y toda la cultura recogida en la historia de la humanidad. De hecho, creo que podríamos leerlo como un cuento de hadas que se extiende y se vuelve casi parodia de sí mismo.

La Bella durmiente en el bosque. Todo es fuego. Todo puede ser destruido o autodestruirse. También el lenguaje. Ríos parte de un cuento de hadas para presentar un variopinto conjunto de personajes —máscaras que participan de un baile de disfraces en la noche más larga— y termina fundiéndose con el mito de don Juan, coincidiendo por momentos con cierto tono bufo de la obra de Mozart (Don Giovanni) y con un mestizaje de miradas al mito a través de diversos dramaturgos. Y ahora estoy pensando que en Larva cabe todo el mito: aparece, se reafirma y se reconstruye. El mito es la semilla de una obra espiralada que nos hipnotiza con la magia de la buena literatura.

Todo empieza con un baile de máscaras. La música nos envuelve. Vamos avanzando entre las sombras de los jardines donde criaturas irreconocibles se mueven. La escritura de Ríos nos lleva de la mano: el texto como una cámara realizando un paneo en medio de una fiesta. No hay tiempo para detenerse; hay que captar la esencia de la atmósfera donde los personajes son casi secundarios. El punto de partida es una escena que se va construyendo a medida que avanzamos en la lectura y que va armando en nuestra cabeza una maqueta de lo que está sucediendo. Y creo que aquí está el gran acierto de este libro. La noche se extiende y, poco a poco, minuto a minuto, beso a beso, va formándose el mundo. ¿Qué está intentando decirnos Ríos con este planteamiento narrativo; tal vez que toda historia nace de algo diminuto y que las posibilidades de la noche son infinitas?

La forma conduce a la palabra

Intento escribir algo sensato pero es un libro que te rompe todas las aristas. Todo lo que digas puede ser usado en tu contra. Todo lo que sabes es insuficiente para entender el abismo al que te metes con esta obra. En la primera lectura me quedé paralizada. No entendía cómo debía leerlo para captar su verdadero sentido. No entendía esta necesidad de desorden estructural. Me volví loca dándole vueltas… Hasta que entendí que tenía su gracia y su encanto esta forma peculiar, donde dependiendo del orden de la lectura el sentido variaba, y ya no pude resistirme más. Estamos acostumbrados a leer de una única forma pero quién nos asegura cuál es el orden correcto. ¿De qué están hechas las historias que nos contamos? Como un uróboros este libro se abre ante nosotros para demostrarnos los infinitos caminos de la oralidad y de la escritura. Y lo hace aprovechando de maravilla las notas al pie. Mil historias alimentan al esquema principal a través de este recurso fabuloso. Sin duda, todavía queda mucho que hacer con este elemento de escritura casi nada frecuente en la narrativa. Ríos demuestra que con un buen uso de las notas al pie se puede diversificar de forma descomunal la historia. Pero va un poco más allá: las notas al pie pueden tener la voz cantante, no sólo sirven como anexo de la historia principal sino que con buen gusto y cabeza pueden servir para adoptar el protagonismo y plantear una deriva en el hilo argumental.

Larva es un tejido asombroso de historias donde no hay un sentido principal sino una trama que se apoya en esa deriva, en el dislocamiento del esqueleto. El humor y las referencias a la tradición literaria y cultural colaboran con la construcción de un mundo inolvidable. Un mundo que también es geográfico; encontramos fragmentos alucinantes propios de la literatura de viaje que acompañan ese hilo principal y nos llevan por una Londres olvidada. En esta edición hermosa de Jekyll & Jill no faltan tampoco un mapa ochentoso con letras anaranjadas y algunas fotografías tomadas por el propio autor en sus viajes a Londres. ¿Cabe algo más? Sin duda. Casi lo que se nos ocurra seguro que encuentra hueco y circunstancia de Larva. Pero ya he advertido, a mí se me queda corta la cabeza para hablar apropiadamente de un libro de escritura indescifrable, imposible. Y sin embargo, creo que todos los lectores caerán rendidos ante la magia de este panal, de esta torre de Babel de formas y lenguajes. SEGUIR LEYENDO

Sobre Larva de Julián Ríos, por José de Montfort

José de Montfort escribe sobre Larva. Babel de una noche de San Juan, de Julián Ríos, en El Club de los Miércoles.

Esta tarde he perseguido a un ciego. Estaba en el metro, yendo a buscar a #hijta y en la estación de Espanya me he encontrado a un ciego brioso, pero que, sin embargo, iba tropezando con algunas esquinas. Lo he venido observando, a él y a otro compañero suyo. Me dio, al principio, la impresión de que iban en un grupo (es lo habitual), pero no. Al cabo de varias escaleras mecánicas me di cuenta de que uno y otro ciego no tenían relación alguna. Que el uno iba acompañado de una chica y el otro no; iba solo. Solo, pero impetuoso. Casi marcial en su recorrer los trazados de la estación de metro. Un ciego hiperactivo, pensé. Así que me pudo la curiosidad y lo seguí.

Llevaba, además del bastón, una enorme bolsa azul en la otra mano y una mochila. Caminaba rápido, con vigor y energía. No como quien llega tarde a una cita, sino como aquel que quiere demostrarle a la vida que él se pone el mundo por montera. Y así fue. Subió las escaleras (no las mecánicas, ya las de salida de la estación) con una energía que parecía casi expelida sin esfuerzo (y en tramos de dos, tres, casi cuatro escalones, a la brava). Como si le sobraran los arrestos para confrontar lo que fuese, siendo ésto lo desconocido del mundo: lo incognoscible.

Se movía con donaire y liviano. Pero entonces sucedió lo más inesperado. Entre un barullo de gente, se chocó contra unas obras del Paralelo y erró el giro, yéndose para la derecha, directo a las fauces del tráfico vespertino.  Viendo que nadie acudía a su ayuda le pegué un grito. Hey, mejor por la izquierda, le dije. Solo eso: mejor por la izquierda. Y así, igual de brioso que antes, no sin antes darme las gracias, con parquedad, pero con elegancia, continuó raudo por la acera, chocándose con algunas vallas desperdigadas que el ayuntamiento tuvo a bien dejar donde le vino en gana (pero el ciego, a pesar de su velocidad, respondía brava, limpia y rápidamente al choque, reorientándose en tiempo record).

Iba veloz, este hombre mágico. Y me tenía fascinado. Por lo que continué siguiéndolo, a una distancia prudencial, no fuera cosa que hubiese de necesitar de mi ayuda (pero también por respeto: los ciegos notan nuestra presencia, nuestras miradas, y es lógico que no les guste nuestro paternalismo). Casi sin darme cuenta había desaparecido, en un chaflán lo perdí de vista. Escuché que decía grácil, pero vehemente: buenas tardes. Y entonces supe que había alcanzado felizmente su destino. Buenas tardes.

Algo de lo antedicho hay también en Larva, Babel de una noche de San Juan, la novela seminal (y mítica) de Julián Ríos, que recién ha editado Jekyll & Jill y cuya edición original es de 1983. Hay en Larva un deambular en una ceguedad beoda por las calles de Londres. Un correr por la noche de una panda de juerguistas enmascarados.  Se trata, sin lugar a dudas, de una de las obras más innovadoras de la reciente narrativa contemporánea en castellano y, en ella, a decir de Juan Goytisolo, postula Ríos “un internacionalismo cultural”. Esto es: trata de poner la literatura en español (vehiculada junto a la influencia de la innovación estructural latinoamericana) al nivel de la del resto del mundo.

Y ello lo hace ampliando el campo de lo decible y lo narrable, subvirtiendo el lenguaje, dialogando con la tradición (desde Apuleyo ya hasta Joyce, pasando por Sterne o Cervantes) y experimentando con las formas narrativas.

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Revista Quimera recomienda Larva de Julián Ríos

La revista Quimera recomienda Larva, de Julián Ríos

«Larva», de Julián Ríoslarva

Esta maravillosa reedición de «Larva» debería ser una de las grandes noticias de la temporada. En tiempos de literatura youtuber, de buscar el talento en el logaritmo y en la autoficción, la reedición de esta obra mítica, publicada por primera vez en 1984, nos debería reconciliar con la literatura. Con la buena literatura. No es «Larva» un libro sencillo. Ni siquiera podemos decir que sea una novela, si nos atenemos a las características del género. Lo que sí es evidente que Julián Ríos amplió aquí los límites del campo, como lo hicieron en su día Joyce o Guimarães Rosa. Una obra maravillosa. Esta reedición sólo puede ser una noticia grandiosa.

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Juan Francisco Ferré sobre Larva

larva

«Vuelve LARVA a las librerías, en una edición primorosa que le restituye la intempestiva novedad de la primera vez, y, con ella, la fiesta novelesca más explosiva de la literatura española del siglo XX.

[La literatura de Julián Ríos es la más creativa e ingeniosa expresion del Eros joyciano en la literatura española. He escrito un extenso ensayo para probar este aserto, que puede leerse en la revista Tropelías en un impresionante número consagrado a la literatura de Ríos. El texto que publico a continuación es un compendio del primer apartado, referido a la grandiosa Larva y su impacto en el joven lector que yo era en los años ochenta. Quienes me reprochan no haber seguido la estela creativa de Ríos en mi literatura no han entendido nada: ni de la literatura de Ríos ni, por descontado, de la mía, por la que el autor de Larva, modestia aparte, siente el aprecio que demuestra, entre otras cosas, el prólogo que escribió para la edición francesa de Providence de 2011 y que aparecerá en su próxima colección de ensayos, como Ríos mismo me anunció hace unos meses.]

Todos los nombres de la literatura, decía Borges, designan al mismo escritor de todos los libros de la historia. Esa lista infinita incluiría a Julián Ríos, escritor plurilingüe y cosmopolita como pocos. Si no fuera por Ríos, la literatura española sería un velatorio interminable. Un velatorio sin verdadera novela bufa. La vela fúnebre del velatorio se transformó en novela de novelas gracias a la gracia incomparable de Ríos. Y así se gestó Larva (1983), la novela gigante o giganovela. La primera novela cibernética e hipertextual de la literatura española, por la gran cantidad de información que almacena para el cerebro de sus usuarios, y también la primera novela activa e interactiva, por el alto nivel de participación y colaboración que exige de estos. Y adictiva, además, por el enganche verbal que causa su escritura, compuesta a partes iguales de puzles, enigmas y crucigramas promiscuos como de calambures políglotas.» SEGUIR LEYENDO

Homenaje a Julián Ríos en Revista Tropelías

Julián Ríos: Foto @Amaya Aznar

 

Tropelías, Revista de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Zaragoza, dedica un número extraordinario a Julián Ríos y a su obra.

Homenaje a Julián Ríos

Max Hidalgo, David Torrella Hoyos y Mario Martín Gijón, coordinadores.

 

Presentación

Larva 2021: metamorfosis de una escritura plural. Homenaje a Julián Ríos Max Hidalgo, David Torrella Hoyos, Mario Martín Gijón

 

Larva 2021

Larva 2021 (imágenes) Los editores

Ríos, latinoamericanos Raúl Antelo 

Filosofía del lenguaje y poética de Julián Ríos Stéphane Pagès

El eros joyciano de Julián Ríos Juan Francisco Ferré

Larvosio; donde cuento brevemente mi experiencia como corrector de Larva y realizo otras consideraciones Alejandro Hermosilla

Ontología y semiosis Modos de ser y significar en Larva. Babel de una noche de San Juan Marco Antonio Núñez Cantos 

Larva. Babel de una noche de San Juan, de Julián Ríos o el vértigo de identidades de Don Juan Tenorio Alessia Faiano 

Larva, la lengua en la pirotecnia políglota de una noche de Babel de Don Juan Dante Medina 

 

Metamorfosis de la escritura

Sombras, voces y signos en la obra de Julián Ríos: los inicios de una escritura plural David Torrella Hoyos

Tiempo e imagen en «Sombreros para Alicia» de Julián Ríos: hacia una posición infantil Daniela Fumis

Amar Amores que Atan Steven Moore

Facciones, marcos y quebraduras de Julián Ríos: Monstruario Miguel A. Olmos 

Julián Ríos, anfitrión en Casa Ulises David Viñas Piquer 

Enmascarar y desenmascarar el(los) sujeto(s): Puente de Alma de Julián Ríos Carolyn A. Durham; Júlia Sanchón Soler

Dédalos, encrucijadas y coincidencias: París y la memoria en Puente de Alma de Julián Ríos Laura Shine; Max Hidalgo Nácher 

Una escritura entre Ríos Alejandro Toledo 

Neología en las obras de Julián Ríos Javier Enríquez Serralde 

L’escriptura en espiral de Julián Ríos Ricard Ripoll 

Julián Ríos y la contemporaneidad literaria: cosmopolitismos de una España fuera de sus castillas Max Hidalgo

 

Entrevistas

Entrevista a Julián Ríos sobre Larva. Babel de una noche de San Juan (2020) Alessia Faiano 

Julián Ríos en sus propias palabras (2009-2010) Helena Dunsmoor

Entrevista con Julián Ríos (2005) Mark Thwaite 

Entrevista mexicana (2001) Alejandro Toledo

Julián Ríos e o livro-mundo (1994) Milton Hatoum 

 

Homenaje

Una página para acompañar un homenaje a Julián Ríos Eduardo Milán

Larva, 2021 Frederic Amat 

Rayuela cumpleañera / Recorriendo el Ulises Julio Ortega 

Julián Ríos Milton Hatoum 

Pressauro Augusto de Campos 

Julián Ríos: An envelope of beginnings Thomas McGonigle

Julián Ríos, Babel et le Talmud en hommage Albert Bensoussan

Cazadnos las raposas Falso poema para Julián Ríos Ángel Cerviño 

Larva, vint mil llegües sota els mars del llenguatge Ester Xargay 

Traducción de Cortejo de sombras al árabe Abdelatif Ben Salem 

Mi vida con Julián Ríos Raúl Herrero 

 

Coda

LOS EXTRANJEROS (Una ficción y un capítulo inédito de una novela) Julián Ríos 

Larva de Julián Ríos en revista PenúltiMa

Foto: Guillermo Granado Roncero

Antonio Jiménez Morato escribe sobre Larva, Babel de una noche de San Juan, de Julián Ríos, en Revista PenúltiMa:

La paradoja borgeana: experiencia terminal del formato álbum, en torno a la edición definitiva de Larva de Julián Ríos

La edición definitiva de Larva de Julián Ríos, libro mítico publicado en 1983 y que ahora pone a la venta en una edición trabajada junto al autor la editorial Jekyll & Jill para convertirse en el referente de esta obra de cara al futuro, no es solo uno de los grandes acontecimientos del año dentro del mundo editorial y cultural, sino que presenta una oportunidad única para calibrar el alcance de su aportación a la Historia de la literatura, como intenta señalar este texto del director de la revista de este libro que, desde mañana mismo, puede adquirirse en todas las librerías de España.

La aparición de Larva, en noviembre de 1983, publicada por una editorial creada que no había casi publicado en castellano hasta que puso en circulación esta novela, Llibres del Mall, supuso un acontecimiento innegable en la literatura española. Un acontecimiento anunciado y previsto, porque la figura de Julián Ríos, desde hace tiempo, corría de boca en boca entre los círculos de la intelectualidad y la creación artística más vanguardista, tanto por los dos libros que había coescrito junto a Octavio Paz, Solo a dos voces y Teatro de signos, como por su labor como editor en Fundamentos. No era Julián Ríos un desconocido, y la publicación de esa primera novela suya, de la que ya se conocían anticipos previos, fue un aldabonazo en medio de la escena literaria en castellano pero a la postre no supuso la revolución que parecía querer desatar. Sí que se produjo, como ya he dicho, el previsto y anunciado éxito crítico, y comercial, porque en aquel momento todavía existía una parroquia de afectos a las experimentaciones literarias que habían eclosionado en la década anterior, y no estaba todavía plenamente armada la operación mercantil más que editorial que terminó siendo conocida como “Nueva narrativa española”. De hecho, puede decirse que el contexto que facilitó el éxito de la novela en el momento de su publicación fue el mismo que condenó a su autor a los márgenes del mercado, primero, y más tarde de la estima de la república de las letras, al poco de aparecer la novela se publicó, en la misma editorial, todo un libro de homenaje y análisis, Palabras para Larva, en el que se reunía un ramillete de la intelectualidad de avanzada del momento, prefigurando así el lugar que sigue ocupando Ríos de autor ilustre, muy reconocido y apenas leído. Los casi cuarenta años que han pasado desde la publicación de Larva la han convertido en un mito desconocido, reverenciado e ignorado, que ahora, con esta edición definitiva de la novela a manos de Jekyll & Jill podemos calibrar de modo mucho más cabal, tanto en su verdadero alcance como en sus ecos, de lo que ha sucedido en estos cuarenta años. Quizás convenga hacer un poco de repaso para entender a qué me refiero. SEGUIR LEYENDO