Saturno

Saturno de Eduardo Halfon en Propera parada: Cultura



Saturno

Salva G reseña Saturno de Eduardo Halfon en Propera parada: Cultura.

Jekyl & Jill estrena en nuestro país Saturno, la primera novela del autor guatemalteco Eduardo Halfon (Guatemala, 1971) en una preciosa y delicada edición limitada a 1000 copias.

Saturno, el dios romano, pudo reinar, pero a costa de acabar con sus hijos, y a la postre reducido a la condición de simple mortal.

Saturno, la primera obra de Halfon, como aquella Carta al padre de Kafka, resulta ser una crítica feroz a su padre, una confesión póstuma (el protagonista lo hace tras asistir al entierro de su progenitor) de todo el odio y en rencor que durante su vida fue acumulando en su contra, por todo aquello que nunca dijo de él o que dijo para herirlo (“le parecía a usted ridículo que su hijo se ganase la vida escribiendo. A sus amigos les solía mentir (…) Te presento a mi hijo el ingeniero. Otras veces yo era el abogado”), un ensayo sobre la relación, siempre tan difícil de un hijo con su padre, pero sobretodo un grito, el grito del protagonista buscando la paz tras la muerte de un padre opresor, ruin e invisible.

Pero Saturno también es, entre sus líneas de odio, un ensayo sobre el suicidio en la historia de la literatura, que no sabemos si inculpan al padre por lo que el hijo tiene pensado hacer.

Desde Pavese a Hemingway, de Salgari a Woolf. Cientos parecen haber sido los escritores que decidieron acabar con su vida por un motivo u otro, y tenemos la sensación de que el protagonista de Saturno también acabará sus días así tras enterrar a su padre. Esto no es un spoiler simplemente es una impresión.

Dicen que en el tarro pequeño está la buena confitura. Siempre dije que un continente amplifica su contenido. Y ciertamente, tanto el continente de esta pequeña joya llamada Saturno, un magnífico librito de tapas negras con letras doradas, como su contenido, una dura confesión por parte de un hijo a su padre muerto,  resultan tanto inquietantes como admirables.

Poco más se puede decir sobre Saturno sin llegar a escribir parte del libro, solo que haceros con él, llevarlo con vosotros y leerlo como si de una carta póstuma se tratara. Una confesión de suicidio al más puro estilo Cobain.