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Por qué la literatura experimental amenaza con destruir la edición… en La Opinión de Murcia



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Ruby Fernández reseña el libro Por qué la literatura experimental amenaza con destruir la edición, a Jonathan Franzen y la vida tal y como la conocemos, de Ben Marcus, con unos pinitos en pedantería a cargo de Rubén Martín Giráldez, en La Opinión de Murcia.

Repitan conmigo: ser elitista no es contraproducente, es necesario.
Comer marisco con asiduidad es para unos pocos, al igual que leer literatura que requiera esfuerzo. Hay quien dice que al lector no hay que exigirle esfuerzo alguno a la hora de comprender lo que está leyendo. La avidez de nueva lengua es una clara señal de división entre alta y baja literatura (recurrente discusión que se tiene con periodistas de sucesos a los que no les vendría mal leer este libro, aprenderían que la lengua literaria no vale para escribir amarillismo). ¿Pero tan diferente es de la lengua de andar por casa? ¿Tan superior? digamos que es el mejor trampantojo para fijar un mensaje, seducir o incluso para ser feliz.
¿Cuáles son las necesidades de la novela nacional? Estamos ante un algo publicado por Jekyll and Jill basado en el lenguaje y en la intención de este por explicarse y agradar. Entrar en lo experimental ha de ser como comer una langosta, ha de hacerse poco a poco. Con ganas y gracias a un trabajo exhaustivo, que no manierista, conseguir extraer el contenido del bicho. Se necesitan lectores activos, capacitados, con opinión crítica ansiosos por tragar.
Estamos ante una dramatización con dos actores principales (Ben Marcus, complejo y húmedo, no por el lenguaje que utiliza, sino por el interminable número de máquinas que requiere su discurso y Rubén Martín Giráldez , elocuente, barroco, cínico, neologista. Es como montar un mueble de Ikea pero al revés, de más a menos pero siendo a su vez este menos más, (como si a cada tubillón le floreciese la punta y contase su historia) e infinidad de secundarios buscando un mismo final: la literatura, pero recorriendo caminos opuestos. El crítico con necesidad de ventilación u oreo es uno de los papeles importantes dentro de este circo, a este señor se le plantea un tema interesante: ¿Es el escritor contemporáneo capaz de escribir algo con enjundia desprovisto de adornos y adjetivos? (en la literatura no hay futuro según el terraplanista de Meyers, todo outsider es un cometa cultural posmoderno que explotará sin dejar rastro) pero lo más importante ¿tenemos lectores preparados para enfrentarse a esto o ya se los han cargado?.
¿Experimental o tradicional? Prefieres ser un monógamo panfletario con lenguaje adolescente y tener el aplauso del enorme público o romper y experimentar con tríos y ver lo que sale aunque tengas pocas oportunidades al estar en una sociedad conservadora?
Ben Marcus critica la tendencia facilona, lírica, monocroma y realista hacia la que tiende la literatura de surco ordenado. Franzen provisto de azada arremete contra la soja y la quinoa abriendo hueco, luchando contra las malas hierbas que no favorecen el alimento de masas que haría crecer su ego fácil y barato cargado de contrariedad, es el perfecto y estúpido influencer al servicio del Señor. “Hay autores que todavía anteponen la textura a la estructura”, Gass defiende que la literatura ha de estar compuesta por problemas técnicos poniendo a prueba la sinceridad y descubriendo quién es mas competente transformando materia inerte.
¿Se debe abandonar la lengua para llegar al público generalista que no entiende lo que se le ofrece? ¿autor de estatus o contrato?¿te la pela el público o por el contrario tu manera de respetar al público es bajar el nivel?. ¿Lector que necesita a su mamá o valiente y arriesgado?¿aspiración poética de la lengua?. Por qué la literatura experimental amenaza con destruir la edición, a Jonathan Franzen y la vida tal y como la conocemos es un libro plagado de emociones y pulsiones técnicas. Altamente recomendable a la par que peligroso por ser un conjunto de conceptos desplegables y cabezas por abrir con Góngora a la cabeza.
Todo esto es un conjnto de puñetazos y alta literatura, no os quepa duda. ‘Defender las monedas con la cara del rey sale caro’.

La coronación de las plantas en La opinión de Murcia


Ruby Fernández reseña La coronación de las plantas, de Diego S. Lombardi, ilustrado por Claudio Romo, en La Opinión de Murcia (21-10-2017)

Venenos

Tomen nota: consistencia de película noruega con clara obsesión por las cosas viscosas y conjurables. ¿En qué consiste este libro? ¿qué sentido tiene? Es una estupidez preguntar el sentido del placer, diremos que La coronación de las plantas de Diego S. Lombardi publicado por el incansable Víctor Gomollón y Rubén Martín Giráldez en Jekyll & Jill que alterna pasajes novelescos con descripciones de botánica, animales vegetales fantásticos (ilustrados por Claudio Romo), incluso podemos hablar de sonido en estas páginas, ya que rápidamente se pasa de escuchar ruido y naturaleza a la estridencia sorda de una trompeta de jazz y es que esta música junto a la clásica y la electrónica son las que, como las hierbas, nos trasladan a  estadíos superiores.
Como es frecuente en Jekyll, se alternan textos de diferente calado: textos periodísticos, novela corta, ilustraciones, herbarium, técnico, pocas veces cabe tanto en menos de un cuarto de quilo de libro. Podemos decir que dentro de este hay en verdad tres o cuatro, divididos en fascículos inarrancables, no ordenables, por eso de la integridad material del volumen. Libro de pinceladas impresionistas en donde juega un papel importante la estética, más en forma que en fondo y es que una gallina nunca da dos pasos iguales sobre un escenario.
Setecientos pesos de herbarium, cuasi medieval por lo sonoro de sus conjuros, que alteran lo que puede ser la descripción canónica de este, pero es que Diego S. Lombardi parece ser que no gusta de seguir normas ni tramos indicados. Saltando de rama en rama tirando piedras  en forma de ideas a los que encuentra a su paso, su intención es abrir cabezas para hacer brotar ideas o abrir camino para sembrar las suyas propias en omisiones ajenas.
Extraña maquetación y alternancia de narradores. Un Sísifo ciclotímico rodeado de excrementos, naturaleza y mal olor hará acto de presencia entre estos matorrales calcinados al  estilo Wurlitzer. Si, por extraño que parezca, a veces, algo parecido al germen estilístico Wurlitzeriano  acaba materializándose para unirse tal vez a  lo surrealista de los cuentos de Gass. Y es que a ratos se respira el mismo calor, el mismo polvo y casi podemos llegar a masticar lo espeso de NOG(Underwood) o Del chico de Pedersen (La navaja suiza).
Poco a poco vamos deshaciendo conjeturas previas proferidas por el ansia por entender el por qué de la forma de un libro. Casi todo parte de fragmentos surrealistas e inéditos escritos a dos manos y sendos personajes a los que buscar. Que nadie te eche de menos en diez años es una putada, Von Franken. No estamos ante una novela de frases destacables, pero si reseñables que ‘ayudan al protagonista a alcanzar su identidad de forma gradual’ como bien dice el autor.
Color blanco como gran vacío, siendo este la suma de un todo que termina siendo un puente colgante. Lenguaje y la ausencia de este hablado unida a la certeza de que el ritmo y la musicalidad del mismo podrán soportar la estructura que desaparece al cerrar la boca. siempre es bueno dejar espacio para un poco de Holocausto y la confusión.
Pollos como metáfora de todo
 
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Foto de Ruby Fernández
 

Sergio Chejfec y Teoría del Ascensor en La Opinión de Murcia


CUBIERTAS DESHIELO BOLSILLO.inddRuby Fernández reseña Teoría del ascensor de Sergio Chejfec, en el diario La Opinión de Murcia (24- Dic- 2016).

Optar al título y consideración propia de ser habitante de una ciudad, únicamente se gana con el paso del tiempo y la asimilación de la rutina en soledad, este es el verdadero e indiscutible sentimiento urbano. La editorial Jekyll and Jill, nos proponen un paseo por el interior de las fronteras de América Latina y Europa, nos invita a validar el erotismo de la urgencia de una panadera en ciudades como Buenos Aires, Caracas o Rosario. En casi todas estas siempre hay algo que está por ocurrir, siempre hay germen para un poema, aunque este parta de una moción policial. Totalidad oculta dentro de una generalidad informativa.
Aquí, el libro de todo y nada nos sugiere instalar la lectura en el campo de la desconfianza  si lo que queremos es  crear mejor. El buen escritor grafía para si mismo, se cuenta las historias una y otra vez, hace oscilar la trama y cuando más seguro está de lo que ha escrito, lo hace atravesar el pasillo de la censura ya que -según él-  el lirismo usado por todos le sirve para poco, por eso, usémoslo únicamente si la necesidad adolece. 
A lo largo de estas páginas se nos plantea la manera de subsanar las heridas de una ciudad mediante la recopilación de datos y colores. Este autor, mantiene la teoría de la simultaneidad igualadora de la guía de teléfono, estar en dos planos a la vez, visitando así tiempos pasados, convirtiéndose este volumen de papel malo en diario involuntario. Las Páginas Amarillas o el poder del color sensacionalista.
Como buen lingüista, el argentino, pone en un momento el papel de la traducción en tela de juicio. Los mercenarios encargados de vestir con otro traje al mismo individuo, son acusados de distanciar el opus inicial del objetivo principal y esque no todos los idiomas sufren igual, temen igual. A nadie le gusta acudir a una reunión y no saber de qué se habla. 
Experimento a medio camino entre la novela planteada en forma tríada temática -literatura, lectura, traducción- y la lucha anotada, por todos es sabido que la escritura, para que sea de verdad, no ha de ser algo pacífico.Podemos decir que lo que hace Sergio Chejfec en su Teoría del Ascensor es enlazar rituales en los que se baila casi igual sobre los diferentes matices. Partiendo de la nada occidental, el autor nos muestra los pros y contras de la ritualidad japonesa del té, del poder de una mirada dentro y fuera del cine y la literatura. Aquí las cajas, sirven para algo más que para acumular polvo. 
Mitología del alma contra jerarquía moral con el único final de sobrevivir en el mundo.

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Magistral de Rubén Martín Giráldez

Magistral de Rubén Martín Giráldez en La Opinión de Murcia


Ruby Fernández reseña Magistral, de Rubén Martín Giráldez, en La Opinión de Murcia (28 Mayo 2016)

La mare llengua.Magistral de Rubén Martín Giráldez

Magistral – editorial Jekyll and Jill – no es una novela de alta literatura como algunos críticos se han empeñado en catalogar la última creación de Rubén Martín Giráldez, sino que es una farsa tragicómica poco amistosa y accesible, debido al exceso de cultismos que el autor en cuestión utiliza para explicar y dirimir lo que puede que sea el problema mas antiguo dentro del panorama actual, el idioma, estas son algunas de las razones por las que no todo el mundo puede acceder a entender la soluble aunque escasamente líquida novela que se nos presenta. No diremos que este panegírico cambiará la forma de ver el nido de la literatura cañí y a sus famélicos depredadores, pero si nos instará a no perder el tiempo con necios que no tiene nada que contar.
Experimento literario antagónico de si mismo que se escribe a la vez que lees en voz alta, ya que Magistral únicamente puede y debe leerse con ese volumen alto desprendido de toda vergüenza , declamando rítmicamente hasta que el verso perfore. Este no es un libro en el que venir a relajarse, es un volumen nervioso, lleno de improperios dirigidos a todos y cada uno de los engranajes de la cadena idiomática ¿Dónde se ha visto cosa igual?.
Idioma el nuestro, condenado al más férreo de los ostracismos posibles aun siendo más rico en pastos que las ‘modernas’ lindes de Ben Marcus. Una de las cosas que llama la atención es que Magistral va guiando la opinión y el pensamiento del crítico y lector de manual, dejándolos en evidencia y reafirmando la idea de vacío y simplicidad del gran público y sus parlanchines.
 
La novela que perfectamente podría comenzar en el interior de una cárcel de máxima seguridad, en la que un diálogo entre cultos convictos ataviados con el traje de ‘gala’ del estado y mirando siempre al frente -por si hubiese que callar-, observan atentos el combate en tres asaltos donde la porfía entre los 3 contendientes está servida. El protagonista de Magistral es ácido y perspicaz, pretencioso, presuntuoso, adicto y snob que critica un idioma con el que bien juega inventando neologismos para hacer menos pesado su tedio. Este tipo al igual que el libro en su totalidad cae mal, páginas contra gurús y arcanos lingüísticos, no es un libro fácil pero sí divertido. Ante todo es una novela sobre el poder indirecto del lenguaje, que no del tiempo.
En sus páginas demos advertir que lectura y traducción son dos de los agentes externos que más debilitan a un libro publicado. Un mal lector, un mal ‘maquillador’ tiran por tierra el trabajo del rápido e incisivo escritor del texto más válido. No debería existir la literatura amable y Rubén lo deja claro rapeando-lo hacia el final enfundado en la sudadera del Illmatic de  Nas, porque ante todo vivimos en un musical.
Magistral es trampantojo y verdad absoluta, es juego de palabras , metáforas y  lucha contra los corsés, no es novela sino comentarios bien hilados salidos de una boca ficticia e intangible aunque con semicuerpo real. Este, se introduce en los suburbios sacando las heces a la superficie para hacernos conscientes  de las mismas, muchas se hunden y otras tantas quedan a flote alegando la necesidad social del ‘tener que comer en todas las mesas’.
Armado alrededor de una falla plagada de petardos lingüísticos y conceptuales que te explotan en la cara, Magistral tendrá que ver danzas en su honor en la noche de San Juan, pero no te preocupes querido Rubén, aquí como en Magistral, los báquicos y aturdidos receptores de vergüenza callarán.

 

Últimas noticias de la escritura Sergio Chejfec

Últimas noticias de la escritura de Sergio Chejfec en La Opinión de Murcia


Ruby Fernández reseña Últimas noticias de la escritura de Sergio Chejfec en el diario La Opinión de Murcia:Últimas noticias de la escritura Sergio Chejfec

Asunto importante es lo que se viene diciendo sobre la acción de escribir y los modos que a esta (no) le pertenecen. Comenzar a escribir —física y gráficamente hablando— es una respuesta a la resistencia virtual retiniana en la que vivimos, quien osa atreverse lo hace con distintas y dudosas intenciones, aunque al menos una de ellas la tenga clara; escribe para hacer perdurar el rito de la mancha de carbón, escribe para retener esos impulsos que le condujeron al fin —en contexto— primigenio. Manuscribe para esculpir lo voluble, con intención de vivir otras vidas, para poseer otros intelectos. Sergio Chejfec plantea estas Últimas noticias de la escritura como un ensayo sobre la nueva materialidad de la misma y cómo aborda el ser digital el valor artístico de la palabra que defiende a ultranza el copista-calígrafo.
Páginas sobre el carácter y la manipulación de los materiales con los que se desvive el inocente que expía sus deslices ágrafos vendiéndose —mediante la férrea transcripción— a la creída, intuída y asimilada sensación que el genio experimentó en el preciso momento en que trabajó la octavilla. Ensayo como defensa del fanatismo creador mediante la caligrafía ceremonial. Copiar, reescribir y subrayar para asumir verdades que a primera vista lo digital no puede aportar, y es que la editorial Jekyll & Jill ha apostado por un complejo manual discursivo sobre la involución grafotecnológica y la necesidad de auxilio impreso-manual en la que nos encontramos …seguir leyendo