«Hablar de un diario personal que en realidad no lo es, pero que lo parece por su intensidad y su pasión al ser escrito, es difícil. Más todavía es hacerlo cuando uno termina un libro pensando que ha sido el propio personaje el que ha compartido con nosotros sus palabras, pero en realidad ha sido otro el que ha trasladado todo aquello que nos hemos encontrado. Óscar Curieses es Francis Bacon, una especie de desdoblamiento de personalidad que traduce en palabras lo que el artista guardaba en sus entrañas. Y así es como nos iremos deslizando con un diario que parece tan real que, en ocasiones, asusta al más erudito en el tema porque parece ser el artista el que nos habla desde unas páginas que requieren de un ritmo pausado, de una lectura que introduzca en nuestro cuerpo lo de verdad, lo que se queda y no se va nunca, impreso en frases tan directas como «el miedo no se crea ni se destruye, sólo se transforma» o «la violencia es una energía en movimiento, la pintura también». Así nos descubrimos, le descubrimos a él, al Francis Bacon que en realidad es Óscar Curieses, pero que no lo parece y que nos enseña que hay algo en la literatura, en la que transforma una lectura en algo más, que provoca terremotos internos y nos empuja al precipio, al vértigo de lo que se convierte en grande a pesar de su tamaño.»
Sergio Sancor reseña el libro Hombre en azul, de Óscar Curieses, en Libros y Literatura.