Etiqueta: José Luis Falcó

«Mansa chatarra» de Francisco Ferrer Lerín, en el semanario Brecha (Uruguay)



El poeta chileno Bruno Montané Krebs recomienda el libro Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, selección y prólogo de José Luis Falcó, en la encuesta a escritores sobre su mejor lectura de 2014 del semanal Brecha (Uruguay). Artículo de Ana Inés Larre Borges.

«—Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, publicado por Jekyll & Jill (editorial de Zaragoza), es un necesario y hermoso libro de este autor nacido en Barcelona, que ha dedicado buena parte de su vida a trabajos como el estudio de la medicina, la investigación ornitológica y la protección de los vultúridos. Se trata de una antología a cargo de José L Falcó, quien, con un conocimiento profundo de la obra de este peculiar autor, ha reunido poemas y prosas empujadas por la energía de los sueños, “el segundo mundo que vamos habitando”. Ajeno a cualquier estereotipo, Ferrer Lerín es un escritor de una alucinada radicalidad, un escritor y poeta puro, en el sentido de que su escritura se sumerge con la precisión natural del grafómano que prefigura y realiza bestiarios imaginarios, ausculta gozoso el cine de western e icónicas ninfas, así como rotula con un buril las sendas de la interminable lexicología. El libro está espléndidamente editado, la tipografía y el diseño (con fotos pegadas manual­mente) es ejemplar. Un detalle: el logo de Jekyll & Jill es la silueta de un lepisma erguido, alerta sobre un fondo rojo, el arquetípico e incansable centinela de los libros».

Bruno Montané Krebs. Poeta chileno nacido en Valparaíso en 1957. Reside desde 1976 en Barcelona, donde sobrevive como traductor y editor. Este año regresó a su patria y publicó Mapas de bolsillo. En su juventud fue parte del Movimiento Infrarrealista, en México, junto a Mario Santiago y Roberto Bolaño. Él es Felipe Müller en Los detectives salvajes.

Enlace al artículo (Artículo de pago. Es necesario ser suscriptor)

«Mansa chatarra», de Francisco Ferrer Lerín, candidato a los XIV Premios Cálamo 2014.


Collage de cubierta de Mansa Chatarra: ©Sobelman Corta y Pega

¡Muy felices!
El libro Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, selección y prólogo de José L. Falcó, ha sido seleccionado como candidato a los XIV Premios Cálamo 2014.
¡Enhorabuena a todos los candidatos!

Aquí, la información sobre los XIV Premios Cálamo:

• El «Premio Cálamo al libro del año» es elegido por «democracia directa»: Cálamo propone 16 títulos editados durante el año en curso y finales del anterior, y los clientes y amigos de nuestras librerías votan a sus preferidos. Somos conscientes de que toda elección es injusta de raíz ¡cuántos buenos libros no habremos leído o habrán pasado en silencio por nuestras estanterías! No queremos pontificar ni marcar gustos, sólo pretendemos que el premio sea una incitación a la lectura, al debate y, por qué no, a la sana irreverencia literaria.

• Los premios «Cálamo Otra Mirada» y «Cálamo Extraordinario» son escogidos directamente por el equipo de Cálamo.

• La votación se desarrollará durante el mes de diciembre de 2014 y las dos primeras semanas de enero de 2015 en las urnas dispuestas a tal efecto en las Librerías Cálamo.

• El resultado será hecho público el lunes 19 de enero de 2015.
 
• Los premios se entregarán el viernes 27 de febrero de 2015 durante una cena que se convocará oportunamente.

Candidatos a los XIV Premios Cálamo año 2014

14. Jean Echenoz. Editorial Anagrama
Autopsia. Miguel Serrano Larraz. Editorial Candaya
El balcón en invierno. Luis Landero. Tusquets Editores
El comité de la noche. Belén Gopegui. Literatura Random House
Horror vacui. Paula Lapido. Editorial Salto de Página
La buena reputación. Ignacio Martínez de Pisón. Editorial Seix Barral
La niña gorda. Mercedes Abad. Editorial Páginas de Espuma
La trabajadora. Elvira Navarro. Literatura Random House
Lo que a nadie le importa. Sergio del Molino. Literatura Random House
Los extraños. Vicente Valero. Editorial Periférica
Mansa chatarra. Francisco Ferrer Lerín. Jekyll & Jill Editores
Monasterio. Eduardo Halfon. Libros del Asteroide
Nos vemos allá arriba. Pierre Lemaitre. Publicaciones y Ediciones Salamandra
Sez Ner. Detrás de la estación. Última ronda. Arno Camenish. Xordica Editorial
Pietra viva. Leonor de Recondo. Editorial Minúscula
Tela de sevoya. Myriam Moscona. Acantilado

«Mansa chatarra» de Francisco Ferrer Lerín, en el Periódico Mediterráneo



Eric Gras recomienda el libro Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, en el Periódico Mediterráneo.

«¿Fue un sueño?; querría creerlo, pero ¿cómo podría? He hecho del sueño y de sus manifestaciones el estudio de toda mi vida, y sé sin lugar a dudas que el sueño no es ni una alegoría ni una fantasmagoría, sino una lengua por correspondencia que significa las ideas mediante sus analogías naturales y los hechos materiales mediante sus contrarios». Leí estas palabras de Charles Assilenau en ‘El infierno del bibliófilo’ (Desvelo Ediciones) poco después de haber concluido una de las lecturas más complejas e infrecuentes, hasta cierto punto caprichosa y, sobre todo, visionaria, de cuantas he tenido oportunidad de protagonizar hasta la fecha. Hablo de ‘Mansa chatarra’, una selección de textos de Francisco Ferrer Lerín que ha publicado Jekyll & Jill con un mimo y dedicación —diría, también, con absoluta devoción— que hacen de este ejemplar mucho más que un libro sin ton ni son.
Transcribir ese pequeño fragmento de Asselineau no es baladí, puesto que ‘Mansa chatarra’es un cúmulo de microrrelatos o cuentos o poemas narrativos o divertimentos, que brotan de sueños y ensoñaciones, de un mundo onírico que invita a la perplejidad. Y, ¿a qué viene tanto asombro? Ferrer Lerín ejemplifica, creo yo, a un estilo de escritor que necesita de la experimentación, de construir un universo abstracto a base de imágenes bárbaras —en el sentido de inhumanas—, heteróclitas.
Todo cuanto describe en su prosa poética o poesía narrativa, es, como decíamos, producto de los sueños o, mejor dicho, de la memoria de los mismos. Por eso no es de extrañar que en ellos podamos encontrar situaciones grotescas, simbolismos, pesadillas, un bestiario muy particular que capta nuestra atención y la martillea, creando una atmósfera que, finalmente, nos atrapa.
Gracias a algunos de sus textos tenemos oportunidad de conocer distintos monstruos, como el Yaga-Baba, Sobas-Munusinos (o envenenadores de sangre), Malabestia, Gruesa-Testa, Bifronte… Portentosa imaginación la suya, que provoca en el lector una sensación constante de inquietud. Y doy gracias por ello, pues su originalidad, que va mucho más allá de esa singular amalgama de monstruos y capítulos sombríos, resulta refrescante por lo chocante. Dicen que Ferrer Lerín es un autor inclasificable, hasta cierto punto maldito, que decidió alejarse de todo y de todos durante tres décadas. Su mutismo, sin embargo, menos mal que terminó, de modo que ahora volvemos a sentir la extrañeza de una literatura que sorprende. Sí o sí.

Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín. Selección y prólogo de José Luis Falcó. Collage de cubierta de Sobelman Corta y Pega (Jekyll & Jill, 2014)

Francisco Ferrer Lerín en El Pirineo Aragonés (14-8-2014)


José Ventura Chavarría entrevista a Francisco Ferrer Lerín en El Pirineo Aragonés, con motivo de la publicación del libro Mansa chatarra.

«Continente y contenido armonizan en la cuidada edición de «Mansa Chatarra» que ha corrido a cargo José Luis Falcó, profesor de Teoría de la literatura de la Universidad de Valencia. A la calidad del papel y el diseño de la maquetación, se unen varios elementos que convierten a esta obra en un reclamo para los bibliófilos y amantes de los libros bellos. La portada es un collage de Sobelman Corta y Pega –el nombre artístico de Elisa Gómez Sobelman– y está dedicada al animal yegua, muy presente en el universo onírico de Ferrer Lerín.»

Hacer click sobre la imagen para ampliar. 

Francisco Ferrer Lerín en la XV Feria del Libro de Jaca



La Biblioteca Municipal de Jaca y Jekyll & Jill editores tienen el placer de invitarle a la conferencia «Memoria de los sueños en Mansa chatarra de Francisco Ferrer Lerín», que tendrá lugar el próximo miércoles, 13 de agosto, a las 20:30 horas, en el salón de Ciento del Ayuntamiento.
Junto al autor intervendrán Antonio Armisén (Universidad de Zaragoza) y José Luis Falcó (Universidad de Valencia).

Y, un día después, el jueves, 14 de agosto, de 12:00 a 14:00 horas, Francisco Ferrer Lerín firmará ejemplares de Mansa chatarra en la caseta de la Biblioteca.

Cálamo recomienda «Mansa chatarra», de Francisco Ferrer Lerín



«Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín. Uno de los libros del año. Por un lado la escritura inquietante, genial y surrealista de Ferrer Lerín. Por otro lado el diseño, la maquetación y el concepto del volumen made in Jekyll & Jill. Combinación insuperable.»

La Librería Cálamo (Zaragoza), recomienda el libro Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, selección y prólogo de José Luis Falcó, en su lista de los mejores libros del verano 2014.

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«Mansa chatarra», de Francisco Ferrer Lerín, por José Luis Morante



Foto: Librería Rafael Alberti

El escritor José Luis Morante escribe en su blog Puentes de papel sobre la presentación de Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, que tuvo lugar el pasado jueves, 26 de junio, en la Librería Rafael Alberti de Madrid. El autor estuvo acompañado por Félix de Azúa, José Luis Falcó (editor de este volumen) y Francisco Rico, que se sumó a la celebración.
De iquierda a derecha: Francisco Rico, Francisco Ferrer Lerín y Félix de Azúa, durante la presentación de Mansa chatarra.

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Presentación de «Mansa Chatarra», de Francisco Ferrer Lerín, en la librería Rafael Alberti (Madrid)



Librería Rafael Alberti y Jekyll & Jill editores tienen el placer de invitarle a la presentación del libro Mansa Chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, que tendrá lugar el próximo jueves, 26 de junio, a las 19:30 horas en la librería Rafael Alberti (Calle Tutor, 57, Madrid). Junto al autor intervendrán el escritor Félix de Azúa y José Luis Falcó, responsable de la selección y prólogo de este libro, acompañados por la editorial.

«Mansa chatarra» de Francisco Ferrer Lerín, en Libros y Literatura



«La fuerza, que con simples palabras colocadas con la precisión de un cirujano en pleno trabajo de autopsia, que destilan las pequeñas tormentas encontradas dentro de los relatos de «Mansa chatarra¨ conviven con el remanso de paz y control que requieren la serie “Domicilios” o con la sexual experiencia en la serie de relatos “Sueños” que son los que convierten a una literatura llana en escarpadas montañas donde subir y bajar, impidiéndonos detenernos, observar el paisaje y creer que estamos a salvo. No lo estamos, y esa es la verdadera naturaleza de lo que se escribe»

Sergio Sancor reseña Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, edición a cargo de José Luis Falcó, en Libros y Literatura, el blog de reseñas y noticias literarias.

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«Mansa chatarra», de Francisco Ferrer Lerín, en el blog de Álvaro Valverde



«Entre el sueño y la ensoñación, en torno a lo onírico, giran estos pequeños planetas literarios, tan fronterizos y galácticos como su autor.»

Álvaro Valverde reseña en su blog el libro Mansa chatarra, de Francisco Ferrer Lerín, edición a cargo de José Luis Falcó.

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Entrevista de Antón Castro a Francisco Ferrer Lerín con motivo de la publicación del libro «Mansa chatarra»


Foto: Fran Ferrer

Una versión reducida aparece publicada en la página 54 de Heraldo de Aragón (22-05-14)

-Dices: “Ferrer Lerín cree que sueña”. ¿Sueñas o no sueñas?

Sueño mucho, quiero decir que recuerdo muchos sueños porque me despierto muchas veces durante la noche, y es sabido que lo que llamamos “sueños” no son más que la memoria de los mismos. En cuanto a si creo que sueño despierto, cada vez menos. Y en cuanto a si los sueños, la memoria de los sueños, es un sueño, es la vigilia o es la realidad desde la que ahora escribo, tengo dudas.

-¿Qué sucede en tus sueños y qué no te pasa nunca?

Sucede lo que sucede en la parte de la vida que no consideramos sueños; los sueños son la vida misma, con algunas pequeñas ventajas como el don de lenguas, la capacidad de volar braceando y la extrema velocidad en el cálculo aritmético.

-Si les tuvieras que poner adjetivos, ¿qué dirías? Son atroces, eróticos, mortales, inquietantes, líquidos…

Hay de todo, como en la vida misma, como ya he dicho antes. La atrocidad se ejemplifica en la búsqueda despiadada del coche aparcado ya no sé dónde en la ciudad extraña. El erotismo, mejor la sexualidad, aflora cuando se acumula demasiada esperma. ¿Mortales?; no sé en qué sentido va la pregunta, quizá si se trata de contabilizar muertes sí se podría hablar de sueños ampliamente mortíferos, ese placer por aligerar el planeta. Inquietantes, muchos mucho. Líquidos, ¿qué es esto?; desde luego nunca he soñado con el mar, ese medio extraño; me reconozco como terrestre, eso sí con agua limpia para beber y lavarme ya que soy abstemio y de esmerada higiene.

-¿Qué diferencia hay para ti, y en tus textos, entre sueño y ensoñación?

Los sueños ya los he definido. La ensoñación suena a arrobamiento, a embobamiento; por ahí no van mis tiros.

-¿Qué te ocurre con las palabras: qué te dan, qué les das, qué puedes hacer con ellas?

Las palabras son la razón por la cual sigo vivo, me refiero a vivo pensante. Con ellas intento construir mi universo y construir mis poemas, que no son otra cosa que la nueva colocación de las palabras, que la doma del lenguaje hasta sus últimas consecuencias.

-¿Qué es lo más bello y lo más terrible de un sueño?

Siempre el despertar, ya que permite recordarlo (la memoria del sueño que es el sueño) y al mismo conduce a perderlo.

-¿Qué lugar ocupan el amor, la voluptuosidad y el deseo en tus cuentos, oníricos o no?

Estamos hablando de Mansa chatarra un libro en el que la selección de los textos se hace siguiendo un criterio; que tengan como denominador común su carácter onírico. Dicho esto, el porcentaje de pasión amorosa será el mismo que el que aparece en mis sueños; va menguando con el paso de los años dando el relevo a otras pasiones menos apreciadas en la sección de Sociedad de la Hoja Diocesana.

-¿Es el sueño el lugar ideal para seducir a una cuñada, por ejemplo?

La seducción o el intento de seducción de una cuñada en sueños es una actividad que fue relativamente frecuente hace unos años y que me ha dado después, al trasladarla al papel, algunos quebraderos de cabeza ya que para mí quedaba claro qué cuñada era la de los sueños pero resulta que fueron varias las cuñadas (me di cuenta que no sólo contaban las cuñadas sino también las concuñadas) que creyeron reconocerse en los diversos lances.

-¿En qué se diferencia la espalda de una mujer casada de una soltera?

La espalda de una mujer (joven) casada es más sabia, flexible y risueña que la de una mujer (joven) soltera. Aunque esta aseveración tiene lugar en un relato escrito hace cincuenta años, cuando las espaldas marcaban el rumbo de las relaciones internacionales.

-Insistes varias veces en la mujer que amas. O la que aman algunos de tus personajes. ¿Qué debe tener, cómo debe ser, existe o es una quimera?

Los personajes no son tales sino que son simples apariencias del autor. O sea que soy yo siempre el que realiza estas declaraciones de principios. Serían cosas de la infancia y adolescencia, de cuando uno se enamoraba y olvidaba con suma facilidad; aquello tan cursi de amar el amor.

-Repites al menos dos veces: “Debí equivocarme a menudo”. ¿Es retórica o tienes esa sensación?

Así como en la pregunta anterior me olvidé de añadir que la formulación también podía ser meramente retórica, aquí el equivocarme a menudo es una constatación firme; nada de lo que me rodea es unívocamente cierto, en los sueños y fuera de ellos.

-¿Desde cuándo te inquietan o te apasionan los monstruos?

Quizá desde la infancia he tenido afición por estas simpáticas criaturas. Los libros sobre teratología humana de la biblioteca de mi abuelo Ivo contribuyeron sin duda a forjar esta tendencia. En la entomología, además, surgen formas poco acordes con nuestra manera convencional de tratar el canon de belleza; y yo amo los insectos.

-¿Cómo son, qué hacen, de dónde vienen? [Los tuyos, claro]

Los monstruos, por regla general, los llevamos en la sangre y si se me apura, en la cabeza. Claro, las personas atentas y educadas tenemos más posibilidades de descubrirlos y, si la curiosidad es mutua, podemos convivir con ellos abriendo líneas de negocio que nos lleven a la concupiscencia.

-¿Has conocido alguna vez cabras que atormentan a los mineros?

Pasé largas temporadas en Mequinenza. Allí conocí a un profesor de la universidad de Lovaina dedicado al amaestramiento de cabras hechiceras, útiles semovientes que ayudaban en la extracción del carbón emitiendo raros balidos que quebraban la roca; otra cosa es que esa actitud, más propia de las sirenas, engatusara a algunos obreros que dejaron hogar y faena huyendo con las cabras hacia comarcas catalanas.

-¿Cuál es la clave de tus cuentos o microrrelatos: el extrañamiento, el estupor, la facultad de saltar al más allá, la inclinación a “despertar en cama extraña”?

Descubrir la clave es labor de exegetas. Yo puedo decir que el modelo de mis textos en prosa más recientes es el que sintetiza mi escritura: carencia de aditivos, brevedad, ritmo nervioso. Que se sustente en el mundo de los sueños permite, desde luego, dar esos saltos y sorprenderme a mí mismo con ellos.

-¿Cómo conviven la realidad y la ficción, la erudición y la cotidianidad, el amor y el horror? ¿Usas una fórmula secreta?
Tiendo últimamente a no dar nombres, a no acudir a las citas pero es inevitable reconocer que Jorge Luis Borges ha sido el mejor en esos campos. Nadie como él ha mezclado erudición con ficción de modo que no sólo no resultara excesivo sino que resultara necesario. Mi fórmula la desconozco; como tantas cosas, brota al ponerme a escribir, no necesitando para arrancar más que una leve historia soñada u oída en el tranvía, incluso a veces vale un palabra aislada pronunciada fuera de contexto por algún devoto.

-¿Tienes la sensación de que el escritor oculto Ferrer Lerín ya no existe?

No sé qué quiere decir exactamente “escritor oculto”; ¿el que no publica, el que publica poco y mal, el que publica pero no participa de la liturgia literaria? En los dos primeros apartados ya no consto, en el tercero consto a medias.

-¿En qué sigues siendo transgresor?
Antes ya he comentado cómo creo que ha de producirse el hecho poético; mediante la ilación forzada de palabras y sintagmas, mediante la obtención de resultados sorprendentes surgidos de la experimentación en el laboratorio lingüístico; no sé si todo ello es un trabajo transgresor, lo que sí sé es que sus frutos son bastante diferentes a los que se obtienen con los métodos de toda la vida.

-Kafka, Tomeo, Borges, Perucho, Perec, Cristóbal Serra. ¿Te sientes cercano a alguno?

Borges, ante todo; después Kafka.

-¿Tienes la sensación de que este es un libro nuevo, con su propio empaque y personalidad, o un libro de retazos, una antología?
Es un libro nuevo no sólo por el enfoque que le ha dado el profesor de la universidad de Valencia José Luis Falcó al seleccionar textos de marcado carácter onírico, no diferenciando, además, lo que tradicionalmente se conoce como prosa y verso, sino que muchos de los textos éditos recogidos actúan de hecho como inéditos, dado el tiempo transcurrido desde que fueron publicados, en ediciones hoy inencontrables.

-¿Crees que tus libros pueden leerse en clave contemporánea, que sirven para explicar la crisis, los problemas de identidad, el desconcierto existencial?
No creo. Contemporáneos está claro que sí son. Ahora si alguien busca resolver esos trillados dilemas hará bien en buscar otro tipo de géneros literarios como los manuales de autoestima y las tertulias televisivas.

-Última cuestión: ¿cómo te llevas con los géneros, dónde te sientes más cómodo: prosa poética, poema en prosa, microcuento, relato clásico, poema…?
Me siento cómodo escribiendo poemas paleográficos de señalado aspecto experimental y, desde que comencé a utilizar mi blog como mesa de operaciones (2019), me siento cómodo redactando informes y sentidas historias, oníricas o no, de breve extensión y bonita sintaxis.

Entrevista de Antón Castro a Francisco Ferrer Lerín con motivo de la publicación del libro «Mansa chatarra»


Foto: Fran Ferrer

Una versión reducida aparece publicada en la página 54 de Heraldo de Aragón (22-05-14)

-Dices: “Ferrer Lerín cree que sueña”. ¿Sueñas o no sueñas?

Sueño mucho, quiero decir que recuerdo muchos sueños porque me despierto muchas veces durante la noche, y es sabido que lo que llamamos “sueños” no son más que la memoria de los mismos. En cuanto a si creo que sueño despierto, cada vez menos. Y en cuanto a si los sueños, la memoria de los sueños, es un sueño, es la vigilia o es la realidad desde la que ahora escribo, tengo dudas.

-¿Qué sucede en tus sueños y qué no te pasa nunca?

Sucede lo que sucede en la parte de la vida que no consideramos sueños; los sueños son la vida misma, con algunas pequeñas ventajas como el don de lenguas, la capacidad de volar braceando y la extrema velocidad en el cálculo aritmético.

-Si les tuvieras que poner adjetivos, ¿qué dirías? Son atroces, eróticos, mortales, inquietantes, líquidos…

Hay de todo, como en la vida misma, como ya he dicho antes. La atrocidad se ejemplifica en la búsqueda despiadada del coche aparcado ya no sé dónde en la ciudad extraña. El erotismo, mejor la sexualidad, aflora cuando se acumula demasiada esperma. ¿Mortales?; no sé en qué sentido va la pregunta, quizá si se trata de contabilizar muertes sí se podría hablar de sueños ampliamente mortíferos, ese placer por aligerar el planeta. Inquietantes, muchos mucho. Líquidos, ¿qué es esto?; desde luego nunca he soñado con el mar, ese medio extraño; me reconozco como terrestre, eso sí con agua limpia para beber y lavarme ya que soy abstemio y de esmerada higiene.

-¿Qué diferencia hay para ti, y en tus textos, entre sueño y ensoñación?

Los sueños ya los he definido. La ensoñación suena a arrobamiento, a embobamiento; por ahí no van mis tiros.

-¿Qué te ocurre con las palabras: qué te dan, qué les das, qué puedes hacer con ellas?

Las palabras son la razón por la cual sigo vivo, me refiero a vivo pensante. Con ellas intento construir mi universo y construir mis poemas, que no son otra cosa que la nueva colocación de las palabras, que la doma del lenguaje hasta sus últimas consecuencias.

-¿Qué es lo más bello y lo más terrible de un sueño?

Siempre el despertar, ya que permite recordarlo (la memoria del sueño que es el sueño) y al mismo conduce a perderlo.

-¿Qué lugar ocupan el amor, la voluptuosidad y el deseo en tus cuentos, oníricos o no?

Estamos hablando de Mansa chatarra un libro en el que la selección de los textos se hace siguiendo un criterio; que tengan como denominador común su carácter onírico. Dicho esto, el porcentaje de pasión amorosa será el mismo que el que aparece en mis sueños; va menguando con el paso de los años dando el relevo a otras pasiones menos apreciadas en la sección de Sociedad de la Hoja Diocesana.

-¿Es el sueño el lugar ideal para seducir a una cuñada, por ejemplo?

La seducción o el intento de seducción de una cuñada en sueños es una actividad que fue relativamente frecuente hace unos años y que me ha dado después, al trasladarla al papel, algunos quebraderos de cabeza ya que para mí quedaba claro qué cuñada era la de los sueños pero resulta que fueron varias las cuñadas (me di cuenta que no sólo contaban las cuñadas sino también las concuñadas) que creyeron reconocerse en los diversos lances.

-¿En qué se diferencia la espalda de una mujer casada de una soltera?

La espalda de una mujer (joven) casada es más sabia, flexible y risueña que la de una mujer (joven) soltera. Aunque esta aseveración tiene lugar en un relato escrito hace cincuenta años, cuando las espaldas marcaban el rumbo de las relaciones internacionales.

-Insistes varias veces en la mujer que amas. O la que aman algunos de tus personajes. ¿Qué debe tener, cómo debe ser, existe o es una quimera?

Los personajes no son tales sino que son simples apariencias del autor. O sea que soy yo siempre el que realiza estas declaraciones de principios. Serían cosas de la infancia y adolescencia, de cuando uno se enamoraba y olvidaba con suma facilidad; aquello tan cursi de amar el amor.

-Repites al menos dos veces: “Debí equivocarme a menudo”. ¿Es retórica o tienes esa sensación?

Así como en la pregunta anterior me olvidé de añadir que la formulación también podía ser meramente retórica, aquí el equivocarme a menudo es una constatación firme; nada de lo que me rodea es unívocamente cierto, en los sueños y fuera de ellos.

-¿Desde cuándo te inquietan o te apasionan los monstruos?

Quizá desde la infancia he tenido afición por estas simpáticas criaturas. Los libros sobre teratología humana de la biblioteca de mi abuelo Ivo contribuyeron sin duda a forjar esta tendencia. En la entomología, además, surgen formas poco acordes con nuestra manera convencional de tratar el canon de belleza; y yo amo los insectos.

-¿Cómo son, qué hacen, de dónde vienen? [Los tuyos, claro]

Los monstruos, por regla general, los llevamos en la sangre y si se me apura, en la cabeza. Claro, las personas atentas y educadas tenemos más posibilidades de descubrirlos y, si la curiosidad es mutua, podemos convivir con ellos abriendo líneas de negocio que nos lleven a la concupiscencia.

-¿Has conocido alguna vez cabras que atormentan a los mineros?

Pasé largas temporadas en Mequinenza. Allí conocí a un profesor de la universidad de Lovaina dedicado al amaestramiento de cabras hechiceras, útiles semovientes que ayudaban en la extracción del carbón emitiendo raros balidos que quebraban la roca; otra cosa es que esa actitud, más propia de las sirenas, engatusara a algunos obreros que dejaron hogar y faena huyendo con las cabras hacia comarcas catalanas.

-¿Cuál es la clave de tus cuentos o microrrelatos: el extrañamiento, el estupor, la facultad de saltar al más allá, la inclinación a “despertar en cama extraña”?

Descubrir la clave es labor de exegetas. Yo puedo decir que el modelo de mis textos en prosa más recientes es el que sintetiza mi escritura: carencia de aditivos, brevedad, ritmo nervioso. Que se sustente en el mundo de los sueños permite, desde luego, dar esos saltos y sorprenderme a mí mismo con ellos.

-¿Cómo conviven la realidad y la ficción, la erudición y la cotidianidad, el amor y el horror? ¿Usas una fórmula secreta?
Tiendo últimamente a no dar nombres, a no acudir a las citas pero es inevitable reconocer que Jorge Luis Borges ha sido el mejor en esos campos. Nadie como él ha mezclado erudición con ficción de modo que no sólo no resultara excesivo sino que resultara necesario. Mi fórmula la desconozco; como tantas cosas, brota al ponerme a escribir, no necesitando para arrancar más que una leve historia soñada u oída en el tranvía, incluso a veces vale un palabra aislada pronunciada fuera de contexto por algún devoto.

-¿Tienes la sensación de que el escritor oculto Ferrer Lerín ya no existe?

No sé qué quiere decir exactamente “escritor oculto”; ¿el que no publica, el que publica poco y mal, el que publica pero no participa de la liturgia literaria? En los dos primeros apartados ya no consto, en el tercero consto a medias.

-¿En qué sigues siendo transgresor?
Antes ya he comentado cómo creo que ha de producirse el hecho poético; mediante la ilación forzada de palabras y sintagmas, mediante la obtención de resultados sorprendentes surgidos de la experimentación en el laboratorio lingüístico; no sé si todo ello es un trabajo transgresor, lo que sí sé es que sus frutos son bastante diferentes a los que se obtienen con los métodos de toda la vida.

-Kafka, Tomeo, Borges, Perucho, Perec, Cristóbal Serra. ¿Te sientes cercano a alguno?

Borges, ante todo; después Kafka.

-¿Tienes la sensación de que este es un libro nuevo, con su propio empaque y personalidad, o un libro de retazos, una antología?
Es un libro nuevo no sólo por el enfoque que le ha dado el profesor de la universidad de Valencia José Luis Falcó al seleccionar textos de marcado carácter onírico, no diferenciando, además, lo que tradicionalmente se conoce como prosa y verso, sino que muchos de los textos éditos recogidos actúan de hecho como inéditos, dado el tiempo transcurrido desde que fueron publicados, en ediciones hoy inencontrables.

-¿Crees que tus libros pueden leerse en clave contemporánea, que sirven para explicar la crisis, los problemas de identidad, el desconcierto existencial?
No creo. Contemporáneos está claro que sí son. Ahora si alguien busca resolver esos trillados dilemas hará bien en buscar otro tipo de géneros literarios como los manuales de autoestima y las tertulias televisivas.

-Última cuestión: ¿cómo te llevas con los géneros, dónde te sientes más cómodo: prosa poética, poema en prosa, microcuento, relato clásico, poema…?
Me siento cómodo escribiendo poemas paleográficos de señalado aspecto experimental y, desde que comencé a utilizar mi blog como mesa de operaciones (2019), me siento cómodo redactando informes y sentidas historias, oníricas o no, de breve extensión y bonita sintaxis.

Presentación de «Mansa chatarra» en Librería Cálamo (Zaragoza)


Jueves, 22 de mayo de 2014, a las 20 h en la librería Cálamo (Zaragoza):
El escritor Francisco Ferrer Lerín nos presentará su último libro, Mansa chatarra (Jekyll & Jill, 2014), acompañado por la artista plástica Margó Venegas y el arquitecto Joaquín Sicilia.
 

Foto: Fran Ferrer

Presentación de «Mansa chatarra» en Librería Cálamo (Zaragoza)


Jueves, 22 de mayo de 2014, a las 20 h en la librería Cálamo (Zaragoza):
El escritor Francisco Ferrer Lerín nos presentará su último libro, Mansa chatarra (Jekyll & Jill, 2014), acompañado por la artista plástica Margó Venegas y el arquitecto Joaquín Sicilia.
 

Foto: Fran Ferrer