Rubén Martín Giráldez

Entrevista a Rubén Martín Giráldez en ABC



Inés Martín Rodrigo entrevista a Rubén Martín Giráldez con motivo de la publicación de su nueva novela Magistral. Diario ABC (10-5-2016)

Rubén Martín Giráldez

Rubén Martín Giráldez: «Si hubiese confiado mi subsistencia al puño apretado éste ahora estaría en la mierda»

Este joven autor, interesado en «celebrar el idioma» y cuyos referentes son Sade y Gracián, acaba de publicar Magistral, su segunda novela, una obra en la que despliega esa voz brutal de la que ya dio cuenta en Menos joven

– ¿Cuáles son sus intereses como escritor?
– Me gustaría celebrar el idioma, por abreviar, pero eso no significa que la forma pase a un primer plano. Aunque no me interesa nada la parte de juego del surrealismo o del OuLiPo, reconozco que el flirteo con la verborrea produce chispa, y a la chispa ya se sabe que con arrimarle un poco de pelo ya se da por incensada. Quiero decir que a los narradores (a los narradores que uso yo, digo) les gusta mucho oírse, y a mí —que no me gusta nada hablar y mucho menos oírme— siempre me da curiosidad lo que tienen que decir y cómo lo dicen.

– ¿Y como lector?
– Huyo como lector de lo mismo que como escritor: de la gandulería del «contar historias y emocionar a la gente». Hasta los videojuegos han superado ese estadio. Resulta que tenemos vértebras, no podemos andar por ahí sin atrevernos a flexionar las articulaciones. Y no me refiero a sesudeces porque sí, me refiero a «Las mentiras de la noche» (Anagrama) de Gesualdo Bufalino, por ejemplo. Me refiero a diversión auténtica, no a diversión aprendida.

– ¿Sobre qué temas suele escribir?
– Pues cuando no escribo sobre la lengua escribo sobre lo que le ande cerca: la boca, el sexo, la memoria, la ética, los insultos, el mal, el humor, los amigos, los padres…, autobiografía disfrazada, los únicos temas existentes abordados como si fuese el primero en abordarlos. Un lector no debería exigir menos que eso a aquéllos a quienes paga.

– ¿Dónde ha publicado hasta el momento?
– Empecé publicando en Alpha Decay un ensayículo bufo titulado «Thomas Pynchon: un escritor sin orificios», y después han ido surgiendo cosas para Aristas Martínez, E. D. A., Editorial Base, algún fanzine… Con Jekyll & Jill Editores, las dos novelas. Ha sido como escribir un papel para una actriz escogida de antemano, porque difícilmente hubiesen podido aparecer en una editorial que no fuese Jekyll & Jill: en «Menos joven» había una doble cubierta, el libro era una réplica de las ediciones Gallimard, llevaba calcomanías y algunas páginas estaban subrayadas y anotadas en lo que parecía lápiz; en «Magistral» hay juegos cruciales (pero sutiles) de maquetación, tipografía, paginación y una cubierta de otro libro incrustada en el libro.

– ¿Con cuáles de sus «criaturas» se queda?
– Creo que «Magistral» es mejor que «Menos joven». A «Menos joven», probablemente, le cambiaría cosas que la harían mejor que «Magistral». Y así. Todo se andará.

– Supo que se dedicaría a esto desde el momento en que…
– Lo que me interesaba a mí desde siempre eran los diarios y la literatura autobiográfica. Escribo diarios intermitentes desde los trece años, pero no pretendía darles dignidad de estilo hasta el día en que se me ocurrió introducir un poco de MENTIRA. O lo que es lo mismo: cuando leí «Les nourritures terrestres» de André Gide.

¿Cómo se mueve en redes sociales? ¿Qué perfiles tiene?
Twitter es esa aplicación donde emiten diálogos entre Gonzalo Torné y Luis Magrinyà, para que se haga una idea. Yo uso Facebook, que aborrezco periódicamente porque a veces me da muchos minutos de esterilidad, pero la verdad es que bastantes trabajos me han llegado gracias a él. Además, prácticamente todo mi círculo de amistades sale ya de ahí, así que ahora no me voy a poner estupendo. Habrá que tragar con sus mil inconvenientes y trampas.

– ¿Cuenta con un blog personal?
– Abrí un blog llamado Célinegrado, pero cuando tuve oportunidad de publicar en papel la verdad es que quedó humillantemente relegado a la friend zone, el pobre. Ahí cuelgo los enlaces a lo que publico y traduzco. A veces Célinegrado me reprocha que lo tengo hecho un Tumblr, así que también me hice un Tumblr curricular.

– ¿Qué otras actividades relacionadas con la literatura practica?
– Me dedico a la traducción literaria, y desde hace casi dos años me dejan publicar artículos en «El Trujamán», la revista de traducción del Centro Virtual Cervantes, tremendamente recomendable para todo aquél que sospeche que la eme con la u: mu. Léanla todos, por favor, hay artículos geniales de gente sabia como Carlos Mayor, Ismael Attrache, Mª José Furió, José Aníbal Campos, Carlos Fortea, Andrés Ehrenhaus, Pablo Moíño, África Vidal, David Paradela, Juan de Sola…, de los que sale uno como de darse un baño en astucia.

– ¿Forma parte de algún colectivo/asociación/club?
– Gran no.Magistral de Rubén Martín Giráldez

– ¿En qué está trabajando justamente ahora?
– Tengo 100 páginas de la próxima novela y bastante trabajo antes de poder continuar. Acabo de entregar la traducción de la «Autobiografía» de Morrissey, que publicará pronto la editorial Malpaso (me dicen que ya se puede contar). La verdad es que me ha puesto a prueba en su buen centenar de aspectillos del oficio y, además, es la única figura de acción por la que siento devoción (devoción crítica).

– ¿Cuáles son sus referentes?
– Sade y Gracián. Muertos que no se mueren ni que los maten.

– ¿Y a qué otros colegas de generación (o no) destacaría?
– Mi deuda hoy es con Juan Francisco Ferré, Antonio Orejudo, Manuel Vilas y Julián Ríos, por decir sólo algunos…, es una deuda que se cifra en la cantidad de instantes de verdadero placer que me han proporcionado, y es una deuda que —sin haberles preguntado— sé que no van a tratar de cobrarse, porque la euforia de lenguaje y pensamiento de esa gente viene de la generosidad, sólo hay que leerlos para darse cuenta. Anden: vayan a darse cuenta.

– ¿Qué es lo que aporta de nuevo a un ámbito tan saturado como el literario?
– A mí me encantaría conseguir lo siguiente:
Acercaos, que la lengua no muerde, que la lengua no es una lanza térmica, ¿qué os puede pasar?, no seáis tontos, tocadla, tocalá-tocalá… ¡FLASH!
Pues sí era una lanza térmica. No haberme hecho caso.

– ¿Qué es lo más raro que ha tenido que hacer como escritor para sobrevivir?
– Si hubiese confiado mi subsistencia al puño apretado éste ahora estaría en la mierda y Dios en la de todos.

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