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5 de Sergio Chejfec en Culturamas



Pedro Pujante dedica una excelente reseña a 5, de Sergio Chejfec, en Culturamas.

5, de Sergio Chejfec

La idea vila-matiana de construir una obra en torno a notas (a pie de página) parece sustentar este último libro publicado en España del argentino Sergio Chejfec. Compuesto por un relato que da título a la obra y seguido por una “Nota” más extensa que el texto que refiere, 5 se convierte en un díptico metanarrativo cuyo valor y significado se encuentran precisamente en este juego de contar el cómo se escribió un relato, las circunstancias y las sensaciones que lo configuraron.5-coverimage

La prosa de Chejfec es siempre elusiva, sus narraciones bordean lo puramente narrativo (aunque, paradójicamente se adentran y adensan en su propia trama escritural) para desembocar en texturas aéreas, dotadas de cierta densidad y belleza, pero, al mismo tiempo, se comportan como si fuesen frágiles, difíciles de aprehender. Cuando leemos a Chejfec siempre nos acompaña la sensación de que algo nos está el autor sustrayendo; ejecuta, en cualquier caso, un juego de desnivelados inteligente, de escritura pura que busca aislarse de referentes externos pero sin renunciar, paradójicamente, a describir el mundo. Aunque este sea un mundo de ideas, un mundo propiamente literario y escritural, como si fuese este una masa de la que extrajese la materia prima con la que sustentarse.

No creo, en este sentido, que la primera frase que abre 5 sea casual, aquella de su maestro Di Benedetto: “No se puede saber si es verdad”, que iniciaba su novela El Pentágono. No obstante, el primer texto, “5”, es más convencional y narrativo y, en mi opinión el que carece también de más interés. Es la segunda parte, “Nota”, la que encarna al verdadero Chejfec, un texto delicioso y que se propaga como una onda expansiva sobre la condición del escritor en un espacio extranjero, una suerte de monólogo sobre el ser humano despojado de todos los atributos que no sean los propiamente literarios. El narrador reflexiona sobre el régimen de imprevisibilidad de la escritura, un estatuto que nos hace pensar en qué innecesaria es la literatura y que precisamente por esto es vital, como si la institucionalización del oficio de escritor diluyese su carácter mismo, quizá porque es de este modo trivializado, desposeído de su verdadera función creadora. El escritor, invitado a la Residencia, tiene intuiciones peculiares, como que ha sido invitado para descubrir una trama secreta, lo que en el fondo es una forma de entender la literatura como búsqueda, como indagación constante. Se siente el narrador aislado en la ciudad anfitriona que le impele a que escriba, también objeto de un teatro alucinante, como si todo fuese un montaje “para servir de escenografía a los escritores invitados”. En definitiva, es receptor de diversos y paradójicos estímulos: sorpresas, motivaciones y reflexiones que oscilan siempre entre lo literario y lo banal, construyendo así un relato sobre la propia naturaleza de la escritura y situándose de paso en el mismo centro de ella.

Hay hallazgos en la escritura de Chejfec, siempre debidos a su profundidad intelectual, una profundidad que lejos de antojarse presuntuosa o grave, se transforma en una voz intuitiva, fresca e ingeniosa. Compara la escritura con la navegación marítima (ambas a la deriva siempre) o al escritor con el chófer. Como se ve, a pesar de lo estático del planteamiento (un escritor encerrado en una Residencia para escribir) Chejfec siempre recurre al movimiento, al viaje, aunque este sea interior, mental.

Heredero de Saer y del mejor Robbe-Grillet, las novelas  de nuestro autor son hermosas construcciones, artefactos fabulosos cuyo máximo valor se encuentra precisamente en las palabras, en la perfección con que se transforma esa prosa tan sutil y a la vez tan elaborada, esa materia prima que parece siempre intacta, sin adulterar, genuina.

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Pedro Pujante reseña Por qué la literatura experimental… en Culturamas



Pedro Pujante reseña Por qué la literatura experimental amenaza con destruir la edición, a Jonathan Franzen y la vida tal y como la conocemos, de Ben Marcus, con unos pinitos en pedantería a cargo de Rubén Martín Giráldez, en Culturamas:

Ben Marcus y Rubén Martín Giráldez nos descubren la literatura experimental

Explica César Aira que el escritor es un artista que ya no debería pretender escribir bien (buenos libros) sino escribir algo nuevo (libros diferentes). Entiendo en esta dicotomía entre nuevo y viejo un gesto esencial que funciona como guía estética. Porque la tradicional y maniquea distinción “buena literatura/mala literatura” responde a un juicio demasiado volátil, subjetivo y demarcado por el siempre inestable canon del tiempo y las modas. Con Aira (Ben Marcus y Giráldez) opino que el escritor ha de arriesgarse con novedosas propuestas de escritura, inventar un idioma, porque es la única forma viable para poder crear una literatura nueva. O como escribe no sin cierta ironía y malicia Marcus, para justificar su protesta antifranzeniana, porque haya escritores interesados en las posibilidades de la lengua y no en los placeres inmediatos del público masivo.

En este breve ensayo, el escritor americano Ben Marcus trata también de exponer sus razones en defensa de la literatura renovadora, (experimental, según él), en oposición a esa otra literatura acomodada, desgastada, que él cataloga en un sentido extremadamente amplio de “realista”. Un término que no encuentra su equivalente exacto en español, porque, ¿dónde habría que situar a la literatura fantástica? Marcus intercambia realista por no-experimental. En cualquier caso Ben Marcus trata de desmontar el tópico de que los escritores “realistas” (no experimentales) son capaces de mostrarnos la realidad de un modo más fiable, una discusión tan antigua como la propia literatura y que ya quedó, en mi opinión, saldada en el Modernismo (Kafka, Woolf, Faulkner), pero que cada cierto regresa. Y quizá sea necesario, como ha hecho Marcus, volver sobre el tema, porque parece que siempre aparecen personas como Jonathan Franzen que, para poder defender su propio credo estético (quizá sus propias obras), arremeten contra todo lo que se aparta de él (Joyce, Gaddis…), incluso tristemente arguyendo argumentos extraliterarios como ventas, traducciones o recepción. ¿Hablamos de literatura o de mercado?

Ben Marcus , writer, Berlin 2013, American Academy, only for online purpose No image is to be copied duplicated modified or redistributed in whole or part without the prior written permission from Heike Steinweg mail@heikesteinweg.de

Otro hilo interesante en el discurso de Marcus está determinado por la dificultad que entrañan algunos libros, algunos autores. ¿Ha de ser la literatura edulcorada para que los pobres lectores no se atraganten? ¿Ha muerto el lector? ¿Habría que “adulterar” el Ulises (como tantas veces se ha hecho ya con el Quijote) para adaptarlo a todos los públicos? Este es un argumento peliagudo  que es atravesado por otros temas como la legibilidad, la recepción lectora, la neurología, la calidad y la literatura como producto de entretenimiento de masas. En este sentido, Franzen abomina de escritores “complejos” como Joyce o Beckett, quienes, según él, son usados por las instituciones culturales para “perjudicar las perspectivas comerciales de la industria literaria”. ¿No es al revés? ¿No son los escritores planos, sin estilo, los que nos impone el establishment con el perjuicio que ello supone para la Gran Literatura? (Ya sabemos que la Gran Literatura es siempre marginal, a excepción de honrosas excepciones como Cortázar, Vila-Matas o Cervantes). Y si el libro es un objeto hedónico (qué duda cabe), ¿hasta qué punto hay que rebajar la dificultad de un texto para que todos los entiendan/disfruten? Esta pregunta es un poco tramposa, es cierto, porque no hay un único lector y cada lectura está determinada y acotada por nuestras propias limitaciones lectoras. Hay quienes, como Dalí, disfrutan de aquello que no entienden.

¿Es la literatura un negocio (Contrato), una mera transacción comercial entre editores y lectores y el escritor un obrero que produce letras frases, libros? Yo estoy con Marcus y creo que la literatura es un arte que no ha de limitarse a agradar al lector sino enfrentarlo a desafíos. Quizá porque para mí lo entretenido es encontrar respuestas no que me las expliquen con condescendencia. Viajar a lugares en los que nunca he estado, como hace Marcus cuando lee a Gaddis. Y para viajar y abrir nuevas rutas estéticas hay que cometer errores: ya conocemos el adagio beckettiano de que hay que aprender a equivocarse y así abrir renovar vías. ¿No es la literatura una introspección a las profundidades de la Tierra más que un viaje turístico por aquellos lugares que ya hemos visitado?

Giráldez, por su parte, nos regala un texto tan exquisito como complejo, una suerte de diálogo en diferido con el texto de Marcus, glosándolo, comentándolo, subrayándolo… También hispanizándolo, con ejemplos de nuestras letras patrias, que al final padecen y han padecido las mismas cuitas literarias que las norteamericanas. En definitiva, y de un modo más subversivo y radica, Giráldez se suma a las tesis de Marcus, con un texto pródigo en citas y neologismos, name-dropping desencadenado y un estilo tan personal, desacralizador y renovado que en sí mismo ya es una defensa del lenguaje experimental, de la libertad creadora y de la literatura como arma de destrucción masiva.

Este libro, como diría Nietzsche no es para nadie y es para todos.

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Saturno

Saturno de Eduardo Halfon por Pedro Pujante



SaturnoEl escritor Pedro Pujante reseña Saturno, de Eduardo Halfon:

Eduardo Halfon es una de esas voces que cada vez tiene más repercusión en nuestro país. Su nombre resuena en los medios y ha sido reconocido con prestigiosos premios como el Roger Caillois de Literatura latinoamericana.
Ahora se recupera esta nouvelle de 2003, de la mano de la genial editorial Jekyll & Jill, que además de apostar por voces divergentes y alejadas del trivial establishment, realiza con los libros prodigiosas artesanías. En este caso, la edición de este librito, sobrio, con tapas de cartón negro, letras doradas y una faja decorativa, es una serie limitada de 1000 ejemplares, una delicia para coleccionistas.
Con la voz desgarrada por el reproche, un grito contenido, el narrador increpa a su difunto padre, quien, según escuchamos, jamás actuó como tal. Escuchamos, sí, porque el libro, a medida que entramos en él, se transforma en una voz que parece surgir de una polifonía fantasmal, a medio camino de la vida y el tiempo. Escuchamos el estertor de un Kafka guatemalteco —desvalido, también renuente a su judeidad, también desoído como escritor— recriminando a su padre haber sido un gigante insensible hacia su mundo interior. Pero, el libro es además una suerte de catálogo de escritores suicidas, que recuerda a los extraños, libérrimos y balbuceantes inventarios de David Markson. Así, encontraremos los relatos anecdóticos de los suicidios de Hemingway, Kawabata, Mishima, Alfonsina Storni, Virginia Woolf, Crane, Edouard Levé, Celan, Tralk o Zweig, y otros más, que jalonan esta suerte de carta abierta a un padre que jamás la leerá.
La relación entre la muerte suicida y el hueco que deja el padre. Los huérfanos existenciales abocados a borrarse de la existencia. El narrador parece resumir en sí mismo todas y cada una de las voces de esos escritores suicidas y las ausencias paternas que padecieron. Como un caleidoscópico ser que recoge otras existencias para justificar así la suya. Recuento de otras voces moribundas para así exorcizar la propia melancolía de sobrevivir y matar al padre que, eduardo-halfonmetafórica y existencialmente, le ha matado a él. En las últimas páginas, la misiva se irán cerrando, cercando al progenitor con preguntas sin respuesta, declarando que también él se ha convertido en un ser impasible, lleno de voces a las que no teme, que le acompañan siempre, “Y aquí están todas, reunidas, por fin en silencio. Esperándome”.
Lectura intensa.

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Últimas noticias de la escritura - Sergio Chejfec

Reseña Últimas noticias de la escritura Sergio Chejfec



chejfec-culturamasPedro Pujante reseña Últimas noticias de la escritura de Sergio Chejfec en Culturamas.

Si por algo se caracteriza la obra narrativa del argentino Sergio Chejfec –Mis dos mundos, La experiencia dramática, por citar algún ejemplo- es por esa imbricación entre relato y proceso escritural. De hecho, sus novelas son ejercicios en los que el narrador se muestra consciente de su propia actividad. Un viaje, en ocasiones, es el hilo conductor por el que deambula Chejfec hilvanando ideas, proyectos, ocurrencias, reflexiones. Aquí, el viaje es más bien sustituido por la propia reflexión metaescritural.
En este breve pero intenso ensayo, dedicado en exclusiva a anotar reflexiones acerca de la escritura, también apreciamos esa constante chejfequiana: la de construir un discurso, esta vez más teórico, puro y concreto, en torno al proceso escritural.
Chejfec indaga en varias direcciones pero sin perder de vista un asunto clave: la condición de la escritura. Dedica muchas y exhaustivas páginas a la relación entre escritura manual y digital. Son  bastante copiosas las notas que tratan de dilucidar un asunto en el que pocas veces reparamos lectores ni escritores: el texto como objeto con presencia física, la escritura como acto tangible y el veloz y radical cambio que el paradigma digital, en gran medida, ha ocasionado en nuestra forma de establecer una dialéctica con él …seguir leyendo

Cosmotheoros reseña en Culturamas


cosmotheoros-culturamas Pedro Pujante reseña Cosmotheoros, conjeturas relativas a los mundos planetarios, sus habitantes y producciones, de Christiaan Huygens, en la revista Culturamas.

«Huygens razona que si bien hay vida en La Tierra, ¿por qué no habrá en otros planetas, teniendo en cuenta que hay más astros, más estrellas, que el Universo en inconmensurable? Una cuestión que más de una vez nos hemos hecho a la luz de los conocimientos que goza el siglo actual. Pero llama la atención la temprana visión, tan abierta, de este matemático, además de la suerte de explicaciones que acumula para corroborar y demostrar que debe haber vida más allá de la terrestre.» …seguir leyendo